Anales de la Facultad de Medicina
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Copyright© 2002
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ISSN 1025 - 5583
Vol. 63, Nº3 - 2002
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SÍNDROME DE ESCLERAS AZULES
David Loja1, Maricela Vilca2, Roberto Avilés1
RESUMEN
Presentamos el caso de una mujer de 35 años de edad, quien tuvo múltiples fracturas
óseas, talla corta, xifoescoliosis izquierda, escleras azules, limitación funcional de
caderas, dentinogénesis imperfecta, osteoporosis severa e hipoacusia de conducción. Se
revisa los tipos de osteogénesis imperfecta, cuadro clínico, diagnóstico diferencial,
tratamiento y pronóstico.
Palabras clave: Osteogénesis imperfecta; dentinogénesis imperfecta; escleras;
osteoporosis; pérdida auditiva parcial..
Blue sclera syndrome
SUMMARY
We present a case of a 35 year-old woman who had multiple bony fractures, short size,
left xyphoescoliosis, blue sclerae, functional limitation of the hips, dentinogenesis
imperfecta, severe osteoporosis and conduction hypoacusia. We review the types of
osteogenesis imperfecta, clinical presentation, differential diagnosis, treatment and
prognosis.
Key Words: Osteogenesis imperfecta; dentinogenesis imperfect; sclerae; osteoporosis;
hearing loss, partial.
INTRODUCCIÓN
La osteogénesis imperfecta (OI) es una condición resultante de anomalías en las
fibras de colágeno tipo I, las que se encuentra en huesos, cápsulas, fascias, córneas,
escleras, tendones, menínges y dermis.
Estructuralmente, esta proteína está compuesta de un espiral entrelezado de cadenas pro
a-1 y pro a-2. Mutaciones en la codificación de estas cadenas causan OI por defectos
cualitativos y cuantitativos de la molécula de colágeno I. Los genes codificadores de
estas cadenas se encuentran en los cromosomas 7 y 17. Esto lleva a una osteopenia
generalizada, con fragilidad ósea, que además se asocia con escleras azules,
dentinogénesis imperfecta, estatura baja, hipermotilidad articular y sordera progresiva
(1,2).
La incidencia en Estados Unidos de Norteamérica varía de acuerdo al tipo de OI: a) En el
tipo I 1:30 000 nacidos vivos; b) Para el tipo II 1:60 000 nacidos vivos; c) Tipo III 1:
70 000 nacidos vivos; y, d) El tipo IV es extremadamente raro. Las incidencias más altas
son descritas en grupos tribales de Zimbawe. La prevalencia de OI tipo I para
Latinoamérica, en particular en Brasil, alcanza al 4,3:100 000 nacidos vivos (1,2).
CASO CLÍNICO
Paciente mujer de 35 años de edad, natural y procedente de Huari, Ancash, que ingresa
en enero de 2000 con historia previa de alrededor de veinte fracturas óseas, epístaxis,
palpitaciones, anosmia, sensación de alza térmica y dolor a la movilización en la
cadera y muslo izquierdo.
Antecedentes
La paciente fue concebida cuando el padre tenía 52 años de edad y la madre 38.
Ningún familiar era portador de la enfermedad. El padre falleció de cáncer de
estómago. Una de las cuatro hermanas de la paciente sufre de paranoia.
Examen físico
Presión arterial 120/70 mm Hg, frecuencia cardíaca 78 por minuto, frecuencia
respiratoria 20 por minuto, peso 35 kg, estatura 1 m, índice de masa corporal 35.
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Figura 1.- Osteogénesis imperfecta.
Talla corta.
Miembro inferior izquierdo acortado
debido a las fracturas. |
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Figura 2.- Escleras azules en
paciente
con osteogénesis imperfecta. |
Al examen en decúbito
dorsal obligado, talla corta (Figura 1), voz aguda. Piel fina, pálida, caliente.
