ASPECTOS EPIDEMIOLÓGICOS DE
LA LUCHA DE JACOB CON EL ÁNGEL
Por KLAUS-DIETER GORENC*
* Facultad de Medicina; Secretaría de Planeación y Desarrollo Institucional; Edificio B,
6o. piso; Ciudad Universitaria; 04510 Coyoacán, D.F., México; Teléfonos: (52
5)5623-2312; -2313; -2339; -2489 extensión 18; buzón electrónico:
klaus@servidor.unam.mx
Contesté aproximadamente la verdad, de
miedo de pisar en alguna trampa...
Ricardo Güiraldes1
(Don Segundo Sombra, 1926)
Resumen
Se examinó el comportamiento del engaño científico a través de una serie de tiempo que
se inicio en el año de 346 a.d.n.e. y finalizó en el de 1990 d.d.n.e. Con los datos
proporcionados por la revisión bibliográfica fue posible realizar proyecciones, primero
hacia el año 2000 y posteriormente hasta alcanzar el año 2025. En el lapso de esos 2,336
años se registró un total de 51 engaños científicos. Por lo que el riesgo se sitúa en
2.2 engaños científicos por cada 100 años, que se incrementó a 10.9, al dividirse esa
serie de tiempo en cinco periodos históricos. Para controlar la vasta dispersión del
fenómeno, se procedió a cercarlo mediante la selección aleatoria un solo año. Durante
el año de 1974, cinco científicos cometieron engaño, que corresponde a una incidencia
de aproximadamente 2.7 por cada 100,000 científicos. Esta medida de riesgo sufrió un
incremento exponencial a 21 por cada 100,000 científicos, debido a que esta tasa
comprende a los científicos que hubieran estado intentando realizar un engaño -
paraengaño - durante ese año, así como las cifras oscuras respectivas, que fueron
estimadas con base era los principios de la simulación y la analogía. Controlando la
adjudicación de esos parámetros aplicados, la incidencia se incrementaría a 140
engaños por cada 100,000 científicos de punta. Asimismo, se estableció que por cada
engaño científico descubierto, tres no lo son. Esta serie de tiempo señala que la
acción ascendente del engaño científico se estabiliza hasta el año 2000 para luego
mostrar un descenso continuo hasta el año 2025. Se observó, asimismo, una asociación
directamente proporcional entre la duplicación del indicador del gasto destinado a la
investigación y el desarrollo experimental en el llamado Grupo de los Siete y una
duplicación en la población científica total, que se acompañó también de una
duplicación de los engaños científicos y la respectiva duplicación de los denominados
cazadores de fraudes -fraudbusters-. Por lo tanto, la resultante estructura de la
engañótica, mostró una estrecha correlación entre los diversos actores. Estos
resultados ofrecen un sostén empírico a los actores, primero, que asociaron este tipo de
engaño con la dictadura de los científicos mediocres y, en segunda instancia, a
aquéllos que sugirieron que el comportamiento de los actores corresponde al drama de la
conciencia moral individual. Para controlar esta conducta, se propusieron algunos agentes
preventivos muy sencillos.
Summary
The scientific deceit behavior was examined through a time series that start in the year
346 b.o.e. and end in the year 1990 a.o.e. With the data provided by the literature
revision that was done, it was possible to obtain the deceit projections for the year 2000
and, later, to reach the year 2025. Throughout these 2,336 years, a total of 51 scientific
deceits were registered. Therefore, the risk was of 2.2 scientific deceits for every 100
years. An increment to 10.9 appeared when this time series was split into five historical
periods. To control the vast dispersion of this phenomenon, only one year was randomly
selected. During 1974, five scientists committed deceit, which correspond to an incidence
of 2.7/100,000 scientists approximately. This risk measure suffered an exponential
increment to 21/100,000 scientists, because this rate comprehended those scientists whom
intended to make a deceit - paradeceit - during that year as well as their respective
under-reported deceits, which were estimated through the principles of simulation and
analogy. Controlling the adjudication of these applied parameters, the accidence should
present am increment of deceits to 140/100,000 forefront scientists. It was also
established that for each discovered scientific deceit, three are not detected. This tune
series showed that the ascending scientific deceit is stabilized until the year 2000 and
then it presents a persistent decrease up on the year 2025. A direct proportional
association between the duplication of the indicator of expenditure for research and
experimental development in the so-called Group of the Seven and a duplication of the
total scientific population, which also agreed with a duplication of scientific deceits
and the respective duplication of fraudbusters, was observed. Therefore, the resulted
structure of deceit presented a close correlation among the diverse scientific actors.
