Folia Dermatológica Peruana - Vol. 11  Nº. 3 diciembre 2000

HISTORIA DE LA DERMATOLOGIA

DE LA SÍFILES EN LA HISTORIA


Dr. César Barrio T. (1)

(1) Médico fisiólogo, Doctor en Medicina

Se empieza a utilizar el término Sífilis como consecuencia de una gran epidemia, realmente una pandemia(1-4), que asoló Europa a finales del siglo XV. Pero se le conoció más bien como Morbus italicus, hispanus, germanicus o gallicus, según quiénes daban la denominación., pero en los textos latinos predominó el término Morbus gallicus, debido a que se relacionó con la invasión y conquista de Nápoles por las tropas del rey francés Carlos VIII, alcanzando proporciones epidémicas, en 1495, luego de la desmovilización de las tropas mercenarias del rey francés, que se dispersaron por toda Europa. Incluso llegó a llamársele viruela mayor(4).

EL ORIGEN DEL NOMBRE SÍFILIS

El nombre de Sífilis se la da el médico y poeta veronés    Girolamo Fracastoro, en su publicación, el año 1530, de un poema compuesto de 1300 Fracastoro fue además astrónomo, compañero de estudios de Mikulasz Kopernik (Nicolás Copérnico) en la Escuela de Medicina de la Universidad de Padua; incursionó también en la geología y la filosofía. La opinión médica de Fracastoro ya se evidencia en el

título de su poema: "Sífilis o de la enfermedad francesa"(1-3,5).Como la ciudad de Verona estuvo contra la invasión francesa (Italia no existía como estado), al lado de Venecia y Nápoles, con Maximiliano I Habsburgo, emperador   del Sacro Imperio Romano, y con el Papa, el patriotismo de Fracastoro influyó para usar el término de Morbus gallicus.

pag29.jpg (22848 bytes)

GIROLAMO FRACASTORO (1478 - 1553) Médico y poeta le puso el nmbre a la sífilis

Su relación con el Papa Pablo III se evidencia en su denominación como médico del Concilio de Trento(3,6) La calidad del poema de Fracastoro se comparó con el nivel y estilo de Virgilio desde su aparición. El poema consta de tres partes. En la primera parte defiende la tesis del origen francés de la enfermedad (la denomina Morbus gallicus), y su relación con la guerra, y rechaza la tesis que la epidemia tuviera origen en las naves españolas que retornaban del Nuevo Mundo, porque se produjo y difundió muy rápido y aún en lugares donde nunca llegó ningún

lugares al mismo tiempo. Fracastoro defiende la tesis de las causas naturales contra las ideas de maldiciones divinas. Considera la existencia de muchos factores para su diseminación y la posibilidad de que hubiera partículas que fueran agentes de contagio, que estarían

atentes durante siglos esperando las condiciones óptimas(1-3). Recordemos que hay evidencias de la presencia de la Sífilis en prácticamente todas las culturas antiguas, como entre los asirios, los egipcios, los griegos y los romanos(6). También hay evidencias de su existencia en el continente americano antes de la llegada de los españoles.

pag30.jpg (28740 bytes)
EL SIFILÍTICO
Grabado en madera
A. Durero, 1496.

En la segunda parte considera que la salvación está en el conocimiento y el buen vivir: ejercicios vigorosos, dietas saludables y frugales y la privación de la actividad sexual. Curiosamente, esta recomendación la relaciona con el gasto de energía en las relaciones sexuales y no porque fuera fuente de contagio. Añade las sangrías, la sudoración (usando baños de vapor) y los purgantes. También exalta las virtudes del mercurio como factor de equilibrio humoral (emplastos, ingesta, vapores) fundamental para la curación. Considera que el tratamiento es muy desagradable, pero que peor son la demencia, la parálisis y la muerte(1-3).

Todo lo describe poéticamente, con componentes mitológicos. Refiere que Ilceus, un cazador, mata al venado sagrado de Diana, y Apolo (gemelo de Diana), con la furia propia de su rango, lo castiga con el humor de la enfermedad.x La diosa Callirhoe se apiada del cazador y le enseña los poderes curativos de los metales, particularmente del mercurio(1-3,6).Las dos primeras partes las escribió en la década de 1510, pero luego añadió la tercera parte, en la década de 1520,donde incluye a un pastor y cazador de nombre Syphilis(o Syphilus, tal vez una forma medieval del Sypilus de la obra Metamorphosis de Ovidio),en lugar del pastor Ilceus.