Xifoescoliosis izquierda. Motilidad activa presente en miembros superiores. En el miembro
inferior derecho, a nivel proximal de la cadera derecha, no realiza la
flexión-extensión; la rodilla no completa rango articular; hipotrofia muscular. El
miembro inferior izquierdo presenta movilidad anormal en el tercio distal del muslo e
hipotrofia muscular. Ojos muestran escleras azules (Figura 2). Ausencia de múltiples
piezas dentarias, algunas fragmentadas (Figura 3). Tórax y pulmones asimétricos,
respiración ruda. Ruidos cardíacos rítmicos, de buena intensidad, sin soplos. Al examen
neurológico hay hiperextensibilidad de los miembros inferiores a los movimientos pasivos.
Exámenes auxiliares
Hemograma: Leucocitos 2900/mL, perfil 1-34-5-0-10-51. Plaquetas 457000/mL. Hemoglobina
10,4 g%. T3 132,3 (84,63201,80 ng/dL), T4 8,67 (5,1313,52 ug/dL). Estradiol
83,0 (Fase folicular 30-400 pg/mL, fase lútea 50-159 pg/mL), LH 3,8 (4,0-20,0 mU/mL), FSH
6,0 (4,0-20,0 mU/mL). Fosfatasa alcalina 98 (39117 U/L). Calcio sérico 8,10
(8,1010,10 mg/dL). Fósforo sérico 3,99 (2,504,80 mg/dL). Paratohormona
intacta 16 (10-60 pg/mL). Telopéptido 23,0 (565 nM ECO).
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Figura 3.- Dentinogénesis
imperfecta. Ausencia de piezas dentarias, algunas fragmentadas. |
Radiografía de tórax: Cardiomegalia. Disminución de la transparencia en la base
izquierda.
Radiografía de pelvis y muslo: Múltiples fracturas, con formación de pseudoartrosis en
el tercio medio de la diáfisis femoral izquierda. Aspecto escleroso, a predominio
diafisario. Las corticales adelgazadas y mal definidas. Fracturas consolidadas en ramas
íleo e isquiopubianas, las que aparecen deformadas (Figura 4).
Densitometría ósea: Osteoporosis severa, con riesgo elevado de fractura (Figuras 5 y 6).
Audiometría: Hipoacusia de conducción leve a moderada del oído derecho. Hipoacusia de
conducción en el oído izquierdo.
DISCUSIÓN
La osteogénesis imperfecta es una enfermedad genéticamente heterogénea, conocida con
múltiples denominaciones (Tabla 1). El cuadro clínico puede variar desde un natimuerto
intraútero hasta el de un adulto que presenta tendencia a las fracturas óseas. Su
diagnóstico es eminentemente clínico. Existen cuatro tipos de OI, basados en la
clasificación de Sillence y col. (Tabla 2) (3,4).
Tabla 1.- Osteogénesis
imperfecta. Sinonimia.
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1. Síndrome de AdairDighton
2. Aplasia periostal
3. Síndrome de Blegvad Haxthausen
4. Síndrome de escleras azules
5. Escleróticas azules y huesos frágiles
6. Escleras azules y fragilitas ossium
7. Diplasia periostal
8. Distrofia periostal
9. Síndrome de Eddowes
10. Síndrome de Ekman
11. Síndrome de EkmanLobstein
12. Raquitismo fetal
13. Fragilidad ósea
14. Osteodisplasia fibrosa hereditaria
15. Hipoplasia hereditaria del mesénquima
16. Enfermedad de Lobstein
17. Osteogénesis imperfecta congénita
18. Osteogénesis imperfecta tarda
19. Osteomiopatía
20. Osteoporosis fetal
21. Osteopsatirosis idiopática
22. Osteítis parenquimatosa crónica
23. Raquitismo congénito
24. Síndrome de SpurwayEddowes
25. Síndrome de van der HoeveDe Kleyn
26. Enfermedad de Vrolik |
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Figura 4.- Radiografía de pelvis y
muslo: Múltiples fracturas y pseudoartrosis. |
Recientemente, Glorieux describió el tipo V, que es una nueva forma autosómica dominante
de OI no asociada con mutaciones del colágeno tipo I, dentinogénesis imperfecta (DI) o
escleras azules. El mismo autor reporta 8 casos del tipo VI, que es una forma moderada a
severa de OI con acumulación de osteoide, debido a defecto de mineralización, en
ausencia de alteración del metabolismo mineral, con DI ausente y escleras blancas o
tenuemente azules. El defecto genético queda por ser aclarado en ambos tipos (5,6).
