Rev. Per. Soc. Med.
Intern. Vol. 15 • Nº 3 • 2002 |
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PERÚ HOY. BIOÉTICA Y MEDICINA, SU
ENSEÑANZA:
APUNTES DE UNA REALIDAD
Maria Pilar Bandrés-Sánchez
. Perú hoy: reflexión sobre la modernidad
. Bioética
global . Propuesta
para la bioética de un Estatuto Científico Propio
. Bioética
y universidad
. Bioética
y medicina
. Enseñanza
de la bioética en medicina .
Enseñanza
de la bioética en medicina el Perú
El presente trabajo es una reflexión sobre la enseñanza de la bioética en el Perú. Por
un lado la situación de Perú en la modernidad, por otro lado la situación de la
bioética y su enseñanza en la universidad y en las facultades de medicina y cómo puede
desarrollarse la enseñanza de la bioética en el Perú. Para presentar estos apuntes o
fragmentos de una realidad, se ha revisado la literatura relacionada con el tema.
Por último, se hace un esbozo de lo que podría ser la enseñanza de la bioética, de su
necesidad, con el convencimiento de ser aprendiz de esta materia y de que pasaremos la
vida aprendiendo a aprender bioética.
"La nación es más que sus leyes su
cultura"
Transfiguración. Fernando Rielo
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Perú hoy: reflexión sobre la modernidad.-
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SITUACIÓN ACTUAL DEL PERÚ:
Según Ugarteche en su libro La Arqueología de la modernidad, "El Perú es un país
pluricultural", en el que las diferentes culturas transcurren paralelamente sin que
se den apenas elementos de transculturación, en el que convive ignorándose, en muchas
oportunidades, una sociedad densa y compleja con una historia económica precisa... en
donde la economía se reestructura desde el desempleo de la gran mayoría de la población
económicamente activa y la esperanza que sostiene a todos en la búsqueda de un Perú de
iguales, con equidad frente a la ley, igualdad de oportunidades y accesos similares a los
mercados.
El Perú actual es un Perú con un pie en el siglo XVIII y otro en el siglo XXI en el que
ha habido grandes reformas en las leyes (derecho a voto, mayoría de edad), pero en el que
hay cosas que las leyes no pueden hacer, no pueden evitar sentimientos negativos ni
discriminaciones reales, aunque éstas no se plasmen y afecten a los discriminados. Con
grandes diferencias y desequilibrios económicos y sociales que impiden avanzar a una
sociedad de iguales entre distintos, al inicio de un siglo XXI inmerso en la
globalización y la universalización con nuevas reglas de juego, que forman una cultura
económica y una ética. La cultura económica es la de la eficiencia y la ética es la
individual. Y donde el reto de lo moderno es el reto de crear soluciones a los problemas
planteados [1].
LA EDUCACIÓN:
Estas mismas consideraciones se podrían llevar al campo de la educación en general y a
la educación universitaria. Existen enormes diferencias entre la educación pública y
privada. Hay una fragmentación social en la educación tan importante como en la misma
sociedad.
Se afirma que la educación peruana dista de ser adecuada para el mundo que está
surgiendo. La propuesta es fortalecer la educación pública en el Perú y mejorar la
calidad de la educación en todas las universidades, públicas y privadas, de acuerdo a
los estándares reconocidos en el mundo, Creando conciencia de que el aprendizaje no
termina al final de una carrera, cuando se alcanza una profesión y probablemente un
puesto de trabajo sino que allí comienza. La educación ética debe ser para aprender a
aprender. Esta, más que nunca, es una tremenda verdad al inicio del siglo XXI. La
velocidad de las innovaciones nos obliga a ponernos permanentemente al día. Así como
fuerza a la diversidad de conocimientos y a la especialización de una rama en particular.
LA SALUD:
Se habla de un deterioro de los servicios públicos de salud y de Una mejora continua de
los servicios privados.
Las enfermedades parecen estar correlacionadas con el nivel de instrucción de la persona
y con la falta de saneamiento ambiental [2]. Se busca que, en el sector público, el
precio simbólico de la consulta médica o de cualquier otro servicio prestado sea pagado
hasta donde se pueda por el paciente [3]. El libro de Cueto, El Regreso de las Epidemias [4]
nos da una visión real de lo que acontece en Perú. Han recrudecido algunas epidemias,
paludismo, cólera, etc. y algunas enfermedades como la tuberculosis son un problema tan
grave, que el Perú tiene una de la más altas prevalencias de América.
Se puede medir la desigualdad en salud a partir de un "índice de necesidad de
salud", que permite calcular el grado de desigualdad y necesidad de salud en los
diferentes países de América. Los índices incluidos fueron clasificados en cuatro
niveles de desigualdad y necesidad en salud: muy alta, alta, media y baja. Perú está en
el estrato de necesidad alta [5]. En este alto costo de la enfermedad en la pobreza, la
pregunta es; si tal vez no será más adecuado, e incluso más económico y mejor, tener
una buena atención de salud con profesionales bien remunerados y con medicinas adecuadas.
FACULTADES DE MEDICINA:
De la Primera Conferencia Nacional de Educación Médica que se llevó a cabo en Lima en
diciembre de 1996 en la que participaron sólo 17 facultades de medicina de las que hay en
el Perú, se extrae algunas conclusiones: [6]
Dar una enseñanza de la medicina
integrada, en todos los niveles.
La necesidad de una enseñanza centrada
en la atención integral de la salud y no sólo de la enfermedad.
La necesidad de coordinar planes de
estudio y trabajo con el Ministerio de Salud, considerando las necesidades reales del
país y las de las facultades de medicina.
La necesidad de establecer planes de
estudios comunes del más alto nivel ético y académico entre las universidades.
