GENÉTICA DE LAS ENFERMEDADES
MENTALES
Por MARÍA I. QUIROGA DE MICHELENA*
* Profesora Principal, Facultad de Medicina;
Instituto de Genética, Universidad Peruana Cayetano Heredia.
Resumen
El Proyecto Genoma Humano está identificando genes relacionados con las enfermedades
mentales. El riesgo de una enfermedad mental es mayor en los que tienen familiares con
patología psiquiátrica. Generalmente los trastornos mentales no son determinados por una
mutación única ni un gen específico; sino que su herencia es poligénica y
multifactorial. Varios genes asociados a los trastornos mentales corresponden a receptores
cerebrales de neurotransmisores o enzimas que intervienen en el metabolismo de éstos.
Actualmente no existe ningún análisis clínico que pueda indicar quienes van a
desarrollar una psicosis. Las alteraciones cromosómicas como el XXY, XYY y el X frágil
se relacionan a trastornos mentales. La deleción 22q se asocia a malformaciones del
corazón, la cara, el paladar y otras partes del cuerpo, y a problemas psiquiátricos
tales como retardo mental, déficit de atención/hiperactividad, autismo, depresión,
ansiedad y esquizofrenia. De 2 a 3% de los esquizofrénicos tienen 22q- y 25-60% de los
adultos con 22q- presentan esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, personalidad
esquizoide o trastorno bipolar. El conocimiento de las mutaciones génicas causará una
revolución terapéutica con la aparición de medicamentos "a la medida" de cada
individuo dirigidos a neutralizar el efecto bioquímico de la mutación que tendrán una
función preventiva más que curativa.
Summary
The Human Genome Project is identifying genes related to mental diseases. The risk of a
mental disorder is greater in those that have relatives with psychiatric pathology.
Generally mental disorders are not determined by a single mutation or a specific gene; but
their inheritance is polygenic and multifactorial. Several genes associated with mental
disorders correspond to neurotransmitter cerebral receptors or enzymes that metabolise
these substances. Currently there is not a clinical analysis that can indicate who is
going to develop a psychosis. Chromosome alterations like XXY, XYY and fragile X are
related to mental disorders; 22q deletion is associated with malformations in heart, face,
palate and others parts of the body, and with psychiatric problems such as mental
retardation, attention deficit/hyperactivity, autism, depression, anxiety and
schizophrenia. Between 2 and 3% of schizophrenics have 22q- and 25-60% of the adults with
22q- present schizophrenia, schizoaffective disorder, schizoid personality or bipolar
disorder. The knowledge of the gene mutations will cause a therapeutic revolution with the
apparition of specific drugs for each patient directed to neutralize the biochemical
effect of the mutation that will have a preventive rather than a curative function.
PALABRAS-CLAVE: Genética, trastornos mentales, esquizofrenia, deleción 22q-.
KEY WORDS: Genetics, mental disorders, schizophrenia, 22q deletion.
Actualmente es indudable que la
esquizofrenia, la enfermedad bipolar y otras patologías psiquiátricas tienen una base
genética importante. Esto está demostrado por los estudios en mellizos y gemelos, así
como en hermanos adoptados.
El Proyecto Genoma Humano, que está cambiando rápidamente la cara de la medicina actual,
está identificando genes relacionados con las enfermedades mentales y ofreciendo una
explicación a hechos conocidos en relación a estas enfermedades. Es sabido que el riesgo
de padecer una enfermedad mental está incrementado en quienes tienen familiares con
patología psiquiátrica. En una familia en la que hay esquizofrenia, la probabilidad de
que un familiar de primer grado tenga también el cuadro es cercana a 10%, pero si se usa
una definición mucho más laxa, como personalidad esquizoide, la probabilidad parece ser
mucho más alta, cerca del 25%. Esto se relaciona con la existencia de genes
predisponentes que en diferentes dosis o combinaciones pueden causar patología
"menor".
La gran mayoría de las veces, las enfermedades mentales no son determinadas por una
mutación única ni un gen específico, más bien la herencia es poligénica y
multifactorial, es decir, se requiere la combinación de muchos genes predisponentes,
situados en diferentes cromosomas, así como probablemente factores ambientales
desencadenantes para que se de la enfermedad.
Se conocen varias decenas de genes que influyen en la ocurrencia de esquizofrenia y otras
psicosis; cada uno de estos genes (que presenta una mutación o un determinado
polimorfismo) constituye un "alelo de riesgo" cuyo efecto no es suficientemente
importante para causar la enfermedad por sí mismo, pero sumado a otros "alelos de
riesgo" y a determinadas condiciones ambientales, puede condicionar una determinada
patología. En otras palabras, lo que se hereda es la predisposición, no la enfermedad.
Varios de los genes involucrados corresponden a receptores cerebrales de dopamina o de
otros neurotransmisores, o a enzimas que intervienen en el metabolismo de dichas
sustancias. En otros, la función es aún desconocida.
Aparte de la herencia multifactorial, es indudable que en algunas familias se observan
múltiples afectados en varias generaciones, correspondiendo a herencia dominante con
penetrancia incompleta. A veces, la poca definición clínica de los cuadros y la aparente
ausencia de enfermedad cuando la presentación es tardía pueden llevar a errores en
cuanto a la evaluación de la forma de herencia en una determinada familia.