La falla genética para los casos de OI tipo I es autosómica dominante o por mutaciones
espontáneas, como impresiona corresponder al caso en discusión, en que no existió
ningún antecedente familiar de la enfermedad y, mas bien, la concepción de nuestra
paciente por padres añosos refrenda la posibilidad de mutaciones genéticas que rodean a
los casos esporádicos (3).
El tipo I de la clasificación de Sillence es el más frecuente -en promedio corresponde a
80% de los casos y es la forma menos severa de la enfermedad. Estos pacientes presentan en
promedio 20 a 30 fracturas antes de la pubertad, como ocurrió aquí. El inicio de estas
manifestaciones puede ocurrir en cualquier período antes del nacimiento hasta la
adolescencia, incluso, raramente, en la vida adulta. Las fracturas consolidan a una
velocidad normal y en general con deformidades (2,7,8).

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Figura 5.- Densitometría ósea de
columna lumbar: Osteoporosis severa. Note escoliosis. |

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Figura 6.-
Densitometría ósea de cadera: Osteoporosis severa. |
Las características clínicas más comunes incluyen:
1. Fragilidad ósea: Resulta en arqueamiento y fractura, principalmente en huesos largos,
que consolidan con deformaciones, como incurvamiento anterior, medial, lateral o
posterior, pudiendo ocurrir pseudoartrosis en fracturas no inmovilizadas, hecho que
observamos en este caso. Las fracturas suceden aun por traumatismos mínimos, como, por
ejemplo, una contracción muscular súbita (1,2,4,7,8).
2. Escleras azules: Su presencia revela una reducción de 50 a 75% en el espesor escleral,
junto a la presencia de fibras colágenas inmaduras, con reducción en las estriaciones
cruzadas. La úvea pigmentada subyacente se hace visible a través de la esclerótica
adelgazada, originando dicha coloración. Está presente de por vida. Los tonos varían de
azul oscuro a azul claro. Se encuentra en 70% de los casos. Se puede encontrar escleras
azules normalmente en niños menores de seis meses; sin embargo, existen múltiples
enfermedades sistémicas (Tabla 3) que la presentan, por lo que es necesario un examen
clínico completo (7-11).
3. Sordera: Presente en 40% de los casos de OI tipo I. Puede deberse a otoesclerosis,
causada por la presión del nervio auditivo cuando emerge del cráneo. La otoesclerosis
resulta de la proliferación del cartílago y de su calcificación, produciendo esclerosis
de la porción petrosa del hueso temporal. Raramente, la pérdida auditiva es detectada
antes de la segunda década. Progresa gradualmente a sordera profunda, entre la cuarta y
quinta décadas de la vida (7,8,12).
4. Piel fina, con facilidad para presentar equímosis o hematomas.
5. Dentinogénesis imperfecta (DI): Los pacientes con OI tipo I se subclasifican en IA si
la DI está ausente y IB si la DI está presente, como en nuestro caso. Existe una
deficiencia marcada de dentina y tanto los dientes transitorios como los definitivos se
quiebran con facilidad y tienen mayor propensión a las caries. Es común encontrar una
coloración marrón amarillenta o azul traslúcido. Los incisivos inferiores son los más
afectados (1,2,7,8,13).
6. Estatura baja: Al nacimiento, la estatura es normal. Esto no ocurre con el crecimiento,
debido básicamente a que en los miembros inferiores se presentan angulaciones,
cabalgamiento de fracturas, alteraciones del desarrollo en las epífisis y marcadas
xifoescoliosis. En adultos, la talla corta determina platispondilia progresiva y xifosis,
debido a osteoporosis de la columna vertebral (1,7,8).
7. Cráneo: En apariencia no guarda relación con el cuerpo; impresiona ser mayor, pero no
con relación a la edad.
8. Deformidad de la columna vertebral, debida a osteoporosis y fracturas por compresión
de vértebras. La xifoescoliosis puede ser grave e incapacitante, presente en 20 a 40% de
casos, a predominio de la columna dorsal. Algunos desarrollan espondilolistesis, debido a
elongamiento de pedículos. Puede haber también vértebras bicóncavas.