"Acostúmbrate a respetar la vasta
soledad del mundo para
que el silencio no destruya tus Pensamientos uno a uno"
Transfiguración. Fernando Rielo
CÓMO NACE LA BIOÉTICA: AMPLITUD DEL CONCEPTO:
Dos científicos se reconocen como pioneros de la Bioética: Leopold y Potter. En 1949,
Aldo Leopold, ingeniero forestal, publicó A Sound County Almanac, with other essays on
conservation from Round River, donde llamó la atención sobre el impacto nocivo, de la
acción humana sobre el medio ambiente y la necesidad de crear una ética ambiental,
llamada ecoética, que ponga de relieve las relaciones críticas que existen entre la
producción tecnocientífica, la explosión demográfica y el medio natural en el marco de
desarrollo. Inspirada en Leopold, surgió la bioética para constituirse en instancia
crítica humanística de las ciencias biológicas y tecnologías pertinentes que manipulan
los hechos vitales. Potter en 1971 tomó la iniciativa de Leopold y lanzó por primera vez
al uso científico la palabra Bioética, con su libro Bioethics: Bridge to the future.
Dice en su proemio: "El objetivo, de este libro es contribuir al futuro de la especie
humana promoviendo la formación de una nueva disciplina, la Bioética. Para construir un
puente entre las ciencias y las humanidades" [8]. El neologismo Bioética fue
rápidamente aprovechado por las ciencias médicas que han privilegiado su uso al
análisis de todos los aspectos éticos de la salud. Potter en su libro Global Bioethics,
en 1988 [9], propuso que la Bioética no sea monopolizada por las ciencias médicas,
recupere la intuición de Leopold, y se abra al estudio de cuanto comprometa la
supervivencia de toda la "biota", para construir correctamente una cultura de la
vida.
RELEVANCIA DE LA BIOÉTICA GLOBAL:
Radica en el conocimiento y reconocimiento del aporte que las ciencias naturales hacen a
la comprensión de la vida en todas sus manifestaciones, y en el compromiso ético que
dichas ciencias adquieren para la protección y el cultivo de la biósfera, dentro de una
visión de sentido de la existencia. Desde esta perspectiva la Bioética global involucra
la práctica médica, con ella se preocupa por una de las más importantes conflictivas y
transcendentales aplicaciones técnicas del conocimiento científico; desafía al
antropocentrismo ético tradicional va a una nueva propuesta epistemológica que hemos
llamado Ecología humana, que trata de aproximarse a la problemática de la vida en el
marco holístico de la relación hombre-sociedad-naturaleza, y desde él acercase a nuevas
construcciones de sentido del saber, de las ciencias y de la historia [7].
El siglo XX es, entre otras cosas, el siglo de la ecología, la época en que los seres
humanos se han convencido de que la naturaleza no sólo no está a su disposición para su
uso y explotación sino que es necesario protegerla para evitar su destrucción [10].
PROPUESTA PARA LA BIOÉTICA DE UN ESTATUTO CIENTÍFICO PROPIO |
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Se propone para la Bioética un estatuto, autónomo, interdisciplinar-hermeneútico, no
confesional, como nuevo saber que tipifica el tan anhelado, humanismo científico, donde
quepamos hermanadamente todos los seres humanos, por lo que es importante ubicarse en este
modo de pensar. La autonomía que se reclama para la ética como saber de síntesis es
fruto del diálogo horizontal entre todas las ciencias que aportan discretamente sus
conocimientos en la búsqueda de soluciones a los problemas biosféricos que ellas han
generado, y en donde ninguna de las ciencias se puede convertir en paradigma de las otras.
A ninguna hay que deificar ni desechar. No cabe dogmatismo en la construcción de un
pensamiento secular. Y no es lo secular antagónico de lo sacro, cuando miramos con
reverencia y admiración trascendental nuestra realidad terrena. Cuando amamos
profundamente todo cuanto conforma nuestro oikos (casa terrena) incluyéndonos todos los
seres humanos como parte del mismo. A este diálogo respetuoso y no arrogante, las
disciplinas filosófica y teológica acuden legítimamente con sus preguntas y propuestas
de sentido, en el espacio democrático y pluralista universitario escenario de los más
altos valores del espíritu [7]. El movimiento bioético es multidisciplinario y se
relaciona no sólo con las ciencias biomédicas sino que está inmerso en la reflexión
moral, filosófica, religiosa, jurídica y se extendió a todas las expresiones de la vida
y la naturaleza, en una ética de solidaridad planetaria. Está en armonía con el
concepto de salud, que no se da sólo en lo biológico sino que cobija todo lo
concerniente al ser humano en lo psicológico, lo cultural, lo social, lo artístico,
manifestaciones todas de su espíritu que lo diferencian claramente de los otros seres
vivos y lo hacen responsable de sus actos, además de compartir con esos seres y con la
naturaleza el mundo de la vida.
Se habla también de "ecología humana" como la necesidad de recrear la
protección a la persona en todas y cada una de las fases de su desarrollo, con el mismo o
mayor compromiso activo que el manifestado hoy día por la legislación en la protección
del entorno ecológico natural. Pieza importante y fundamental de esta nueva legislación
de protección ecológica del ser humano son los profesionales de la medicina y de las
ciencias biológicas''. A este respecto al profesor Diego Gracia propone como
características básicas de la Bioética ser una ética civil, pluralista, autónoma,
racional y más allá del convencionalismo [12].
"Cuántos preguntan más que leen y
leen más que estudian.
Desde luego muy pocos reflexionan"
Transfiguración. Fernando Rielo
ALGUNAS INTERROGANTES:
¿La universidad tiene o se rige por principios éticos? ¿Cuál es la ética
universitaria? ¿Cuál es la ética social de la universidad? ¿Sólo se preocupa de la
ética de la investigación? ¿Se practica, y por lo tanto es capaz de enseñar ética?
