Actualidad Sanmarquina - Año 10 Nº 124 - Setiembre-Octubre de 2000


Oficina General de Relaciones Públicas

 

CICOTOX – Único en el país


Las cifras no mienten: en 1999, el Centro de información, control toxico­lógico y apoyo a la gestión ambiental, CICOTOX, atendió más de 10 mil consultas telefónicas sobre casos de intoxicación. Asimismo, realizó tres mil 500 análisis clínicos, lo cual demuestra la importancia de este centro sanmarquino al servicio de la salud pública del país.

Un caso más

Era un domingo cualquiera en la casa del niño Esteban R. Ese día su familia había programado ir de paseo al Parque de las Leyendas. De pronto, todo se vino abajo cuando un grito desaforado de ¡auxilio! retumbó las paredes de este hogar. El pequeño Esteban había ingerido nada más y nada menos que un bote completo de Vick VapoRub.

De inmediato Esteban fue trasladado al Hospital Cayetano Heredia porque no dejaba de convulsionar. Esta situación preocupó al médico de turno del nosocomio, razón por la cual se comunicó enseguida a la central telefónica del CICOTOX de la Universidad de San Marcos para confirmar sus sospechas.

-Tenemos en el Hospital a un niño que ha ingerido un bote de Vick VapoRub y hasta el momento no deja de convulsionar,reportó el galeno a través del teléfono.

-Para este caso es necesario que al niño se le haga un lavado gástrico de inmediato y se le aplique un diazepan, porque el producto ingerido contiene sustancias que le pueden producir un edema pulmonar,respondió el profesional químico farmacéutico del CICOTOX.

Así lo hicieron, minutos después el niño Esteban dejó de convulsionar, lentamente fue recuperándose y esbozó una sonrisa para beneplácito de sus familiares, quienes en todo momento estuvieron a su lado.

En esta oportunidad, la historia tuvo un final feliz, gracias a la inmediata intervención de los médicos y, sobre todo, a la eficaz respuesta de los integrantes del CICOTOX, un centro de información, donde no sólo se limitan a diagnosticar, tratar y prevenir casos de intoxicación por sustancias químicas, sino también a realizar diversas charlas sobre drogadicción e intoxicaciones en centros mineros, colegios, empresas y universidades. El estudio sobre problemas relacionados con el medio ambiente, es otra de las preocupaciones de los responsables de esta unidad de investigación y análisis, considerado el más importante del país.

Laboratorio principal de CICOTOX en la facultad de Farmacia y Bioquímica, que atiende las 24 horas del día.

Centro de Ayuda

El CICOTOX, dirigido acertadamente desde hace más de tres años por la doctora Rosalía Anaya Pajuelo, funciona las 24 horas del día sin descanso alguno a lo largo del año.

Para sus 10 integrantes no existen domingos, ni feriados, pues la vida y la salud de los pacientes es la prioridad. "Lo ideal sería que uno de nosotros esté en el mismo lugar de los hechos para asesorar mejor a los médicos, pero por razones operativas y de costos sólo atendemos desde este lugar", refiere el profesor Alfonso Apesteguía Infantes, uno de los profesionales que labora en este centro de investigación.

El motivo del trabajo intenso de los investigadores sanmarquinos es la falta de médicos especialistas en toxicología clínica en el Perú. Es marcada la diferencia con EE.UU., país donde cada hospital general tiene su centro toxicológico para beneficio de la población.

Especialistas en pleno proceso de identificación del tóxico.

Trabajo Responsable

En los laboratorios de esta unidad de la Facultad de Farmacia y Bioquímica que dirige el decano Fernando Quevedo Ganoza, se advierte un trabajo serio y responsable. Para este equipo de profesionales cada caso representa todo un reto. No hay mayor estímulo que servir a la comunidad, parece ser su consigna. "Dios me puso en este lugar donde he tenido muchas satisfacciones", expresa Ernesto Avalos Cordero, otro de los investigadores, quien señala también que la asesoría del doctor cubano Diego Gonzáles Machín, el único médico clínico toxicólogo, les ha permitido acumular importante información científica y valiosa experiencia de trabajo.

Para que la labor de este centro sea más eficiente y competitiva, se requiere de un Cromotógrafo de gases con detector de metales, equipo que permite realizar análisis con mayor rapidez y exactitud. "Sería un gran logro con el cual salvaríamos más vidas", puntualizan.

Parte del equipo que labora en el CICOTOX.

La visita a este centro sanmarquino llega a su fin. El ir y venir de los especialista no cesa, así como la gratitud a las autoridades universitarias por la compra de algunos equipos de laboratorio que, sin duda, facilitan su trabajo.

El caso de Cajamarca

Como se recuerda, a mediados de este año un camión de carga derramó enormes cantidades dé mercurio en un pueblo de Cajamarca. Los pobladores, quienes ignoraban los efectos nocivos de este metal al contacto directo con el ser humano, no dudaron en recoger el producto en pequeños baldes y llevárselo a casa con la idea de venderlo a buen precio.

Como es sabido, el mercurios es un producto volátil que se evapora fácilmente, esta fue la razón por la cual todas las personas que guardaron el metal en sus viviendas fueron las primeras en sentir los estragos de la intoxicación: náuseas, adormecimientos en todo el cuerpo y en muchos casos pérdida del conocimiento.

Ante esta emergencia, la doctora Rosalía Anaya, directora del CICOTOX, y su colega Edgard Valentín Atocha, viajaron hasta el lugar de los hechos. Allí se habilitó un pequeño laboratorio para facilitar el trabajo de diagnóstico y poder salvar la mayor cantidad de vidas humanas.

 


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