9. Rostro de forma triangular o calota prominente, causando una desproporción
craneofacial con aspecto de duende.
10.Hipermotilidad articular, debida a laxitud ligamentaria y musculatura frágil e
hipotónica, con relación a las múltiples fracturas.
11.Anomalías cardiovasculares, como el prolapso de válvula mitral o la dilatación
aórtica, son raras.
12.Dolor agudo o crónico, asociado a las múltiples fracturas, colapsos vertebrales,
osteoartrosis y contracturas musculares. Debe contemplarse protectores costales
neumáticos y cirugía en casos de escoliosis a partir de 50°. El objetivo debe ser la
estabilización de la columna y la minimización de los efectos adversos sobre la función
pulmonar (1,2,7,8).
Tabla 3.- Enfermedades sistémicas
con escleras azules. |
1. Osteogénesis imperfecta
2. Síndrome de EhlersDanlos
3. Síndrome de Marfan
4. Síndrome de Crouzon
5. Fenilcetonuria
6. Hipofosfatasia
7. Síndrome de Paget
8. Pseudoxantoma elástico
9. Policondritis recurrente
10. Trisomía 18
11. Homocisteinuria
12. Síndrome de córnea quebradiza
13. Síndrome de Turner
14. Síndrome de Kabuki
15. Síndrome de Robert
16. Escleromalacia perforante en artritis reumatoidea |
El diagnóstico es clínico y se basa en los múltiples factores patológicos acompañados
de deformidades. La presencia de huesos wornianos en las radiografías de cráneo puede
ser de ayuda antes que se den las fracturas (1,2,8).
No existen anomalías de laboratorio específicas para el diagnóstico de OI. Los niveles
de calcio y fósforo séricos son normales. El nivel de fosfatasa alcalina puede estar
aumentado.
Algunos exámenes para el diagnóstico prenatal son los estudios radiográficos del
abdomen materno, ecografías abdominales seriadas entre la decimocuarta y la vigésima
semana de gestación o el estudio bioquímico de la vellosidad corial. A través del
análisis del colágeno de tipo I -producido por las células fetales de la villosidad
coriónica- se puede precisar el diagnóstico (14).
El diagnóstico diferencial incluye: 1) Raquitismo hipofosfatémico familiar, que se
caracteriza por alteraciones óseas cuando el niño empieza a caminar; radiológicamente
acusan desmineralización ósea, huesos largos incurvados y metáfisis irregulares. 2)
Osteoporosis idiopática juvenil, debida a desmineralización ósea prepuberal
autolimitada, con remisión a 5 años e hipocalcemia. 3) Síndrome de
osteoporosis-pseudoglioma, que se acompaña de una rarefacción ósea generalizada de
huesos largos y columna y alteraciones oculares, como microoftalmia, macrocórnea y
opacidad corneana. 4) Síndrome de abuso infantil, en el que están ausentes DI, escleras
azules y la forma típica del cráneo de la OI. Además, las fracturas comprometen más
las metáfisis y generalmente hay evidencia de traumatismo de partes blandas. En OI es
excepcional encontrar fracturas de esternón, escápula y cráneo. En el síndrome de
abuso infantil pueden estar presentes hemorragias retinales, hematomas intramurales,
sangrado intracraneal, pancreatitis y traumatismo esplénico (1,2,14).
Con relación al pronóstico, en general existe una tendencia a la mejoría, al disminuir
las fracturas con la pubertad, debido a que las hormonas sexuales toman parte en la
formación de la matriz ósea. Sin embargo, llegada la menopausia, la mujer vuelve a tener
más fracturas (2,15).
Spranger y colaboradores, en un estudio clínico-radiológico de 47 casos de OI, de
acuerdo al grado de alteraciones esqueléticas, establecen un puntaje; el puntaje de 2,7
ó más correlaciona con una mortalidad de 88%; en tanto que, con 2,6 ó menos, la tasa de
sobrevida alcanza 99%.