¿Qué ética se enseña? ¿Por quienes? ¿Se puede enseñar ética? ¿Tiene calidad moral
y ética para enseñarla a sus educandos? [13].
BIOÉTICA EN LA UNIVERSIDAD: "SOCIEDAD DE CONOCIMIENTO":
Hoy la universidad es la principal productora del conocimiento científico tecnológico, y
éste parece configurarse como la matriz cultural de una nueva sociedad, la sociedad de
conocimiento, que sin duda será la dominante en el tercer milenio, y de la cual no podrá
escapar ninguna latitud. Su fuerza radica en el hallazgo del conocimiento como fuente de
riqueza y de poder, al cual se le ha adherido la dinámica política del capital
internacional. Ante esta perspectiva hay una búsqueda y redescubrimiento del humanismo y
surge la Bioética en los años setenta, como compañera inseparable de la ciencia y la
tecnología, para darle estructura humanizante a la sociedad de conocimiento. Para asumir
responsabilidades en el saber-hacer de las tecnociencias en busca de la protección de la
vida en todas sus manifestaciones, de calidad y sentido teleológico de la vida humana [14].
La universidad tiene el denominador común de educación superior, y se considera
educación para lo superior, por los niveles de conocimiento que aporta y las acciones
estimadas también superiores, con las cuales pretendemos calificar a quienes la
constituyen: profesores, estudiantes, investigadores, directivos y servicios generales.
Siendo consecuentes con esta tesis, el contenido de sus componentes de formación, sus
estrategias de docencia y el ejercicio de la investigación deben corresponder en calidad
a las exigencias de la cultura de la vida y definir su tarea de cara a la transformación
de la realidad como tarea bioética [15].
Con estas consideraciones podemos decir que es importante institucionalizar la bioética
en las universidades para que de comprensión totalizante a la actividad científica y a
la necesaria proyección social de los saberes. Se trata de interpretar con sabiduría las
actividades positivas, analíticas y explicativas de lo académico, de tal forma que
adquiera sentido tanto su cuerpo te6rico como sus aplicaciones prácticas, solucionando
problemas donde sea necesario hacer claridad en torno a una ética de la vida.
BIOÉTICA, UNIVERSIDAD Y COMPROMISO SOCIAL
Es imposible pensar en la Universidad sin enmarcarla en la sociedad que la produce y en
las líneas de fuerza que llevan a reproducir innovativamente los valores de esa misma
sociedad. Desde la especificidad universitaria, es la creación de conocimiento
científico-tecnológico y sapiencial la base de la formación del hombre integral, y por
lo tanto, constituye el aporte particular de la universidad a la estructuración de la
sociedad, de acuerdo con sus funciones tradicionales: investigación, docencia y servicio
[14]. Ninguno de estos elementos debería de faltar pues algo quedaría amputado.
En la universidad, hay que educar globalmente con una cultura universal, de tal manera que
tanto al maestro como al estudiante les quepa el mundo entero en la cabeza y en el
corazón. Hay que abrir actitudes de educación holística de la realidad, de niveles de
interpretación de mi saber en el contexto de los otros saberes, de respeto y de
colaboración con todo lo que pueda mejorar y dar sentido a la vida humana [15].
La universidad debería mostrar con su ejemplo que hay una notable diferencia entre vivir
de una profesión y ejercerla a plenitud para servir a la comunidad, integrando la
profesión a la comunidad como tarea de la vida, poniendo a su disposición lo mejor de
cada uno. La universalidad y objetividad epistemológica del saber queda aquí
necesariamente conectada con la justicia, la solidaridad, la rectitud, la bondad y el
amor, todo en el orden ético, del respeto por la vida [16]. Imprescindibles para el
desarrollo. "El desarrollo no es solamente la encarnación del programa económico,
la modernidad, la industrialización y la ciencia: engloba también y en primer lugar el
desarrollo humano, individual y colectivo" [17].
Se requiere, por tanto, que a la par del avance científico y tecnológico las
universidades e instituciones de educación superior enfaticen en la socialización de sus
saberes la humanización de sus profesionales, porque de lo contrario se corre el riesgo
de soslayar el bienestar de los demás y de todos los reinos de la naturaleza con enormes
perjuicios para toda la población y el ecosistema [18]. La bioética responde a esto
despierta como un nuevo saber ético que crea en el hombre una nueva responsabilidad
frente a la vida [19].
"La sociedad postcapitalista en que vivimos y su universidad, requiere una fuerza
unificadora. Requiere un grupo de liderazgo que pueda enfocar las tradiciones locales,
particulares, separadas, en un compromiso común con valores, en un concepto común de
excelencia y de respeto mutuo" [14].
Para finalizar este capítulo quisiera citar al profesor Diego Gracia, reconociendo con
él la necesidad de la bioética como respuesta a los desafíos éticos que la ciencia, la
tecnología y la sociedad actuales presentan al momento y en el futuro: "así como la
ética de los años cincuenta y sesenta fueron fundamentalmente sociales, la de los
ochenta y noventa está siendo ecológica. No se trata de una moda sino de un cambio
ideológico de imprevisibles consecuencias. La ética civil de las postrimerías del
segundo milenio será bioética o no será nada" [20].
"La bacteria que mata al hombre
también lo hace sabio"
Transfiguración. Fernando Rielo
UN POCO DE HISTORIA:
De Bioética como tal hablamos desde hace un cuarto de siglo, pero la ética médica como
ethos, deontología y fundamentación forma parte de la medicina desde sus comienzos. La
Antigüedad aportó cosmología y antropología, la Edad Media transcendencia y la Edad
Moderna secularización, aportes que aún hoy son significativos. El presente, sin olvidar
el pasado, tiene que encontrar al mismo tiempo, tanto respuestas propias a los progresos
modernos de la medicina como a las nuevas expectativas de los hombres y a las relaciones
sociales que han cambiado [21]. Esto es la Bioética. Ética médica significa hoy, cambio
y permanencia, tradición e innovación. La necesidad de la ética en medicina es
reconocida mundialmente, no obstante, la pluralidad de opiniones acerca de su contenido y
fundamento [21].
