SEMBLANZA MANUEL NÚÑEZ BUTRÓN Y EL "RIJCHARISMO"
David Frisancho Pineda* Este apóstol de la medicina rural en Samán, al sur de la provincia de Azángaro (Puno) el 1° de enero de 1990, según su propio testimonio. Hizo sus estudios primarios en Juliaca y los secundarios en el colegio nacional San Carlos de Puno. En 1998 inició sus estudios de premédicas en la San Agustín de Arequipa, pasando dos años después a Lima. Sin embargo la mayor parte de su carrera médica en la Universidad de Barcelona, España, donde permaneció durante cinco años, hasta 1925. Volvió al Perú y en Facultad de Medicina de Lima revalidó su título de médico cirujano. Desechando la tentación de quedarse con más facilidades en la Capital, el flamante médico, guiado por un inconmensurable amor a su terruño, decide sus conocimientos al servicio de sus pobres y abandonados coterráneos campesinos. Sus primeras impresiones son desoladoras textualmente anota: “¿Qué hace un médico recién egresado de la facultad si apenas tiene un termómetro y un recetario”. No podía ser de otro modo, puesto que en aquellos años no existía Ministerio de salud Pública sino simplemente una dirección general de salubridad, dependiente del Ministerio de Fomento. La peculiar distribución de la población indígena en pequeños y dispersos núcleos, alejados unos de otros, sin vías de comunicación entre sí, desperdigados en abruptas serranías, serranías, dificulta toda acción civilizadora y hace imposible que llegue a ellos la acción sanitaria del Estado con sus organismos habituales. Anudado a ello el primitivismo de la vida del campesino, las lamentables condiciones higiénicas de su vivienda, vestimenta, alimentación, ausencia de aseo corporal, analfabetismo y múltiples prejuicios en materia de la medicina, lo hacían presa fácil de las enfermedades, especialmente de las infecciosas. Este era el medio en donde tenía que actuar Núñez Butrón. Siendo medico titular (hoy se llama medico sanitario) de las provincias de Azángaro y Huancane, le era materialmente imposible atender a la gran población de ambas que sumaba cerca de doscientos mil habitantes. Presto sucesivamente sus servicios de medico titular en las provincias de Lampa y San Román y más tarde en Angaraes (Huancavelica). Fue en la provincia de San Román donde hacia el año 1933 creo y puso en práctica, con éxito, una doctrina sanitario-social a la que llamó "rijcharismo", nombre derivado de la voz quechua rijchariy, que significa "despierta", cuyos objetivos eran lograr el mejoramiento de la salud física y mental de los indígenas, declarando enemigos al piojo, transmisor del tifus exantemático; al alcohol que bestializa; al papel sellado, elemento de la pleitomanía y el analfabetismo. Símbolos de esta lucha eran el peine y el jabón, el cuaderno y el lápiz. A ello agrego cinco mandamientos: no ser mentirosos, no ser ladrones, no ser ociosos, no ser pendencieros y no ser sucios. Núñez Butrón enfrento, pues, el reto de un medio geográfico y cultural tan complejo con creatividad y tenacidad, imponiendo un nuevo estilo de política sanitaria acorde a la realidad de sus habitantes, usando los recursos del lugar. Para empezar, recorrió el extenso altiplano a caballo, en motocicleta y mochas veces a pie, poro sus logros eran escasos y efímeros, pues los indios desconfiaban de sus procedimientos y preferían seguir sus métodos empíricos, mas prácticos y mas baratos. Además, en un principio, era rechazado por ser "misti", es decir mestizo, igual que las autoridades - terratenientes, jueces y gobernadores-que secularmente habían sometido a los campesinos indígenas a una miserable servidumbre. Frente a las epidemias de viruela, Núñez Butrón optó por exigir a los campesinos que se presentaran limpios come condición para vacunarlos. Como la gente empezó a rehuir las vacunas decidió ir a buscarlos a sus propias casas y darles consejos en su propia lengua. Simultáneamente, con mocha perspicacia, comenzó a trabar amistad con los curanderos indios, a quienes enseñaba la higiene corporal, a hacer pequeñas curaciones, colocar inyecciones, vacunar y finalmente organizó con ellos brigadas sanitarias que iban a sus comunidades a cumplir estas funciones y que posteriormente se convirtieron en "rijcharis". Fueron ellos los primeros "promotores de salud", considerados hoy como una experiencia sui generis a nivel mundial. Es decir que hace más de medio siglo Núñez Butrón puso en práctica lo que hoy día