These results extend an empirical support, firstly to those authors, who associate this
kind of deceit with the dictatorship of mediocre scientists and, secondly, to those, which
suggest that, the behavior of the actors has a correspondence with the drama of the
individual moral conscience. To control this behavior, some agreeable preventive agents
are recommended.
PALABRAS-CLAVE: Engaño científico, ritmo, tendencias, agentes facilitadores, agentes
preventivos.
KEY WORDS : Scientific deceit, rhythm, tendencies, triggering agents, preventive agents.
Introducción
El drama real de este experimento compete a la lucha entre el orgullo y la defensa de los
intereses propios con una generosidad superior, que es la única que puede apaciguar la
envidia del rival y culminar en una verdadera reconciliación2. Las utilerías
del escenario corresponden a la engañótica de Mauro3, definida por Trocchio3
como la ciencia que enseña a los científicos como engañar a otros científicos, que se
traduce en no hay ni habrá nunca moral científica4. Luego entonces,
únicamente concierne a la responsabilidad de aquella y/o aquel que arroja al mercado sus
resultados. No hay justificación, tampoco inocencia, como afirmó Poincaré4,
ni propósito noble como el interés por la ciencia3. Sin excusa alguna, se
trata de una conducta tipificada con una construcción teórica concerniente al dolo
dentro del discurso jurídico penal predominante en Hispaño-américa de corte
neokantiaño, en plena época del azote posmodernista, harto heterodoxa; por ende,
fácilmente manipulable5. Esto es así como ver caminando a Immanuel Kant
disfrazado de Darky por Miraflores, allá por el oeste de la majestuosa ciudad de Lima. En
conclusión, cada sujeto6 es responsable de lo que haga o deje de hacer.
Lo que posiblemente haría falta, fuera de la solemne formalidad de las revistas
científicas habituales, una sola revista mundial dirigida a publicar, sin la
intervención de los engorrosos árbitros posexpertos ("Al parecer, estos árbitros
desconocen que su misma experticia los lleva a ser virtuosos del formalismo y se olvidan
de la naturaleza real, además de que se arriesgan a nunca más trabajar en algo realmente
interesante" [Pauli -1900-1958-, quien demostró que únicamente dos electrones
pueden ocupar el mismo nivel de energía -tienen el mismo número cuántico-
simultáneamente en un átomo -premio Nóbel de Física, 1945- citado en Weisskopf7,
físico que participó en el desarrollo de la primera bomba atómica en la estación de
Los Alamos]), los productos paralelos al quehacer científico: plagios, fraudes,
fantasías, ocurrencias, asociaciónes libres, manipulaciones de los datos y mentiras.
Esta revista deberá contemplar un espacio para ofrecer al público metaanalítico
aquellos resultados que no refutaron la hipótesis nula, para controlar la influencia del
sesgo de las publicaciones8. Esto, con base en el principio de que resultados
negativos también son resultados9. Es decir, se requiere de un espacio más
que funja como basurero, donde se depositarán los resultados rechazados por los
posexpertos con los dictámenes respectivos y así ofrecer un recipiente para una sabrosa
discusión con lo que se promueve el aprendizaje y se renueva el conocimiento. Sobre todo,
restituir lo lúdico en la aplicación del método científico. Algo semejante se ofreció
en 1988 en la majestuosa ciudad de Lima para la psiquiatría transhispanomericana10.
Se podría predecir un éxito editorial mundial con este tipo de revista, pues sería una
linda fuente inagotable de paradigmas. Esta propuesta se volvió a refrescar al leer en
Trocchio3, donde relató que un tal B. Lands había sostenido que los
artículos ficticios de R. Gullis (Cf. Cuadro 1 situado en el Anexo), quien había mentido
con respecto a la acción de las encefalinas, podían considerase entre los más
interesantes que el había leído en los dos últimos años (Alrededor de 1975). Otra
narración altamente estimulante se vincula con la autoconfesión de F. A. Kekulé, quien
en 1865 había descubierto la estructura del benzol al soñar con una danza de átomos,
que poco a poco se convirtieron en varias serpientes, hasta que una de ellas se mordió la
cola formando un anillo. Asimismo, se hubiera ayudado, desde 1931, al joven matemático
austriaco de veinticinco años de edad, K. Gödel a difundir sin demora su espléndido
chispazo del pensamiento lateral, denominado intuitivo11 plasmado en apenas 25
páginas, que no destruyó los Principia Mathematica, obra gigante de tres volúmenes de.
