Paediatrica  2002, 4(3): 67-68


OUR LATIN THING

Nilton Yhuri Carreazo Pariasca*


“Échale semilla a la maraca pa’ que suene chacuchá cuchucuchá cuchá...”
Cheo Feliciano en “El Ratón”

La Real Academia Española (2001) define salsa como una composición o mezcla de varias sustancias comestibles desleídas, que se hace para aderezar o condimentar la comida... ¡Nada más cierto! Pues esto constituye la Salsa: una mezcla y fusión de distintos géneros de la música cubana, principalmente el Son, la Rumba, el Danzón y sus derivados; con elementos de otros géneros del Caribe, como la Bomba, la Plena, la Cumbia; y géneros latinoamericanos como la Samba y el Tango. Willie Colón añadiría “La Salsa no es música, es un concepto musical”. 

Pero, ¿de donde proviene el término Salsa? Para poder explicar el origen de este término debemos situarnos en el South Bronx de Nueva York de los ‘60s: el barrio, la llamada “Caldera del Diablo”; donde un grupo de inmigrantes (cubanos y puertorriqueños principalmente) mezclaban sonidos y ritmos en la búsqueda de un ritmo que los identificara. La casa disquera Fania reúne a estos músicos e inicia de esta manera la propagación de este género musical. Sin embargo, al igual como el Tango o el Jazz en sus inicios; este nuevo ritmo sufrió muchas críticas, pues era música irreverente proveniente del barrio. Se decía que era música cubana vieja y poco innovadora, sin contenido y simplista... hasta el año 1971.

El 21 de agosto de 1971, se presentó en el salón de baile “Cheetah” la agrupación Fania All Stars en un concierto-baile. La Fania tenía como director musical a Johnny Pacheco, Ray Barreto en la tumbadora, Larry Harlow en el piano, Willie Colón en el trombón, Bobby Valentín en el bajo y Roberto Roena en el bongó. Como invitados especiales Richie Ray y Bobby Cruz. En las “cuerdas vocales”: Adalberto Santiago y Pete “El Conde” Rodríguez, cantantes identificados con la tradición sonera y charanguera de Cuba en Nueva York; Santos Colón y Cheo Feliciano, cantantes solistas que provenían de la tradición musical caribeña en Nueva York; y los novatos Ismael Miranda y Héctor Lavoe, soneros jóvenes que expresaban su conexión directa con el barrio, con sus estilos de soneo malandro y callejero. El éxito fue apoteósico, la reunión se inmortalizó en la película “Nuestra cosa latina” y Johnny Pacheco “oficializó” el término Salsa, el cual promovió cuando la Fania empezó a viajar por Europa: “Como la palabra ‘salsa’ – igual que ‘sabor’ o ‘azúcar’, por ejemplo – siempre ha estado ligada a esta música, no me pareció mal llamarla así”.

 

Hasta la década del ’80 la Salsa ofrece sus mejores frutos como corriente musical. Durante este tiempo, cada “cocinero” mezcló los ingredientes de manera singular para crear “su Salsa”; obteniendo – para beneplácito nuestro – salsas con diferente “Sabor”. Sin embargo, independiente del intérprete o agrupación musical, la SALSA conserva algo en común: la calle, el barrio como mudo testigo de su concepción. 

Bibliografía


* Médico Residente de Pediatría III. UNMSM.
Instituto de Salud del Niño


back.gif (71 bytes) Contenido

Volumenes anteriores

Listado por Títulos