PARTE II
EL IMPERIALISMO NORTEAMERICANO Y LA OLIGARQUÍA PERUANA
EN EL SIGLO XX



CAPITULO III
EL GOBIERNO MILITAR : 1968-1980


La coyuntura de fines de los 70. La Constituyente. La nueva Constitución. Las elecciones de 1980


En ese escenario, expuesto precedentemente, se dieron las elecciones de 1980. Los resultados electorales mostraron un nuevo mapa electoral en el país. Por primera vez las izquierdas tenían un peso electoral (36,25%) mayor que la derecha expresadas en el PPC (23,78%) y casi igual al del APRA (35,34%).280 En el campo de la izquierda los sectores radicales tenían una gravitación electoral mayor que los sectores moderados. Los resultados electorales cambiaban los términos de la lucha política establecidos por la dictadura del general Morales Bermúdez: de negociación con los sectores empresariales y con los partidos de derecha y el APRA, y de confrontación con los excluidos movimientos populares clasistas y de la izquierda. En adelante, esa confrontación ya no se desarrollaría entre el Estado y los movimientos populares fuera del Estado sino que se realizaría dentro del mismo Estado, esto es, se procesaría en término institucionales. De esta manera se ensanchaba —se argumentaba— el campo de la democracia y se reducía el espacio de la confrontación abierta. El inicio de la transferencia se dio con la convocatoria y la posterior implementación de una Asamblea Constituyente cuyo objetivo fue dotar al país de una nueva constitución que sirviera de puente al surgimiento de una nuevo Estado. Pero los sectores de la izquierda en la Asamblea Constituyente insistieron en la confrontación abierta definiendo a ésta como una caja de resonancia de las “luchas directas”, vale decir los paros y las huelgas, de las masas.

El APRA y el PPC en cambio concentraron esfuerzos para sacar la Asamblea Constituyente adelante y establecieron puentes con el gobierno de facto para administrar y hacer más llevaderas las tensiones inevitables entre los dos poderes existentes entre 1978 y 1980. En el ínterin cada poder se dedicó a lo suyo. Los constituyentes a elaborar la nueva constitución y el gobierno militar a preparar su repliegue ordenado y a organizar en secreto un conjunto de normas que tienen que ver con la Defensa Nacional.281 

Se estableció una suerte de división del trabajo normativo entre la Asamblea Constituyente y la dictadura militar. Un gran trecho de la coyuntura de la Asamblea Constituyente se superpuso con la coyuntura de las elecciones generales de 1980. Al espectro de las fuerzas políticas de la Asamblea Constituyente se sumó Acción Popular presentándose como el partido que no sólo había sido víctima de la dictadura militar (1968) sino que también había desarrollado una oposición consecuente sin contaminaciones ni compromisos. Esperaba de ese modo sacar provecho del estado de ánimo antidictatorial del país y de la fragmentación de la izquierda que había fracasado en sus intentos de construir un frente unido —la Alianza Revolucionaria de Izquieda (ARI)— y de presentarse al país como una alternativa viable y real de poder. El Partido Popular Cristiano vio reducida su votación en la Asamblea Constituyente a sus dimensiones reales debido a la participación de Acción Popular. Al igual que el APRA tuvo que pagar los costos de sus compromisos a través de la Asamblea Constituyente con un gobierno dictatorial desgastado y antipopular.

Pero fue el APRA, que aparecía como el favorito de la contienda electoral y del gobierno militar, el que sufrió el peso mayor de la derrota electoral no sólo por errores tácticos de su candidato presidencial y de las desavenencias internas del APRA sino también debido a sus compromisos con la dictadura. Los resultados electorales de 1980 permitieron a la derecha política y a las capas empresariales a ella vinculadas superar el trauma velasquista y populista y abrieron la posibilidad para que ellas organizaran su dominio con un proyecto neoliberal y conservador sobre la base de la derrota de las clases populares y de sus representantes políticos.282

 

280

PEASE GARCÍA, Henry. Los caminos del poder oligárquico. Lima, Desco, 1977.

281
 
 
 
Ésta será la demostración de que el proyecto reformista y la contrarreforma militar no respondieron nunca a los intereses del país, sino a la seguridad continental en lucha contra el comunismo internacional; es época de la evaluación de la derrota en la guerra de Vietnam del ejército americano. Antes [en los 50] lo habían sido los franceses. Por tanto, la seguridad continental y nacional fue siempre la prioridad.
282

NEIRA, op. cit., parte III, pp. 421 ss: “Velasquismo, cuando los generales y los intelectuales se encuentran”.

 

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