B. Russel y A. N. Whitehead, publicada entre 1910 y 1913, pero lo hizo menos interesante
para los matemáticos, puesto que demostró que los objetivos perseguidos por Russel y
Whitehead eran ilusorios12 mediante la siguiente expresión:
A cada clase k w-consiste y recursiva de formulae corresponden signos de clases r
recursivos, de tal modo que ni v Gen r ni Neg (v Gen r) pertenecen a Flg(k) (donde v es la
variante libre de r)
Este contenido era inteligible para la mayoría de los matemáticos de los años treinta13,
que traducido dice:
Toda formulación axiomática de teoría de los números incluye proposiciones
indecidibles.
Con lo que quedó fincado que la demostración es un concepto más endeble que la verdad,
independientemente del sistema axiomático de que se trate. Revelando con ello, no sólo
agujeros irreparables en el sistema axiomático de Russel y Whiteheat, sino que ningún
sistema axiomático podía producir todas las verdades relativas a la teoría de los
números, salvo que se tratara de un sistema no coherente12.
En esa misma Lima, rodeada por la belleza de su potencial pluriétnico y policultural, se
conjugó en forma azarosa una trilogía constituida por el primer elemento concerniente al
encuentro con Trocchio3, allá, en una librería en San Isidro, cuya obra
invitó a dar un lindo paseíllo por el exuberante jardín de las mentiras de la ciencia
sin enjuiciamientos.
Por ello, compete a esa obra3 el principio que canta así: primero en tiempo,
primero en derecho. El texto de este experimento únicamente sirve de adorno al Cuadro 1
que exhibe de manera cronológica las acciónes dolosas. Es decir, al encuadrar, se
sintetizó el contenido de la obra de Trocchio3 con tres participaciones
extrañas a ese texto original3: Butterfield14, Masson15
y Poincaré4, quienes fueron debidamente referidos como algunas anotaciones
dirigidas a ampliar la información dispuesta en las siete columnas del Cuadro 1, que se
situó en el Anexo, para abrir un espacio al examen de la parte numérica -y su parte
oculta- a través de la simulación16, que permite fingir tener lo que no se
tiene o tuvo. La segunda pieza de esta trilogía, se refiere a una conferencia dada,
durante el festejo del I Congreso Peruano de Psiquiatría Biológica -11.1996-, acerca de
un estudio empírico sobre la deontología en el currículo médico. Allí, los resultados
negativos señalaron que en los estudiantes de medicina provenientes de escuelas con y sin
asignatura de ética médica en el currículo, predominan las actitudes éticas sobre las
antiéticas. Estas últimas, se observaron en situaciones especiales como en la
iatrogénica quirúrgica, la eutanasia neonatal y con respecto al secreto profesional en
pacientes con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)17. Y estos
problemas relativos, según Baruk2, a la conciencia moral, están entrelazados
con otras cuestiones psicofisiológicas. Verbigracia, no basta concebir el juicio de bien
y de mal, siendo también necesario poder aplicar y ejecutar la orientación elegida y
ésta es el origen de las mejores acciónes y también de las peores perversidades, debido
a que está ligada a la libertad. Ante lo cual, Baruk2 sostiene que ser
conciente, es decir, saber lo que se hace, juzgar el valor de sus actos y de sus
consecuencias, saber elegir, supone un juicio emanado de la plena libertad, sin presión.