Estas características tipifican a las enfermedades mentales como genéticamente
heterogéneas: el mismo fenotipo puede ser causado por diferentes genes. La heterogeneidad
genética hace que los estudios publicados a menudo parezcan contradictorios, ya que
determinados investigadores encuentran ligamiento de determinada enfermedad mental con
cierta región del ADN en un número de familias, y posteriormente otros no encuentran ese
mismo dato; esto se debe a que la enfermedad en algunas familias es causada por unos genes
y en otras, por otros distintos.
Todos estos estudios de identificación, secuenciación y ligamiento de genes son trabajos
de investigación; no existe actualmente ningún análisis clínico que pueda indicar,
dentro de una determinada familia, que personas tienen predisposición a esquizofrenia, o
quienes van a hacer un cuadro psicótico.
Además de los cuadros, generalmente de determinación multifactorial, en los que la
psicosis es el único síntoma, existen varias enfermedades genéticas mendelianas como la
Corea de Huntington, o el síndrome de Lesch-Nyhan, en las que la patología psiquiátrica
es una más de muchas manifestaciones.
En las alteraciones de cromosomas sexuales como XXY (Klinefelter), XYY y otros hay
también mayor incidencia de trastornos psicóticos y de alteraciones conductuales, lo
mismo que sucede en el síndrome de X frágil.
TABLA
1
Características del Síndrome 22q- |
Fenotipo físico |
Corazón: Malformación del troncocono.
Facies: Levemente dismórfica (hendidura palpebral estrecha, nariz bulbosa, boca pequeña
y cara alargada).
Paladar: Hendido o con incopetencia velofaríngea y voz nasal.
Otros: Talla corta, dedos delgados, defecto inmunológico e hipocalcemia. |
Fenotipo psicológico/psiquiátrico |
CI alrededor de 70, la mitad tiene retardo
mental (leve); la otra mitad, inteligencia normal o fronteriza.
Problemas de lenguaje, aprendizaje y conducta.
Déficit de atención/hiperactividad.
Desórdenes pervasivos del desarrollo, autismo.
De adultos: depresión, fobia social, ansiedad y esquizofrenia; 25-60% de los adultos con
22q- presentan esquizofrenia, trastorno esquizoafectivo, personalidad esquizoide o
trastorno bipolar.
2-3% de los esquizofrénicos tienen 22q-.
Esquizofrenia+2 anomalias adicionales (cardiaca, facial, del paladar o
aprendizaje):>50% tienen 22q-.
El consejo genético es importante en estos casos. |
La microdeleción 22q constituye un caso
que debe mencionarse separadamente. Esta entidad ha podido ser tipificada en los últimos
años gracias a los avances de la genética molecular que ha permitido identificar una
deleción (pérdida de un segmento) tan pequeña que es invisible al microscopio, en el
brazo largo del cromosoma 22, en pacientes con manifestaciones clínicas muy variadas que
se muestran en la tabla 1. Las alteraciones psicológicas y psiquiátricas son parte de
este cuadro genético, que tiene una incidencia estimada en 1/4500 y que se conoce
también como síndrome velocardiofacial (VCF) o síndrome de DiGeorge.
Las enfermedades mentales muestran también heterogeneidad clínica, ya que entidades
fenotípicamente diferentes como la esquizofrenia y otras psicosis, así como el autismo,
el déficit de atención/hiperactividad y otros desórdenes del desarrollo aparentemente
pueden ser condicionados por las mismas mutaciones genéticas; es decir que, desde el
punto de vista genético, no habría realmente diferencias etiológicas entre todos estos
cuadros. Esto es sugerido por la observación frecuente de genealogías donde coexisten
estas diferentes patologías en distintos miembros de una familia, indicando que
variaciones en las dosis o combinaciones de estos genes pueden predisponer a uno u otro
trastorno.
Es por eso que al hacer la historia clínica del paciente psiquiátrico debe interrogarse
sobre la existencia de otros familiares con manifestaciones patológicas, incluyendo
trastornos de conducta y aprendizaje, adicciones, personalidad anormal, etc. Debe también
examinarse al paciente buscando rasgos dismórficos o anomalías "menores".
Cuando se encuentra dismorfia, alteraciones del desarrollo, anomalías de la pigmentación
o coexistencia de retardo mental, se sugiere una evaluación cromosómica que, junto con
el análisis de la genealogía, puede contribuir al esclarecimiento de la etiología de la
enfermedad mental en ese paciente en particular y facilitar el consejo genético a los
familiares cercanos.
Si bien por ahora es imposible predecir mediante exámenes de laboratorio la
predisposición de alguien a sufrir de una enfermedad mental, los impresionantes adelantos
del Proyecto Genoma Humano permiten avizorar el día en que cada uno de nosotros pueda
conocer las características de su propio genoma, entonces podremos modificar nuestro
"estilo de vida" para prevenir aquellas enfermedades a las que estamos
genéticamente predispuestos. La terapia génica propiamente dicha, entendida como
manipulación de ADN para reemplazar el alelo "inconveniente", es de difícil
aplicación para las enfermedades complejas y poligénicas. Sin embargo, el conocimiento
de las mutaciones génicas relacionadas y, consecuentemente, de la proteína faltante o
defectuosa causará toda una revolución terapéutica: los medicamentos "a la
medida" de cada individuo estarán dirigidos a neutralizar el efecto bioquímico de
la mutación y tendrán una función preventiva más que curativa.
Esta medicina predictiva y preventiva, basada en la individualidad es la del futuro, que
esperamos no sea tan lejano. Su aplicación requerirá la modificación de una serie de
aspectos legales y sociales, y planteará cuestionamientos éticos que deberán ser
resueltos progresivamente.
Bibliografía
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