La medicina abre sus puertas a la bioética por la crisis del paradigma positivista, que
venia gestándose decenios atrás. El modelo biomédico abre paso al movimiento de las
humanidades médicas y se hace necesario el replanteamiento del estatuto epistemológico
de la medicina hacia un modelo "humanista, holístico. antropológico o
bio-psico-sociocultural" [22,23].
La Bioética muestra que: la oposición entre ciencias naturales y del espíritu en
medicina es inadecuada. Actualmente se puede hablar de una compenetración
cosmológico-antropológica de la medicina, una vinculación entre naturaleza y cultura en
la comprensión de la salud y la enfermedad, en la realización del diagnóstico y de la
terapia y en la instalación de los hospitales. Con la expresión "Medical
Humanities" se describe esta orientación integral: medicina es cultura y cultura es
fuerza curativa. En esta perspectiva la enfermedad. es entendida no sólo como una
manifestación física sino también como social psíquica y espiritual.
La ética es una parte constitutiva elemental de la medicina desde su comienzo hasta la
actualidad: ética médica en los tres centros, médico/personal sanitario, enfermos y
sociedad; ética médica en su unión con presupuestos socioculturales; ética médica
bajo cada una de las condiciones de diagnóstico, terapia y cuidado; ética como
fundamentación junto a ethos como praxis ética y etiqueta como costumbres y usos.
En función de la moderna realidad de vida y sobre todo del progreso
científico-tecnológico, se plantea finalmente, siempre de nuevo la cuestión de la
necesidad de una nueva ética [21] que denominamos bioética.
ALGUNAS CONFUSIONES: ÉTICA Y DEONTOLOGÍA:
Se percibe una confusión en la concepción de la ética al asociarla exclusivamente con
la legislación y la deontología. Algunas instituciones universitarias y profesionales
creen que la ética es el cumplimiento de la legislación, que está compuesta por las
normas impuestas por las estructuras estatales o la aplicación de la deontología, que
trata del cumplimiento de los deberes y por este motivo sienten que son éticos en el
sentido de la palabra. El quehacer cotidiano del ejercicio profesional, la docencia, etc.
permite detectar la anterior confusión y es observable que estudiantes y profesionales
del área de la salud se sienten tranquilos con la aplicación de lo deontológico y lo
legal, con poco compromiso por el bienestar de los demás y el ecosistema en que viven,
cuando podrían ser una buena alternativa para la solución de los problemas que afectan
no solamente a la población de la cual son parte, sino al ecosistema que pertenecen.
Es importante salvar la confusión que considera lo ético como la aplicación de lo legal
y lo deontológico, pues esto puede crear formas de vida que no contribuyen al bienestar
colectivo y por el contrario pueden originar perjuicios en las comunidades y en los
ecosistemas. Es necesario procurar una cultura global de vida.
Casi en la totalidad de las Facultades de Ciencias de la Salud se incluyen en los
programas académicos, materias o asignaturas denominadas ética, deontología, medicina
legal o forense, cuyos contenidos insisten en el manejo legal y deontológico y no el
filosófico o trascendente que debe tener [18]. Puede decirse que entre mandato y praxis
existe una concatenación pero al mismo tiempo una diferencia; el establecimiento de
deberes no es ninguna fundamentación y de ningún modo garantiza su realización.
Moralizar no es reflexión ética [21].
Podríamos concluir diciendo que el surgimiento de la Bioética, con su contenido
englobando los conocimientos de la ética médica y su característica de
transdisciplinariedad, trae a la práctica científica un horizonte de humanidad en el que
no se aplican más las posturas legalistas con relación a la práctica médica [24].
MÁS ALLA DE LO DEONTOLÓGICO:
El ser humano como tal y el profesional de la salud, tiene un compromiso bioético que
transciende el cumplimiento de leyes, códigos, normas, para extenderse al bienestar
colectivo comunitario, ecosistémico; el desconocimiento de unos valores y principios
bioéticos no lo libera de la responsabilidad y culpa por no cumplirlos. Compete a los
profesionales de salud no sólo prestar excelentes servicios diagnósticos, clínicos,
quirúrgicos, sino trabajar ardua y constantemente en la búsqueda de soluciones para
erradicar los problemas que afectan a las comunidades de seres vivos que están bajo su
área de influencia, ir más allá de los tratamientos, para buscar las causas de las
patologías y enfermedades y contrarrestarlas con medidas de prevención o protección
específica, antecedidas de la promoción de la salud [18], dentro de un humanismo
creciente.
Ética en medicina es ética filosófica o fundamentación filosófica de actitudes
éticas y de comportamiento ético en la medicina; ética médica no es una ética
particular pero sí una ética de situaciones particulares [21].
BIOÉTICA MÉDICA Y COMPROMISO SOCIAL:
Nuestro compromiso actual es con el pasado del que no podemos desvincularnos, con el
presente que debemos mejorar y con el futuro que debemos procurar y preservar, hay que
equilibrar la ética de lo próximo con la ética de lo lejano, la ética del mundo
coetáneo con la ética del medio ambiente y de la posteridad [21].
Si del mundo dividido por la economía y la cultura que están estrechamente relacionadas
han surgido sociedades diferentes, merecen especial llamada de atención las Facultades de
las Ciencias de la Salud existentes en los países sub-desarrollados, inmensamente pobres
y en las que se imparte una educación interesada principalmente en el manejo de las
patologías con base en las tecnologías más avanzadas, por lo general también las más
costosas, -que a menudo se asumen como las prácticas que merecen el reconocimiento
académico y profesional-, se olvida que millones de personas no tendrán acceso a esos
servicios, precisamente por resultar tan escasos y costosos, circunstancia que en efecto,
termina por condenarlas al gradual deterioro de sus condiciones de vida. Corresponde a la
universidad comprometerse con este desarrollo.