El tercer no esperado componente que integró la mencionada trilogía, rompió con la
formalidad y solemnidad de los denominados eventos científicos. Esto se debió a que con
la intervención del que escribe, éste no pudo sostener a las distimias dentro de los
marcos de clasificación de las enfermedades mentales en sus enésimas revisiones18,19
. Ya que el problema de estas clasificaciones sólo está siendo contemplando desde
la perspectiva del lenguaje de la ciencia, y no, como un problema del conocimiento
científico20. En caso contrario, la psiquiatría estadística21
hubiera, al menos, aplicado los principios de la taxonomía numérica22, con lo
que la sabiduría de los psiquiatras clasificadores21 permaneció como una
pregunta abierta. De la misma forma que los resultados emanados y las decisiones tomadas
con base en artefactos numéricos - no estadísticos - en relación con la planeación y
evaluación de la salud mental mundial. Era inconcebible que alguien dudara en donde
había consenso, de la misma forma como en 1486, cuando estaba prohibido dudar que las
entonces modernas brujas practicaban el acto carnal con los íncubos y que las brujas se
originaron en esa abominación23. Y algo semejante a lo sucedido con respecto a
la postura frente a la teoría geocéntrica, que bastara, como exhibe el Cuadro 1, que
Copérnico descubriera el plagio cometido por Ptolomeo. El segundo participante
activamente alegó que yo era un ignorante además de mostrar actitudes
antipsiquiátricas. El que escribe le recordó a ese ponente que, como expositor
emergente, al haber llegado a destiempo a la cita, no había escuchado mi alegato con
relación al examen del concepto de distimias. El que escribe aún ignoraba por qué tanto
alboroto acerca de la ubicación de la distimia como un síntoma ó un síndrome. El
siguiente relato permitirá descubrir el trasfondo, debido que las denominadas distimias
junto con los trastornos de personalidad correspondían a una moda en la psiquiatría. En
forma semejante como en la década de los setenta lo era la depresión mayor y en la
siguiente, los registros se sesgaron a favor de los trastornos de ansiedad. En acto
seguido, el que escribe advirtió que en psiquiatría ningún síntoma es patognomónico
de un padecimiento específico. Los síntomas, como la distimia, se traducían entonces,
como magnas expresiones del fenómeno como tal, en una amplia percepción de ser- o
estar-saño o enfermo-en-el-mundo24. Y, en ese ámbito, la distimia es un
misterioso acompañante del comportamiento humaño normal o considerando como anormal,
actuando como variable interviniente entre el temperamento, como equipo biológico y la
expresión del comportamiento. Este alegato ocasionó el primer conflicto, ya que la
distimia estaba retomando a su lugar original: como un espectro sintomatológico presente
en la personalidad normal que podía mostrar variaciones añormales25. Por lo
que la descripción y las reglas para establecer el diagnóstico de la distimia bajo el
rubro diagnóstico impuesto por la DSM-IV18 no son sostenibles en el ámbito empírico26,27.
Por ello, al parecer, la distimia en esa clasificación18, corresponde a un
concepto neutro para describir un cuadro clínico anteriormente denominado neurosis
depresiva o personalidad depresiva. Además, de acuerdo a Nardi28, las diversas
clasificaciones de las enfermedades mentales, independientemente de sus sesgos
escolásticos -de grupo de poder- implícitos, conciernen a sistemas descriptivos
ateóricos y esta posición básica del empirismo -no empírico26,27- no es
sostenible hoy en día, que conllevaría glorificar el sentido común. Esto se debe a que
no es posible realizar observaciones, coleccionar experiencias o establecer
clasificaciones sin teoría27. Es decir, al margen de todo pensamiento
sistémico científico28. Si esto fuera cierto, entonces estas clasificaciones18,19
podrían corresponder a la engañótica, definida por Trocchio3 en 1995, como
la ciencia que enseña a los científicos cómo engañar a otros científicos. Ante este
argumento, el ambiente se inclinó por mostrar una expresión de satisfacción, ya que la
mayor parte del público estaba integrado por médicos psiquiatras de los manicomios29,
médicos residentes y estudiantes de medicina. Esto dio ánimo al que escribe para
continuar con la crítica hacia los resultados arrojados al mercado, que partió con el
alegato concerniente la arbitrariedad de los criterios para efectuar el diagnóstico de la
distimia. Por tal situación, desde la década de los ochenta se inició a establecer el
diagnóstico en forma indirecta. Como una respuesta a los psicofármacos, incluyendo
variables como la edad de inicio, curso de la personalidad, historia familiar, latencia
del movimiento rápido de los ojos (REM) y la duración terapéutica a través de estudios
prospectivos. Cuyo tiempo de seguimiento varió entre uno a 48 meses usando diseños de
doble ciego, donde compitieron placebo, antidepresivos tricíclicos e inhibidores de la
amino-oxidasa en tamaño de muestras que oscilaron entre 12 y 137 pacientes. Estos
exhibieron un porcentaje de respuesta que varió entre 13 a 100. Por lo tanto, las
conclusiones de Nardi y sus colaboradores30, basadas en la fluctuación de la
respuesta farmacológica al efectuar un estudio retrospectivo de la literatura - 1977 a
1989 -, no son sostenibles, al no considerar el efecto del tamaño de las muestras sobre
los resultados, que hubieran detectado si hubiesen empleado el metaanálisis propuesto
desde 1986 por Wolf8, posteriormente por McCraw31, Neiss32,
Fillmore33, Johnston34, Temple35 y más recientemente
enfatizado por Clark36 para sintetizar los resultados arrojados por la
literatura dentro del ámbito de la psicofarmacología. Asimismo, el que escribe, informó
que los resultados ofrecidos por la literatura desde 1973 hasta 1988 tienen graves
limitaciones para efectuar la generalización tanto dentro como fuera de las muestras,
debido a que ninguno de los autores demostraron, en el ámbito empírico, haber controlado
los 34 requisitos lógicos indispensables y correspondientes a los diseños de serie de
tiempo interrumpidas26,37-39. Estas limitaciones también incluyen los
resultados expuestos por Boyer y Lecrubier40, Gessa41, Paes42,
Smeraldi y colaboradores43, Akiskal44 y López-Ibor45. A
estos autores es necesario recordar que el diagnóstico en psiquiatría no es valido ni
confiable46, que fue demostrado en el ámbito empírico por Häfner47.