se conoce come "atención primaria de salud", en base a los lideres de cada comunidad. Reunido semanalmente con ellos, Núñez Butrón realizaba las asambleas dominicales en el patio de su casa, en la ciudad de Juliaca. Sin menospreciar sus prácticas curativas ancestrales, instruía a los asistentes en los fundamentos de la medicina rural. Poco a poco, estas charlas llegaron a adquirir una importancia capital; desde distancias enormes, casi siempre a pie, con una devoción mística, acudían los campesinos a escuchar al Gran Doctor, semana tras semana, mes tras mes, año tras año. Sus sencillas charlas en lenguaje nativo terminaban siempre con estas palabras admonitorias: "iRijchariychis!, iRijcharisun!, iRijcharisun puni!", es decir: "iDesportad!, iDespertemos!, iEstemos siempre despiertos!". Su labor sanitaria se complemento y afianzó con las escuelas rurales, donde enseñaban a leer y escribir los que sabían, y diferentes oficios como agricultura, sastrería; sombrerería, la confección de esteras y sandalias, la elaboración de quesos, etc. Al mismo tiempo Acta Médica Peruana cada escuela tenía su huerto experimental, para mejorar la alimentación y las condiciones de los pastos. En casi todas las comunidades se realizaron censos con el objeto de tener una noción precisa sobre el número de personas que las constituían. Núñez Butrón no escatimaba esfuerzos para difundir los postulados de su doctrina sanitario-social, implementando bibliotecas ambulantes y recurriendo incluso a la presentación de espectáculos de teatro al aire libre en lenguaje nativo. En todas estas labores contó con numerosos colaboradores, destacando entre ellos el maestro Eustaquio Rodríguez Aweranca y los hermanos Chambi. Para difundir con mayor provecho las enseñanzas sanitarias y la doctrina del "rijcharismo", Núñez Butrón editó la revista Runa Soncco, "primer poriódico de los indios y sólo para los indios", adaptado a la mentalidad y a las necesidades del indígena. El primer número salió el 28 de abril de 1935 y el décimo y último el 24 de junio de 1948. Aunque literalmente Tuna Soncco se traduce como "corazón de indio", su significado puede interpretarse como "el que ama al indio con todo su corazón", "el amigo". Y ese era realmente el rol de este primer vocero sanitario rural en el PERÚ y quizás en América Latina, mensajero de la doctrina "rijcharista" y de los principios elementales de la salud, al mismo tiempo que vocero de las actividades de los campesinos, tales como matrimonios, bautizos, muertes, comercio, viajes, etc. Hacia 1937, cuando los frutos del "rijcharismo" se multiplicaban frondosamente, cuando toda la prensa regional y nacional aplaudía la labor sanitario-social y cuando votes amigas desde otros países como Chile y Medico llegaban llenas de estimulo, surgieron los primeros obstáculos, haciendo aparecer a Núñez Butrón como subvertor e incitador de la masas campesinas, tildándolo de comunista y de ser peligroso para el gobierno. Las autoridades políticas le prohibieron inaugurar mas escuelas y como no cumplió tan absurda disposición, a fines de ese año, por resolución suprema, fue trasladado a un distrito de Huancavelica, en un verdadero destierro que duró ocho años. Cuando volvió a Juliaca en 1945, gran parte de su obra se había perdido. No obstante, siguió en la brega y reanudó su doctrina, aunque sin los bríos de su juventud, cansado por los años y la dura tarea rural. Desde las columnas de su Runa Soncco y de la revista Medicina Social, editada en Lima -de la cual era miembro redactor-, continuó difundiendo los aspectos principales del "rijcharismo". En uno de sus últimos artículos apunta: "No estoy aún satisfecho, mi labor está trunca y apenas se ha puesto en el camino social de la medicina Peruana uno de los muchísimos escalones que falta recorrer". El 7 de diciembre de 1952, víctima de policitemia y de una complicación pulmonar, se apagó la vida del Jatun Rijchari, causando un profundo dolor en los campesinos, quienes lo consideraban su protector y amigo. El 11 de abril de 1953 en el patio principal del colegio nacional San Carlos se le rindió un grandioso homenaje póstumo, organizado por el Club de Leones de la localidad. En junio del mismo año, una de las salas del hospital de Juliaca, de cuya fundación fue uno de Acta Médica Peruana los más entusiastas propulsores, fue bautizada con su nombre, privilegio que es compartido por una de las principales avenidas de dicha ciudad.