En tiempos neoliberales el Estado ha dejado al ciudadano y a la población en general
abandonados a su propia suerte. La universidad debe tratar, por tanto, de construir
herramientas de investigación, los planes y proyectos que pudieran ser útiles a la
construcción de una cultura que permita que la salud acontezca como evento resultante de
las condiciones de vida [18].
Para finalizar este capítulo voy a enumerar un "decálogo bioético" que según
Cely haría exitoso el tercer milenio y que podría explicar muy bien el compromiso
personal y social de la Bioética.
Progresad en la autonomía humana,
desarrollando la razón y la sabiduría para crecer en la autoestima y alcanzar la
libertad.
Pedid incansablemente la sabiduría
divina para lograr ver el significado de los acontecimientos y llenaos de razones
inteligentes para superar la adversidad y oxigenar de sentido gratificante la existencia.
Desarrollad con rigor la ciencia y la
tecnología y ponedlas al servicio del bienestar humano y de sus ecosistemas.
Mirad la madre naturaleza con ojos
amorosos y contemplativos para dejaros llenar de sentido vital, con la fuerza de su luz y
su color.
Cuidad de los humildes, de los más
pobres, de los más débiles, con la profunda convicción que recibirás en recompensa el
ciento por uno en este mundo, más la vida eterna.
Privilegiad el pluralismo que se
manifiesta en la diversidad natural y cultural, abriendo el espíritu a la feliz
aceptación de que también debemos unirnos en las diferencias.
Esforzaos por dejar este mundo mejor de
lo que lo encontrasteis, haciendo fecundo vuestro caminar para que podáis unir el cielo
con la tierra sin dejar cicatrices de junturas.
Amad la vida y respetadla en todas sus
manifestaciones cuidando la del prójimo como si fuera la propia.
Uníos con todos los hombres y mujeres
de buena voluntad para oponeros a todo tipo de injusticia, usando con mucha habilidad la
paz y la tolerancia como las armas más poderosas para vencer al enemigo.
Admirad con gran respeto a todas las
creencias religiosas que dignifiquen al ser humano y a su entorno, reconociendo al único
Dios que se comunica con la humanidad a través del pluralismo racial y cultural [25].
"Las leyes no son buenas ni malas sino
los hombres."
Transfiguración. Fernando Rielo
EL INICIO:
En 1967. La Facultad de Medicina de Hershey en Pennsylvania (EE.UU) va a ser la primera en
crear un departamento de humanidades médicas con una especial atención a la docencia en
ética médica. En los años siguientes casi todas las Facultades norteamericanas
desarrollaran algún sistema docente de bioética para sus alumnos [26]. En Estados
Unidos, la bioética tiene un carácter eminentemente pragmático, en muchas facultades en
las que se enseña medicina se opina así: "Nosotros creemos que la base del
currículo de ética médica debe centrarse en los problemas morales que los médicos más
frecuentemente encuentran en su práctica, más bien que en casos sensacionales que
raramente ocurren. El currículo debe dirigir diferentes clases de aprendizaje: la
clarificación de conceptos centrales, la comprensión de importantes procesos para la
toma de decisiones, la habilidad para aplicar conceptos y tomar decisiones en cada caso y
la adquisición de ciertas habilidades de acción reciproca" [27].
Su enseñanza nace como respuesta al incesante avance tecnológico y científico en el
campo médico buscando el ordenamiento curricular un programa que contemple la enseñanza
integrada de las disciplinas filosófico-teológicas con las biomédicas, seguidas de una
praxis en el acto médico que oriente la toma puntual de decisiones en la vida cotidiana y
en los casos limite [28].
En la enseñanza de la bioética se reconocen dificultades: "Primero, creemos que el
carácter moral básico de los estudiantes ha sido formado antes de entrar a la escuela de
medicina. Un currículo de ética médica está destinado no a mejorar el carácter moral
del futuro médico, sino a afirmar ese carácter moral sano con herramientas intelectuales
y habilidades de acción reciproca para dar a dicho carácter moral la expresión de la
conducta" [29]. Otra dificultad importante es que en algunas facultades de medicina
se piensa que la conducta ética es intuitiva y que se perfeccionará con la práctica, o
que para ser buenos médicos basta ser buenos técnicos, y, por tanto, no es necesario
organizar su enseñanza, hay un olvido; que la enseñanza de la ética contribuye a un
comportamiento moral [30]. También se señala que los conceptos sobre posibilidades y
limites para enseñar y aprender ética en los estudios médicos son muchos y
controvertidos. El concepto de ética que se debe enseñar representa un papel importante
en estas discusiones [31].
También es importante señalar que la educación humanística tiene sus limites. No se
puede esperar de ella algo extraordinario. Los estudios de ética y de humanidades pueden
aumentar la sensibilidad con respecto a las dimensiones humanas y personales de la
atención médica; pueden también facilitar la capacitación intelectual necesaria para
poder adoptar decisiones con un mayor sentido de responsabilidad moral, pero no puede
esperarse de estas disciplinas que hagan de todos los estudiantes seres humanos dotados de
sensibilidad exquisita ya que no pueden corregir los trastornos de personalidad ni las
motivaciones inadecuadas [21]. Para Pellegrino los estudios humanísticos en medicina
permiten adquirir, la formación intelectual indispensable para captar la naturaleza
cambiante de la medicina y la sociedad, para la protección del paciente como persona y de
su integridad como ser moral [32].
¿POR QUÉ ENSEÑARLA?