Toda la discusión barroca que se suscitó alrededor de esta ponencia, se debió a que se
había eliminado cualquier sustento a los siguientes ponentes, que de alguna forma estaban
vinculados con ciertas casas farmacéuticas para difundir, con base científica, sus
productos dirigidos a controlar una entidad nosológica, la cual, como se demostró, es un
invento de un grupo de sesudos psiquiatras que únicamente intentan defender sus feudos
diagnósticos enclavados en ciertos grupos de poder político y por ende, económico. Esto
se confirmó, cuando esta misma ponencia se expuso, unos días más tarde, en la I
Reunión Regional de la Asociación Psiquiátrica de América Latina Caribe y Países
Bolivariaños y XIV Congreso Nacional de Psiquiatría Honorio Delgado, también celebrado
en el mágico enmarcamiento limeño. Pero en esa ocasión, no se llegó a la discusión,
pues la mesa se disolvió, aprovechando que una de las firmas farmacéuticas transgredió
una de las reglas que rigen los congresos. Evidentemente, la trascendencia fue nula, no
observándose un desequilibrio entre la razón de creyentes y no creyentes de la distimia,
terminando todo allí, como acontecimientos simpáticamente tolerables y motivo para
algunas exclamaciones jocosas. No hubo revolución, el edificio de la psiquiatría
permaneció intacto y herméticamente cerrado al cambio de paradigma, porque sencillamente
no desea arriesgar sus intereses sociales.
Material y Métodos
Se ha descrito en forma prolija el entretejimiento azaroso de los tres componentes del
trinomio para cercar el comportamiento descrito como doloso, en este caso del quehacer
científico. El primero de ellos, requiere de un tratamiento especial por la envestidura
misma de este experimento. El vector resultante, fue confeccionado como Cuadro 1. Esta
forma de representación, supongo que, además de facilitar satisfacer el morbo de los
lectores mediante algunas añotaciones perfiladas a ofrecer algunos rasgos de personalidad
de los sujetos6 involucrados con el ejercicio de la mentira científica, así
como definir algunos conceptos a la Johnson48, también permite realizar, como
se mencionó en la introducción a este experimento, bajo el amparo de la simulación16,
que es una forma de engañótica, un examen longitudinal del comportamiento de este
fenómeno, por lo que fue completado por cifras publicadas aquí3,14,49,50,
allá7,51-53 y acullá54-57 ,para lograr descubrir su Gestalt6
a través de armar un caleidoscopio con variables descriptoras. De éstas, los datos
faltantes fueron calculados usando indebidamente algunos procedimientos estadísticos. Los
ajustes realizados a las cifras transformadas en medidas de riesgo - tasas -, la
reducción a 15 observaciones de los 2,336 años correspondientes a esta serie de tiempo,
el crecimiento exponential de las publicaciones científicas cada 13 años, referido por
Price3, a partir de 1662, cuando la Royal Society of London ofreció al mercado
las Philosophical Transactions junto con las Memories emanadas de la Academie des Sciences
de París cuatro años más tarde, se llevaron a cabo mediante el fudge factor newtoniaño
(Cf. Cuadro 1 supraíndice58). El contenido numérico del Cuadro 1 fue
transformado en una base de datos (Con el propósito de que las(os) lectoras(es) puedan
repetir el experimento o para los fines que convenga, esta base de datos se halla
dispuesta para ser enviada sin costo alguno), siguiendo la estructura de un diseño
logitudinal26,37-39. Ésta, para su análisis, fue sometida al paquete
estadístico enlatado conocido como Statistical Package for the Social Sciences (SPSS)
versión 5.0 para UNIX, instalado en el equipo de cómputo de la Dirección General del
Sistema de Cómputo para la Administración de la Universidad Navcional Autónoma de
México. Para las hipótesis emanadas durante este experimento se implantaron las pruebas
de significancia de Kruskal-Wallis y la t-Student para muestras dependientes59.