En el Primer Congreso Regional de Sanidad del Sur, realizado en la ciudad del Cusco, entre el 15 y el 19 de setiembre de 1953, a mérito de una ponencia presentada por la delegación Médica puneña integrada por los doctores Rogelio Bermejo Ortega, David Frisancho Pineda y Francisco Marino Velasquez, se le declaró Precursor de la Sanidad Rural en el Perú. Por Resolución Ministerial N° 5703 del 21 de mayo de 1954, se designó con su nombre a la escuela de segundo grado de varones N° 1121 de la ciudad de Juliaca, colocándose una placa recordatoria; y en 1965 el flamante hospital de Puno pasó a llamarse Hospital Regional "Manuel Núñez Butrón". Posteriormente, en la ciudad rusa de Alma Ata (hoy perteneciente a la republica asiática de Kazajastan), la Organización Mundial de la Salud declaró al doctor Manuel Núñez Butrón "Pionero de la atención primaria en el mundo". Después de este reconocimiento internacional, el gobierno peruano se vio obligado a condecorarlo póstumamente, a través de la resolución suprema que se publica en la sección "Documentos". El 30 de diciembre de 1999 la Dirección Regional de Salud de Puno, el Hospital Regional "Manuel Núñez Butrón" y el Consejo Regional XIV del Colegio Medico del Perú organizaron un homenaje por el centenario del nacimiento del "Precursor de la medicina social en el PERÚ", durante el cual se develó un busto en su memoria. Documentos Ponencias presentadas por delegación médica de Puno al primer congreso de sanidad del sur Considerando Que el doctor Manuel Núñez Butrón, muerto el 7 de diciembre en la ciudad de Juliaca, fue uno de los primeros médicos peruanos que en las llanuras del Altipampa, con carencia absoluta de medios emprendió una lucha efectiva contra la suciedad, contra el piojo, contra el alcoholismo, contra la pleitomanía y contra la ignorancia, es decir, propendiendo al bienestar físico, mental y social de nuestra población indígena sumida en un letargo y atraso seculares. Que el doctor Manuel Núñez Butrón fue también uno de los primeros en publicar una verdadera cartilla sanitaria, como es en realidad Rana Soncco, periódico eventual de la sanidad "Rijchari", y donde reitera su lucha contra los enemigos de la salud. Que el doctor Manuel Núñez Butrón ha merecido los calificativos mas ponderados de eminencias médicas extranjeras que aquilatando su obra le han llamado "Gran figura de la medicina americana". Propone: 1. Que el Primer Congreso Regional de Sanidad del Sur, reunido en esta histórica ciudad del Cusco, rinda un homenaje póstumo al doctor Manuel Núñez Butrón y lo declare PIONERO DE LA SANIDAD RURAL PERUANA. 2. Que en este mismo Congreso se lea una síntesis de su vida y de su obra. Cusco, 15 de setiembre de 1953 Rogelio Bermejo Ortega, David Frisancho Pineda, Francisco Marino Velásquez. Resolución Suprema 294-OHU-Ministerio de Salud Lima, 27 de agosto de 1992 Considerando: Que el doctor Manuel Maria Núñez Butrón, médico sanitarista, dedicó su vida a la promoción de la salud publica en el país creando el movimiento RIJCHARI, formando, educando e inculcando mística sanitaria a auténticos colaboradores, genuinos representantes de la comunidad, llamados a despertar en la población andina actitudes positivas para la prevención y solución de sus problemas de salud. Que la obra del doctor Manuel Maria Núñez Butrón demuestra que vislumbró y ejecutó, con cuatro décadas de anticipación, la esencia de la estrategia de ampliación de cobertura que la Organización Mundial de la Salud definió en Alma Ata como Atención Primaria, por lo que ocupa en la historia de la sanidad el alto sitial de Pionero de la Atención Primaria en el mundo. Que es deber del Estado rendir tributo de reconocimiento póstumo al insigne profesional que contribuyó significativamente a elevar el prestigio de la sanidad Peruana en el contexto internacional. Estando a lo dispuesto en los artículos 1° y 26° del reglamento de la Orden Hipólito Unanue. Se resuelve: Otorgar la condecoración póstuma de la Orden Hipólito Unanue en el grado de Gran Oficial, por servicios meritorios, al doctor Manuel Maria Núñez Butrón. Regístrese, comuníquese, publíquese y extiéndase en diploma correspondiente. JUAN FRANCO PONCE ARQ. FERNANDO BELAUNDE TERRY Frases para recordar "Manuel Núñez Butrón... el creador de la medicina social del Altipampa" (Paul Rivet, francés). "Es el hombre de alma cristiana, limpia y fluida, por eso dio de si lo que dio... Médico de todos en cualquier instante" (José Maria Arguedas). "He recorrido diez países... nadie me ha impresionado más hondamente que Núñez Butrón... un timbre de orgullo para nuestra medicina americana... Pagaría lo que no tengo para colocar a las eminencias americanas en el medio en el que Núñez Butrón ha actuado, para darme el placer de verlos realizar y mirarles la cara" (José García Tello, chileno). "...fue el primer médico que en las serranías del Perú se ocupa intensamente de la salud del aborigen PERUANO" (José Antonio Encinas). "Núñez Butrón en su campaña social rompió lanzas contra los arrecifes agresivos del arcaico colonial, contra los intereses del encomendero moderno... Esa campana le atrajo el odio... fue acusado y calumniado, conoció la prisión, el confinamiento y el destierro" (Lizandro Luna). "La muerte del médico Manuel María Núñez Butrón significa para las masas del campo un vacío sin fondo, una ausencia sin dimensiones, un lecho lacustre, si no imposible, difícil de llenar en su labor social, sanitaria... lastima que para este hombre la justicia llegue tarde, aún más, póstuma" (Mario Franco Inojosa).
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