Quiero enumerar a continuación algunas de las razones, que se exponen en la literatura de
estos últimos años, para la enseñanza de la bioética.
Porque la Bioética es la disciplina
que recorre las ciencias biológicas para mejorar la calidad de vida del ser humano, en el
sentido que le permite al hombre participar en la evolución biológica, preservando, la
armonía universal, constituyéndose en expresión de un nuevo humanismo [33].
Porque los médicos saben de que son
capaces técnicamente hablando, pero no saben si deben hacerlo. Los filósofos conocen los
principios morales de la sociedad occidental, pero no las nuevas situaciones
(absolutamente inéditas) que desafían la jerarquía de valores establecida [33].
Porque es imperativo que los médicos y
otros profesionales de salud que se están entrenando actualmente y en el futuro tengan la
capacidad de analizar y confrontar estos problemas con la misma habilidad los problemas
clínicos de sus pacientes [34].
La experiencia norteamericana de la
enseñanza de la Bioética señala que se obtienen avances en:
- Mejora la capacidad del médico para identificar valores y conflictos de valores.
- Capacita al médico para manejar mejor los dilemas éticos.
- Potencia la percepción de las propias responsabilidades [35].
Porque la ética viene a ser el tejido
conjuntivo de la medicina, el plasma germinativo de la conducta que ofrece el sentido
benevolente de la acción y llena los vacíos de conocimiento aplicado a medicina, además
de resguardar el bien mayor de la vida, por encima de la propia voluntad. Viene a ser un
conjunto de principios que bajo la forma de idea, acción o sentimientos ¿Traduce la
necesidad de preservación de la especie?. Es el sistema inmunológico de la especie así
como cada individuo tiene su conjunto peculiar de defensa [36].
Es importante la formación ética como
elemento indispensable de la educación médica [37]. Porque el sentido de hacer las cosas
bien se puede perder al hacerlas eficientemente [38].
Porque el fin general de toda
educación, incluyendo la bioética, no debe ser otro que el de guiar al hombre en el
desarrollo a través del cual se forma como persona y ese desarrollo implica libertad y
opciones [39].
Porque los actos éticos repetidos
levará a hábitos éticos. Se conocen los estadios en la configuración de la
personalidad moral. a) El estadio premoral de 0-6 años. El estadio Protomoral de 7-12
años. El estadio de constitución de la personalidad moral de 12 a 18 años en las
mujeres y a 20 años en los varones, Estadio adulto, juventud, madurez y declive. La
educación universitaria se da en un periodo en que puede perfeccionar la personalidad
moral. En un primer nivel la historia ética del adulto es la historia de las
permanencias, modulaciones, evoluciones y cambios de las creencias, valores, actitudes y
hábitos morales, adquiridos por una persona durante su juventud, en un segundo y más
profundo sentido es la historia de la autonomía ética de la persona, de su diálogo
desde esa autonomía con su propia conciencia moral y de su responsabilidad ética ante
ésta, la historia. del "yo" más auténtico de la persona, el "yo"
ético [40].
Porque llama la atención que los
cambios de actitud ética más significativos se producen entre los estudiantes iniciales,
siendo menores los que se presentan entre estudiantes avanzados y médicos. Ello sugiere
que la educación médica y la experiencia clínica influyen sobre la actitud del
estudiante, tornándolo progresivamente más técnico, más interesado en la eficacia
terapéutica que en la disquisición diagnóstica y más preocupado de valores económicos
y de prestigio [41].
Porque la bioética, mira a alertar a
las sociedades sobre las consecuencias de su avance incontrolado. Se trata en resumen de
promover una forma de control democrático del proceso de innovación tecnocientífico. No
se trata de condenar las investigaciones ricas en promesas. En el dominio del ser humano
ellas deben revolucionar el aporte terapéutico a numerosas dolencias en las que factores
genéticos están implicados, en el campo de la agricultura y de la alimentación, el
avance de la biotecnología abre la vía de la mejoría y seguridad de alimentar a la
humanidad. Porque la bioética como escuela de responsabilidad, ambiciona contribuir para
un desarrollo controlado de las ciencias de la vida, garantizando el respeto de la persona
humana y de los valores democráticos esenciales [42].
Porque la técnica es un ejercicio del
poder humano, una forma de actuación humana, por tanto, sometida a examen moral y de la
que tenemos una responsabilidad. "Hoy día toda aplicación de una capacidad técnica
por parte de la sociedad tiende a crecer a gran escala la técnica moderna tiende
íntimamente al uso a gran escala y quizá se vuelva demasiado grande para el tamaño del
escenario en que se desarrolla -la tierra-, y para el bien de los actores -los seres
humanos-. Una cosa es segura: ella y sus obras se extienden por el planeta; sus efectos
acumulativos se extenderán a lo largo de innumerables generaciones futuras. Con lo que
hacemos aquí y ahora pensando en nosotros influimos en la vida de millones de personas,
en otros lugares y en el futuro, que no tienen ni voz ni voto al respecto. Hipotecamos la
vida futura a cambio de ventajas y necesidades a corto plazo. El punto de partida aquí es
que la inserción de otras dimensiones, globales y futuras, en nuestras decisiones
cotidianas, mundano-prácticas, es una innovación ética con la que ]a técnica nos ha
cargado; y la categoría ética que este nuevo hecho saca a la palestra se llama
responsabilidad. Las exigencias a la responsabilidad crecen proporcionalmente a los actos
del poder" [43].
Por último citaré al profesor Diego
Gracia quien dice "Los actos de conocimiento y habilidad acaban formando actitudes
morales, estas que llamamos actitudes secundarias. Por tanto, cabe concluir que las
actitudes en parte se tienen y en parte se adquieren; o también, que en una cierta.
medida son innatas, y en otras adquiridas", por tanto susceptibles de ser mejoradas
con la adquisición de conocimientos y habilidades [12].