Y, para establecer la distancia entre los diferentes actores de la engañótica, se
emplearon los resultados provenientes de la correlación de Kendall59.
Resultados
A partir de la serie de tiempo expuesta en la engañótica de Trocchio3 que
varió entre el año 346 a.d.n.e. y 1990 d.d.n.e. y ampliada gracias a las proyecciones
hacia los años 2000 y 2025 halladas en Encarta49, se obtuvo una muestra
constituida por 51 sujetos1, que ocuparon la primera columna en el Cuadro 1,
independientemente de que hubieran coautores o no. Esta sencilla base de datos señaló
que el riesgo sería de 2.2 engaños científicos por cada 100 años, que se
quintuplicaría a 10.91 considerando los periodos, sin proyecciones, expuestos en el
Cuadro 1. Estas bajas tasas ocultan un peculiar comportamiento. Verbigracia, aún
bajo la tutela de la simulación16, se revistió la engañótica con un halo de
suicide - self-murderer60 - en un cierto tiempo y un escenario cualquiera,
donde 1,234 y 5 personas hubieran cometido suicidio y engaño científico respectivamente,
la primera cifra concierne a Gorenc61-64 y la segunda al Cuadro 1 dispuesto en
el Anexo. Ahora bien, de acuerdo a varios cálculos, se supone que por cada suicidio,
existen 10 intentos - parasuicidios -, entonces 12,340 personas presentaron una conducta
parasuicida y 50 intentaron un engaño científico - paraengaño -. La cifra oscura del
suicidio comprendió a 252 casos y si se aplica este 20.4% al fenómeno de la
engañótica, se tendría una cifra oscura del engaño científico de 1, que se incrementa
a 2,520 y a 10, al multiplicarse por 10, que corresponde al rubro de los intentos. A los
14,860 parasuicidas y 60 paraengañadores se suma el 30% concerniente a la cifra oscura
respectiva, entonces 19,318 personas en algun punto de ese escenario atentaron contra su
vida de alguna forma y 78 científicos estarían viendo como engañar a otros
científicos, que traducido a tasas, indicaría un riesgo de 39 por cada 100,000
habitantes y 82 por 100,000 habitantes3 15 años de edad para el primer
comportamiento. Mientras que para el segundo, con base en la información proporcionada
por Trocchio3, con respecto al crecimiento exponencial de la población
científica mundial a partir de 1896 hasta 1990, sería de 21 por 100,000 científicos y
se incrementaría a 140 por 100,000 científicos definidos como de punta. Es decir, con un
SII = 30, parámetro conocido como Science Impact Index y se refiere al número de veces
que un científico es referido por otros - de punta o no - por espacio de un año 65 o
como un investigador nacional nivel III dentro del Sistema Nacional de Investigadores
(SNI) en México, simbolizado con la expresión X = D y operacionalizado66
mediante una parametrización de una serie de conjuntos, que supuestamente mide el filo de
la punta67. Y, así, hay un sinnúmero de ocurrencias más para controlar la
libertad de la expresión científica, donde algunos estúpidos científicos se prestan
para construir escalas para establecer la pérdida de los grados de libertad, que es
gratificada con una correlación inversamente proportional: a mayor estrechamiento de la
libertad, mayor beneficio económico. Este esquema se complementó con un incremento en la
tasa de la engañótica. Con base en el anterior ejemplo simulado16, por cada
científico con un SII<765 ó con un SNI<III que incurre en esta conducta dolosa,
existen 6.6 que se ven obligados a ejercitar este tipo de comportamiento para permanecer
en la punta. Si se aplica este mismo esquema al total de los 132 científicos, cifra que
incluye a los colaboradores - coautores -, apuntados en el Cuadro 1 anexo, la primera tasa
contemplaría a 569.25 científicos y la segunda a 3,795 para cometer suicism60
- action of self-murder60 - científico y así mantenerse en la punta65,67.
