GUIDO CIMINO y NINO DAZZI (Eds):
La psicologia in Italia. I protagonisti e i problemi scientifici, filosofici e
istituzionali (1870-1945).- Un volumen de 720 páginas.- Edizioni Universitarie
di Lettere Economia Diritto, Milán, 1998.
Poco, muy poco, se sabe en América
Latina acerca de la psicología italiana, de su historia y de su estado actual. La
excelente presentación que hiciera Sadi Marhaba en su Lineamenti della psicología
italiana: 1870-1945 (Florencia: Giunti-Barbera, 1981, 364 páginas), está al alcance
sólo del que conoce el idioma de D'Annunzzio.
Cierto, la psicología desarrollada en la península itálica no ha tenido ni tiene el
prestigio de la psicología francesa, alemana e inglesa, ni, mucho menos, el de la
norteamericana. Sin embargo, algunos nombres alcanzaron prestigio internacional y están
vinculados (estrecha o laxamente) a conceptos y momentos significativos en la historia de
la psicología: ese es el caso de Federico Kiesow (1858-1940, que puede ser considerado
tanto alemán como italiano y que publicó en uno y otro idioma); Vittorio Benussi
(1878-1927, que a su vez suele ser identificado como italiano pero también como
austríaco); Eugenio Rignano (1870-1930); Sante De Sanctis (1862-1935), cuya
autobiografía fue incluida en la famosa serie: A history of psychology in autobiography,
que editara Carl Murchison (Worcester-Mass: Clark University Press, 1936 volumen 3,
páginas 83-120); pero, sobre todo, Agostino Gemelli (1878-1959), presente en el volumen 4
de la serie antes mencionada (1952, páginas 97-121).
La psicologia in Italia, editada por dos distinguidos historiadores de la psicología de
su país, es un macizo volumen (resultado del trabajo de 21 especialistas) que permite al
lector un conocimiento amplio y fundado de las vicisitudes de la ciencia psicológica en
esa nación europea entre 1870 y 1945.
El enfoque es predominantemente biográfico: de los 21 capítulos que la conforman, 16
tienen como tema a un psicólogo, su vida y su obra, o a un precursor de la psicología,
como Roberto Ardigó. Para mencionar sólo algunos nombres, digamos que María Sinatra es
la autora de Federico Kiesow (páginas 323-370) y Vittorio Benussi (páginas 473-521);
Lucia Venini trata de Agostino Gemelli (páginas 561-579), mientras que Rodolfo Reichmann
escribe sobre Cesare L. Musatti, destacada figura del psicoanálisis en Italia (páginas
523-559).
Los restantes capítulos son visiones de conjunto: Guido Cimino escribe Origine e sviluppi
della psicologia italiana (páginas 11-54), y Girolamo de Liguori es el autor de La
psicofísica in Italia dal 1860 al 1901 (páginas 55-84). Los tres trabajos que cierran el
libro son I rapporti tra psichiatria e psicologia in Italia, a cargo de Patrizia Guarnieri
(páginas 581-608), autora de un trabajo breve pero excelente que pudimos revisar hace
algunos años (La storia della psichiatria. Un secolo di studi in Italia. Florencia,
Olschki, 1991); Gli studi di psicologia nell'Enciclopedia Italiana, por Margarete Durst
(páginas 609-650); y La crisi della psicologia in Italia, por Ferruccio Ferruzzi
(páginas 651-720).
Algunos autores considerados en el volumen tienen importancia sólo para el lector
italiano, pues es probable que pocos en el extranjero conozcan a Francesco De Sarlo y
Antonio Aliotta, tratados en sus páginas. Pero una figura como Gemelli, tal vez el
psicólogo italiano más conocido en la segunda mitad del siglo XX, sí despertará
interés entre el público extranjero. Su Introduzione alla psicologia, escrita con
Giorgio Zunini, fue un best-seller; publicada en 1947, para 1954 había alcanzado ya la
cuarta edición. Una versión castellana de esta obra podía encontrarse en librerías
limeñas allá por la década de los setenta.
El tratamiento que la Venini hace de Gemelli intenta ser objetivo. Sacerdote franciscano,
Agostino Gemelli - señala Venini - jugó un rol indiscutido en la psicología italiana en
el periodo entre ambas guerras mundiales. Pero no sólo en la psicología, sino también
en la vida cultural de su país, pues en 1919 fundó en Milán la Universitá Cattolica
del Sacro Cuore. Su figura pareció por mucho tiempo intocable, pero en los últimos años
se ha iniciado una revisión crítica tanto de su obra como de su conducta en los años
del fascismo.
Para los lectores latinoamericanos, y, en especial para los peruanos, tal vez el capítulo
más interesante es el dedicado a Sante De Sanctis, vinculado interposita persona con la
psiquiatría peruana a través de Hermilio Valdizán, su discípulo peruano y figura
arquetípica de la especialidad psiquiátrica de nuestro país. La presentación que hace
de él Antonio M. Ferrari (páginas 255-296), nos expone su evolución intelectual, y
dedica amplio espacio a sus ideas y a sus contribuciones a la psicología experimental y
aplicada.
Hay, sin embargo, un importante ausente: Eduardo Weiss (1889-1970), figura de primer orden
en la historia del psicoanálisis en Italia. En 1932, en colaboración con F. Banissoni,
C. Musatti, G. Dalma, E. Servadio, N. Perrotti y R. Merloni, Weiss fundó la Rivista
Italiana di Psicoanalisi, silenciada en 1934 por una acción combinada de la Iglesia y del
régimen fascista. En 1939, dejó su país para trasladarse a los Estados Unidos.
La obra editada por Cimino y Dazzi es una nueva expresión del desarrollo de los estudios
históricos de la psicología y la psiquiatría italianas.
Ramón LEÓN
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