¿QUIÉN LA ENSEÑA?
Este es un tema no resuelto y controversial. Por un lado estarían los filósofos:
"Cuando los filósofos de la moral se interesan por la medicina tratan de analizar
los ejemplos producidos en este campo a la luz de sus preceptos generales; los
deontólogos y los fundamentalistas desarrollan argumentos para sustentar sus principios
básicos y aplican dichos principios a los problemas médicos con el fin de establecer
reglas prácticas; estos procedimientos se realizaron para ordenar la multiplicidad de
casos clínicos complejos y en consecuencia se aplicaron las reglas para indicar el curso
de acción justificable [38].
Se dice que la enseñanza de la bioética en el campo de la salud está atrasada en
relación con las necesidades de la sociedad (y es necesario superar rápidamente este
atraso), porque en el establecimiento de formación científica y médica hay más
interés en las técnicas que en la ética. Existen pocos especialistas en esa materia.
Son sobre todo los juristas y los filósofos que se interesan por ella y están poco
ligados a las facultades; científicas y médicas. Esta insuficiencia constituye
indudablemente el principal inconveniente del sistema actual. Es necesario desarrollar una
enseñanza más concreta, basada en estudio de casos que interesen a los estudiantes [44].
Parece necesario que quien enseñe ética tenga una muy buena preparación filosófica en
la fundamentación de la ética y, además, en medicina; a propósito de este tema León
Cechini en la propuesta que hace para la enseñanza de la bioética en la universidad
refiere: "Durante la primera etapa, de duración variable, se realizaría el
adoctrinamiento de los profesores de la Facultad de Medicina, de todas las materias,
incluyendo las ciencias básicas en los fundamentos éticos de la práctica médica con
consideración muy especial de los aspectos filosóficos envueltos" [45].
Es interesante la experiencia norteamericana que ha sido quien a partir de la enseñanza
de la ética en medicina ha llevado la ética a otras profesiones: "Los médicos
especialistas de la nueva ética médica americana fueron capaces de trasladar sin mucha
dificultad el aparato conceptual de la medicina a otras profesiones; los centros de
investigación originalmente organizados para la ética médica se convirtieron en centros
de estudios de ética en el trabajo, el gobierno, el derecho, el periodismo; traslado que
fue fácil porque los mismos conceptos y categorías usadas para los problemas médicos
fueron simplemente aplicados a otras áreas profesionales" [46].
¿CÓMO ENSEÑARLA?
Volveré a tomar algunas consideraciones hechas por el profesor Diego Gracia sobre el
hecho de que los conocimientos y habilidades nos llevan al desarrollo de actitudes y para
este desarrollo de conocimientos y habilidades podrían tomarse algunas de las
metodologías más usadas en la enseñanza médica actual como son:
El estudio de casos: "La ética de
casos, es importante porque la medicina trata siempre con casos; pero, en el análisis de
un caso objetivo no hay lugar para consideraciones del compromiso moral que caracteriza a
los mejores médicos... Sabiendo que: nunca podremos entender a los seres humanos en una
forma exhaustiva o final pero que sí logramos saber algo sobre ellos; saber que cierta
conducta es correcta porque respeta, promueve y es propia de hombres; de igual manera es
posible conocer algo de las necesidades de las personas que están enfermas y de la
historia de la profesión que se ocupa en ayudarlas. Nuestro conocimiento ciertamente es
limitado y de igual forma existen restricciones debidas a dificultades culturales; pero
existen también acuerdos trasculturales acerca de lo que son tanto un hombre como una
práctica médica buenos; por eso feministas, radicales, judíos, ortodoxos, tribus
primitivas y el partido secular, residualmente cristianos con sus practicantes médicos en
algún hospital americano, reconocen y respetan cierto tipo de conducta médica [38].
Planes de estudio orientados a la
solución de problemas, en los que la bioética puede incluirse. Son modelos educativos
muy progresistas que no tratan tan sólo de enseñar los conocimientos, habilidades y
actitudes necesarios para el ejercicio de la medicina, sino también de orientar todo el
sistema docente de tal manera que el estudiante adquiera la capacidad de resolver
problemas, que aprenda por sí mismo a buscar la información necesaria y que se
transforme así, en perpetuo autoaprendiz. Estos modelos nada tienen que ver con los
planes clásicos ni con los integrados. Sus características fundamentales son las
siguientes:
- Todo el sistema está dirigido a la solución de problemas tal y como se encuentran en
la práctica.
- El aprendizaje es autodirigido.
- Extenso entrenamiento en el empleo de los recursos informáticos.
Esto junto con un plan de estudios integrado que pretende evitar la desconexión por
asignaturas [47-49].
También en la metodología actual se
proponen los temas transversales que constituyen ejes en torno a los cuales deben girar
los contenidos de los cursos o módulos de un plan de estudios. Es por ello que los
programas de estudios presentan objetivos de aprendizaje y contenidos vinculados a dichos
temas, la decisión de considerar temas transversales representa la intención de una
institución educativa de incorporar al currículo las preocupaciones más acuciantes de
la sociedad actual sin que ello signifique dejar de lado los contenidos de los cursos. Los
temas transversales constituyen, un planteamiento que pretende hacer que los contenidos
sean más significativos para los alumnos, más vitales, más cotidianos, más cercanos,
menos lejanos, menos abstractos. La vinculación entre los temas transversales y los
contenidos curriculares da un sentido a estos últimos y los hace aparecer como
instrumentos culturales valiosísimos para aproximar lo científico a lo cotidiano. El
carácter transversal de los temas hace que estos atraviesen todos y cada uno de los
cursos, asignaturas o módulos, por lo tanto, atraviesan todo el plan curricular y cada
uno de los programas de estudio. Entonces, cada. tema cumple una función globalizadora [50].