En contraste con las tasas de la conducta suicida, este tipo suicism60 muestra
un riesgo entre 1.7 y 46.28 veces mayor que aquella. Además, que no se hen desarrollado
medidas preventivas, salvo la propuesta que se hizo con respecto a la creación de un
cierto tipo de revista descrita durante la introducción a este simulacro16 o
como recomendó Pauli - 1900-1958 - a Weisskopf7, que controlara la monotonía
del discurso solemne, para evitar transformarse en un limítrofe con acentuados matices de
un analfabetismo funcional científico al permanecer en el mundo concreto68 de
la experticia. Ésta, por ejemplo, tiende a deteriorar paulatinamente la capacidad de
abstracción y asociación, al desactivar la función telencefálica de los campos
corticales del área prefrontal (que corresponde a los campos corticales 9, 10, 11 y 12 de
Brodmann en la superficie externa del hemisferio, los campos 10, 11 y 12 de Brodmann y los
campos corticales 13 y 14 de Walker en la superficie orbitaria posterior y medial70),
que tienen una correspondencia con la lógica formal, que examina al pensamiento a partir
de su estructura69, necesaria para conformar un razonamiento en la corteza
orbitofrontal, que es la región más característica del cerebro humaño (29%), cuyas
funciones se hallan estrechamente vinculadas con las del sistema límbico71-73,
con las cuales tienen muchos puntos comunes. Por ende, se considera que es una región
unificadora por excelencia, que permite al ser humaño74 no ser solamente
inteligencia reflexiva verbalizada, fría razón o, por el contrario, instinto y
afectividad, sino ser una personalidad, en el sentído dinámico58, capaz de
hacer atracar convenientemente lo racional, lo instintivo y lo afectivo70. Este
significado funcional, señala que una actividad científica efectiva, independientemente
de las diversas teorías subyacentes, debe de ser afectiva -... lo afectivo es lo efectivo75-.
La simulación16 sobre este producto colateral de la Ciencia con mayúsculas3,
McCutchen3 propuso una adjudicación generalizada de apoyo financiero para las
universidades, abandonar el criterio de cantidad de publicaciones, desmantelamiento del
sistema de jueces anónimos y las revistas no deberían rechazar jamás un trabajo, pues
las(los) científicas(os) merecen ser escuchados, por lo que si la publicación sin
censura creara una gran cantidad de basura, demostraría que las(os) científicoas(os)
crean basura, siendo mejor saberlo antes de esconderlo.
La descripción en el Cuadro 1 de la engañótica de Trocchio3 es plana y para
hallar su Gestalt6 se aplicaron los trucos inmersos en el fudge factor (Cf.
Cuadro 1 supraíndice58) para alcanzar, en forma simulada16, las
formas y configuraciones o campos de la engañótica siguiendo los parámetros marcados en
la cientometría de Price54 y Trocchio3, con el propósito de
establecer la distancia existente entre esos resultados y los obtenidos bajo el influjo de
los trucos empleados. Con los cuales, el Cuadro 1 fue convertido en un cortejo sometido a
varios procedimientos estadísticos no-paramétricos y paramétrico53, a pesar
de no cubrir los requerimientos básicos para operar con ellos. No obstante, al definir el
campo de análisis dentro de un contexto simulado16 de u-topos, cuya esencia
concierne al no-lugar, ninguna parte, es decir, un ámbito no existente, pero que puede
llegar a ser real, puesto que se piensa como posible, o, al menos, como ¿(in)deseable?76,
entonces cualquier restricción, por definición, queda abolida. Y, en consecuencia, la
base de datos derivada de ese Cuadro 1, permite mostrar en el Gráfico 1 algunas formas
del comportamiento del fenómeno denominado engañótica expresado con ocho elementos: la
dinámica del crecimiento exponencial de la población científica general (TPC) y la de
punta (TPP), en especial, el que fue contrastado con el comportamiento de la engañótica
atribuida a ambas formas de estratificación (TEC y TEP), para posteriormente, incluir
también a los coautores (TET y TEPT) y a los fraudbuster(s) (Cf. Cuadro 1 supraíndice77)
(TFPC y TFPP). Y con el propósito de hacerlos comparables, los números fueron
transformados en tasas, cuya constante siempre fue de 100,000 sujetos6. Por
ejemplo, para obtener la tasa de la población científica, se empleó a la población ³ 30 años de edad radicada
en los países denominados desarrollados, que derivó de la población general de ese tipo
de países y ésta, a su vez, de la población general mundial. Las tasas específicas de
la engañótica se basaron en la población científica, ya que esta únicamente concierne
a esa población y de acuerdo a este tipo de derivaciones, la tasa de punta depende de la
general, que en forma bondadosa cedió un 15%, que se fijó bajo los parámetros marcados
por EB65 y Falcony y colaboradores67; es decir, mediante el
dedómetro.