Syphilus y otros probables descendientes de los hombres de la Atlántida, mataron unas aves sagradas y Apolo los maldijo y les envió una horrible enfermedad contra él y su pueblo. En este parte menciona las bondades terapéuticas del guayaco, que traían los españoles del Nuevo Mundo. Toda la obra se publicó en 1530. También en 1530, Paracelso demostró la inutlidad del guayaco para la recién bautizada Sífilis, aunque no rechazó otras propiedades medicinales y su condición de madera decorativa(1-3,6).

Años después, en 1546, Fracastoro reconoce el origen venéreo de la Sífilis en su obra "Del contagio y de las enfermedades contagiosas y su tratamiento"(7), refiriendo que "la infección ocurre solamente cuando dos cuerpos se unen en contacto mutuo intenso como ocurre en el coito". También indica que las madres enfermas pueden pasar el mal a sus hijos, sea al nacer o durante la lactancia. En esta nueva obra se disculpa de algunos aspectos de su poema sobre la enfermedad francesa, expresando que lo escribió cuando era joven, pero nos dejó para siempre el nombre de la enfermedad. En esta obra nueva describió los modos de transmisión y los signos y síntomas de la Sífilis en sus tres etapas. Ya menciona la existencia de agentes muy pequeños a los que llama semillas (semina) de la Sífilis, haciendo varias especulaciones sobre su naturaleza y su papel en el contagio, como cuerpos diminutos capaces de automultiplicarse. Con esta obra también fue el primero en describir la fiebre tifoidea1-3,5,6).

Los conocimientos y la influencia de Fracastoro fueron obscurecidos por las doctrinas médicas místicas del renacimiento, dominadas por Paracelso hasta los trabajos de Koch y Pasteur, que nos devuelven sus tesis(3).

EL TRATAMIENTO DESDE EL SIGLO XV HASTA EL SIGLO XX

El tratamiento con mercurio, mencionado por Fracastoro, se ha mantenido hasta comienzos de la II Guerra Mundial, época en que ya se planteaba el cambio del mercurio por el bismuto, por considerarlo más eficaz.

A mediados del siglo XIX, consideraban la administración de mercurio como básica para el diagnóstico y la curación de la Sífilis, mencionando que podría atribuirse, con razón o sin ella, al coito(8). Unos años antes de la I Guerra Mundial, se mantenía la idea que solamente podíamos apoyarnos en el uso del mercurio para tratar la Sífilis, sea por vía oral (en forma de sales como el calomel), mediante fricciones, por inyección intramuscular y por inhalación de vapores de mercurio(9).

En pleno desarrollo de la II Guerra Mundial, aún se considera el mercurio como fundamental para el tratamiento de Sífilis, sobre todo para la congénita(10); se recomienda fricciones de mercurio ("ungüento azul") y por vía oral en forma de polvo de mercurio extinguido en creta, añadiendo ipecacuana en polvo y opio.

pag31.jpg (34560 bytes)
TRATAMIENTO DE LA SÍFILIS
Baños e inhalaciones con vapores de mercurio Leipzing, 1689.

Para la Sífilis adquirida se recomienda evitar el coito y el uso del condón, la aplicación de calomelanos en lanolina, la no ingesta de bebidas alcohólicas y guardar cama; se añade la administración de arsénico por vía endovenosa (Neosalvarsán) y de bismuto por vía intramuscular (yodobismuto de quinina) en sustitución del mercurio(10).

La llamada Gran Guerra (II Guerra Mundial) cambió totalmente el tratamiento de la Sífilis como resultado de la aparición de los antibióticos (descubrimiento de la penicilina en 1943), relegándose al mercurio, al bismuto y al arsénico. Casi cinco siglos transcurrieron para abandonar el tratamiento que aparece en la obra(1-3) de Fracastoro.

Ver Bibliografía