La expectativa de vida en OI tipo IA es similar al de la población general. Los tipos IB,
IVA y IVB tienen una disminución leve de la expectativa de vida frente a la población
general. En el tipo II, la mayoría fallece antes del año de edad. En el tipo III existe
disminución de la expectativa de vida, debido a causas infecciosas, particularmente
respiratorias, y fracturas de cráneo (1,2,15).
Existen tres líneas de tratamiento para OI: 1) No quirúrgica, que comprende básicamente
la terapia física y rehabilitación. 2) Quirúrgica, intervenciones para prevenir o
corregir fracturas y deformidades, como colocación de varillas medulares, cirugía de
impresión basilar y espinal. 3) Farmacológico, drogas que fortifican los huesos y, por
consiguiente, disminuyen el número de fracturas (1,2,15-17).
En el último grupo se considera a las hormonas sexuales, cuyo uso es controversial,
debido a su pobre efecto para disminuir la tasa de fracturas y a sus efectos indeseables;
presumiblemente actuarían sobre los osteoblastos, que cuentan con receptores
androgénicos y estrogénicos. Tendría valor en los casos más leves de OI, como el tipo
I.
Otro fármaco que ha mostrado disminución de fracturas en algunos pacientes en el corto
plazo es el fluoruro de sodio, por incremento de la densidad ósea. En el mediano plazo
alteran el equilibrio del calcio y fósforo y depletan la formación de colágeno, lo que
impide el remodelado óseo (1,2).
La calcitonina inhibe la resorción ósea y promueve incremento de masa ósea a largo
plazo. No existe información en disminución de la tasa de fracturas.
La vitamina D es de beneficio sólo en aquellos casos que presentan asociación con
raquitismo (2).
Los bifosfonatos, especialmente pamidronato, han demostrado ser eficaces en disminuir la
tasa de resorción ósea, lo cual mejora la densidad ósea y por consiguiente reduce la
incidencia de fracturas y deformidades; además, permite mayor independencia y movilidad.
Su efecto se ve potenciado con el uso de 1000 mg de calcio diario. Su uso es seguro,
incluso en niños menores de 3 años (15,16).
El objetivo del tratamiento ortopédico quirúrgico es proporcionar el máximo de
función. Se necesita de un soporte para mantener la postura erecta, que se consigue con
fijación interna con varillas intramedulares. A veces, en casos de deformidad de huesos
largos, se corrige además con osteotomías múltiples. Una alternativa es el uso de
ortesis de material termoplástico, que favorece la deambulación (2,16,17).
La fijación intramedular no debe ser realizada hasta que el niño tenga por lo menos 2
años de edad. Existen dos tipos de varillas, una sólida o fija y una telescopada o
extensora. La desventaja en el primer caso es que al crecer los huesos largos se requiere
de reintervención cada dos o cuatro años.
Idealmente debe proporcionarse el concurso del fisioterapeuta desde los primeros días de
vida, con la finalidad de orientar a los padres en la manipulación y posición del bebé;
sucesivamente, asistencia hasta la edad adulta, en la que se requiere relajación local y
general, elongamiento, ejercicios isotónicos, ejercicios isométricos, hidroterapia y
esquema de marchas.
La fisioterapia contempla las siguientes metas: 1) Incentivar y orientar el contacto con
los padres. 2) Promover la deambulación. 3) Tratar y prevenir contracturas, posiciones
viciosas y deformidades. 4) Disminuir dolor. 5) Fortalecimiento muscular. 6) Promover
actividades de la vida diaria. 7) Obtener mayor independencia, confianza y estabilidad en
los movimientos. 8) Prevención y reconmocimiento de fracturas (2).
Además, es recomendable la monitorización de la función auditiva, de la instalación de
DI, de la función cardíaca y respiratoria y de eventos neurológicos.
El futuro estaría en la terapia genética, mediante el cual se logre el reemplazo de las
células portadoras del gen mutante con células normales o silenciando el alelo mutante
con terapia supresora, transformando así formas severas a leves (15-17).
VER BIBLIOGRAFÍA
Correspondencia:
Dr. David Loja Oropeza
Reynolds 114 - 101
Lima 41, Perú
E-mail: davidloja@hotmail.com
1Departamento de Medicina Interna.
Hospital Arzobispo Loayza,
2Departamento de Medicina, EsSalud.
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