GRÁFICO 1
Caleidoscopio del quehacer científico |
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El comportamiento simulado16
de la población científica en el Gráfico 1 (TPC) coincide con lo hallado por Price54
y Trocchio3, con respecto al crecimiento exponencial de esta población. Sin
embargo, se difiere en el momento de la saturación o disminución del ritmo de
crecimiento o estabilización: Price54 ubicó el suicism60 en el
año 2061, mientras que el Gráfico 1 exhibe, con base en los datos obtenidos, que la
acción of self-murder60 se situa en el año 2000, para continuar descendiendo
hasta el año 2025, que abarca también a los otros siete componentes del fenómeno. Estos
resultados podrían corresponder a que las(los) científicas(os) de competencia mediocre
dejen de apoderarse de los mecanismos de distribución y adjudicación de las
financiaciones con apoyo de las mafias académicas3. Esta especie de dictadura
de los mediocres, como afirmó Trocchio3 y demostrado en el Gráfico 1, se
inició en la década de los sesenta, para alcanzar su esplendor veinte años despues, con
lo que al parecer, la engañótica también se limitará, posiblemente, gracias al efecto
de los fraudbuster(s) (Cf. Cuadro 1, supraíndice77). El vaivén de las curvas
marcan dos momentos, que al parecer, pueden ser explicados a través de la duplicación
del indicador del gasto destinado a la investigación y desarrollo experimental entre el
producto interno bruto (GIDE/PIB)55 calculado para el llamado Grupo de los
Siete, constituido por Alemania, Canadá, Estados Unidos de América, Francia, Gran
Bretaña, Italia y Japón, que se observó al inicio de los años cincuenta. Esta
situación fue transformada en una prueba de hipótesis, postulando que no existen
diferencias significativas entre ambos periodos y para refutar o no esta hipotesis se
empleo la prueba de significancia de Kruskal-Wallis59. El Cuadro 2 se diseñó
para expresar el comportamiento resultante. Este se halla libre de la influencia de los
indicadores relacionados con los científicos de punta, que al derivar directamente de la
población científica general, cargarían con el mismo promedio del rango.
CUADRO 2
Comportamiento del apoyo al desarrollo de la ciencia |
Indicadores
Rango promedio
x2(1 gl) p
Antes de la duplicación del GIDE/PIB (n=9)
Después de la duplicación del GIDE/PIB (n=49) |
GIDE/PIB
5
7.7355 .0054
11.50
Población científica
5
7.7143 .0055
total (TPC)
11.50
Engañótica atribuida a los
5.78
2.9792 .0843
autores (TEC)
9.75
Engañótica atribuida a los
5.72
3.2562 .0712
autores y coautores (TET)
9.88
Fraudbuster(s) (Cf. Cuadro 1,
5.56
4.1375 .0419
supraíndice77) (TFPC)
10.25 |
Se refuto la hipótesis nula en los
indicadores del progreso de la ciencia (GIDE/PIB y TPC) y el que fungío como elemento de
control de la engañótica (TFPC), que al mantenerlo en el umbral de la no-refutacion,
ofreció una configuración modelada en la Figura 1, al interrelacionar los coeficientes
de correlación de Kendall59.
El campo esquematizado retrata una homeostasis, debido a que la engañótica fue limitada
por la acción de los fraudbusters (Cf. Cuadro 1, supraíndice77), reflejada en
los elevados porcentajes de explicación, obtenidos con base en la teoría de los
conjuntos. Ya que al elevar al cuadrado el coeficiente, informa sobre la magnitud del
área de sobreposición entre dos - o más - subconjuntos. Por ejemplo, al elevar al
cuadrado los dos coeficientes hallados entre los fraudbuster(s) (Cf. Cuadro 1,
supraíndice77) y ambas modalidades de engañótica, señalan que éstos
controlan en un 85.2% la conducta engañótica de los autores, elevándose el grado de
dificultad marcado con el 81.5% con la presencia de colaboradores - coautores-, pero ambos
porcentajes equilibran el 88% de explicación entre las dos estratificaciones de los
autores engañóticos. Esta parte exterior del modelo descansa sobre el equilibrio entre
las fuerzas, medidas en porcentajes, emanadas de la propia población científica, que
dispensa el 37.4% en fraudbuster(s) (Cf. Cuadro 1, supraíndice77), que
contrarrestan el efecto del 29.7% y 27.6% de autores sin y con colaboradores
respectivamente.
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