Sería también interesante aplicar los
conceptos de la medicina basada en evidencias (MBE) para la enseñanza-aprendizaje de la
bioética. La práctica de la medicina basada en evidencias significa la integración de
la maestría clínica individual con las mejores evidencias clínicas (bioéticas)
externas posibles, a partir de una investigación sistemática. Por "maestría
clínica individual" entendemos el dominio del conocimiento y del juicio que los
clínicos individuales adquieren a través de la experiencia clínica y de la práctica
clínica. El aumento de la maestría se refleja de muchas formas, pero especialmente en un
diagnóstico más efectivo y más eficiente, en una identificación más completa y una
utilización más sensible de los problemas, derechos y preferencias de los pacientes
individuales a la hora de tomar decisiones clínicas (éticas) sobre su asistencia. Por la
"mejor evidencia clínica disponible se entiende la investigación clínicamente
relevante". Los pasos a seguir son:
- Convertirnos estas necesidades de información en preguntas susceptibles de respuesta;
- Localizamos, con la máxima eficiencia, las mejores evidencia con las que responder.
- Valoramos críticamente la validez y la utilidad de esas evidencias.
- Aplicamos los resultados de esta valoración a nuestra práctica clínica y
Evaluamos nuestro rendimiento.
Los médicos que practican la MBE identificarán y aplicarán las intervenciones más
eficaces para maximizar la calidad y la cantidad de vida de los pacientes individuales [51].
Concluimos este capítulo con la convicción que muchas de estas nuevas metodologías
pueden ser llevadas a la enseñanza de la bioética, siendo, además, que unas sirven de
enlace y complemento a las otras.
"La tolerancia debe la sabiduría a
que no existe el error absoluto"
Transfiguración. Fernando Rielo
Lo expuesto anteriormente sobre las dificultades y conflictos de la enseñanza de la
bioética en la universidad y en las facultades de medicina puede ser aplicado a Perú.
Hay diversidad de conceptos sobre la enseñanza de la ética, oscilando entre los que
opinan que la ética no se enseña y los que opinan que la ética médica se reduce a la
deontología e incluso que la explosión de problemas de malpraxis publicitados por la
prensa local se debe a la falta de enseñanza del Código de Deontología. Por tanto, los
Programas de ética son dispersos y variados tanto en temas como en metodologías. En
junio de 1998, el Colegio Médico del Perú convocó la I Jornada Nacional de Enseñanza
de la Ética y Bioética en el Perú con la participación del programa Regional de
Bioética OPS/OMS. En esta jornada se puso de manifiesto la falta de Fundamentación de
los programas y la falta de Metodología. La mayoría de las veces la ética es enseñanza
como una asignatura más, sólo que más corta, que se limita a la exposición de temas,
muchas veces con poca fundamentación y donde al final prima la ideología de cada
expositor, con poca relevancia para el estudiante de pregrado y de postgrado, dándose el
caso que hay universidades que enseñan ética sólo en pregrado mientras otras lo hacen
sólo en postgrado y otras lo resumen en un curso de deontología.
En un artículo escrito por Llanos, el año 1990, a propósito de la enseñanza de la
bioética en Perú, decía: "Actualmente existe un conflicto entre dos orientaciones
de la ética médica: una que la hace dependiente de la bioética, y otra que la hace
depender de la ética profesional.
A fines de los años sesenta, tanto en Perú como en el resto del mundo, la bioética se
impartía en las cátedras de filosofía y teología. Luego, en general se tendió a
integrarla en la enseñanza de la medicina, aunque en Perú se sigue dictando en las
mismas cátedras, la bioética ha ido ganado terreno y ha adquirido su propia identidad.
En la actualidad, constituye algo así como la filosofía de la medicina, plantea la
enseñanza de la antropología médica y la epistemología médica y se difunde como una
disciplina independiente. Sin embargo, en el Perú todavía no ha alcanzado este grado de
reconocimiento y difusión [52]. Este panorama apenas se ha modificado a pesar de la
urgente necesidad de hacerlo.
Un estudio transversal descriptivo realizado en 1991 por Ortiz, evalúa a un grupo de
docentes de medicina de la UPCH y a dos grupos de estudiantes de medicina de la LIPCH
(cada grupo de los estudiantes ubicado en los extremos de la formación profesional). Se
realiza la evaluación de la Ética y algunos valores relacionados a la medicina.
Encuentra una minusvaloración del sentido humanitario respecto al afán científico, una
minusvaloración de la Vida del anciano y que el concepto de conservación de la vida es
menos valorado en los estudiantes del último año [37]. A pesar de que en los años que
se hizo esta. evaluación ya se impartía el curso de ética en la universidad.
Todas las consideraciones anteriores más la situación actual de Perú nos llevan a
proponer lo siguiente:
Una enseñanza de la bioética en Perú acorde a la realidad que vivimos comprometida con
el progreso y el desarrollo de la sociedad. Donde se respeten como principios
fundamentales la justicia y la no maleficencia [12], con especial atención a la equidad y
la solidaridad.
Una enseñanza en la que se enseñen los fundamentos de la bioética y que estos puedan
ser aplicados a los casos y que se desarrolle a todos los niveles pregrado, postgrado y
formación continuada [12].
Una enseñanza de la bioética integrada con el resto de las materias clínicas con
metodología adecuada y actual que lleve al desarrollo de actitudes.
Se observa la necesidad de formación de profesionales de medicina en la fundamentación
de la bioética.
Así mismo se observa la necesidad de estudios de campo donde se pueda hacer un análisis
objetivo de la enseñanza de la bioética en el Perú.
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Médico Asistente, Hospital Nacional Arzobispo Loayza de Lima. Profesora Asociada,
Departamento de Medicina, FMAH-UPCH.
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