
PARTE I
SOCIEDAD, ESTADO Y DERECHO
CAPITULO II
LOS ORÍGENES DEL ESTADO PERUANO. LA INFLUENCIA EUROPEA
La inexistencia de un Estado-Nación,
una burguesía, una ideología, un ordenamiento jurídico capitalista
A partir del proceso libertario del coloniaje español se produce la expansión de las
actividades financiero-comerciales y la actividad manufacturera. Se hicieron importantes
inversiones extranjeras principalmente por parte de Francia e Inglaterra. Estos países
habían ayudado en el proceso libertario y con ellos se produjo nuestro primer
endeudamiento histórico. Las inversiones que realizaron se llevaron a cabo en las
actividades de exportación; se produjeron cambios importantes que van a incidir de manera
fundamental en el surgimiento de las relaciones capitalistas de producción.
Son de destacar los importantes procesos de concentración de la propiedad de los
principales productos de exportación producidos por las inversiones extranjeras. Los
pequeños y medianos mineros del centro son desplazados por la llegada de dos grandes
compañías extranjeras: La Backus y Johnston (1896, inglesa) y la Cerro de Pasco Mining
Company (norteamericana, 1901). Ambas concentraron el grueso de la producción minera para
la exportación hasta 1919, fecha en que la primera es absorbida por la segunda. La
International Petroleum Company (I.P.Co., norteamericana), que desplaza a los capitales
ingleses en la explotación del petróleo (1913), opera 568 pozos petrolíferos de los 703
en actividad en 1914.158 En las haciendas azucareras se produce un fenómeno similar de
concentración en el que sólo logran sobrevivir los propietarios vinculados al capital
extranjero y a sus circuitos financieros.159
La riqueza acumulada aumenta las ganancias de las casas matrices ubicadas en los centros
hegemónicos del capital monopólico internacional; esto genera, con respecto a la
economía del país, un proceso de descapitalización. Los beneficios obtenidos no son
reinvertidos en el país. La producción es destinada, fundamentalmente, al mercado
externo. De este modo la implantación de estas grandes unidades empresariales no produjo
transformaciones importantes en la estructura económico-social, más allá de los
espacios en los que se encontraban.
Diversos estudios sobre el tema160 muestran que esta modalidad de implantación
del capitalismo reproduce y mantiene la heterogeneidad estructural y extensas regiones del
país bajo el predominio de la hacienda semifeudal. Mariátegui con relación a esto dijo:
La clase terrateniente no ha logrado transformarse en una burguesía capitalista, patrona
de la economía nacional. La minería, el comercio, los transportes se encuentran en manos
del capital extranjero. Los latifundistas se han contentado con servir de intermediarios a
éste, en la producción de algodón y azúcar. Este sistema económico ha mantenido en la
agricultura, una organización semifeudal que constituye el más pesado lastre del
desarrollo del país.161
Las nuevas empresas tienen que recurrir, en este período, a métodos impulsivo-coactivos
para el reclutamiento de mano de obra lo que demuestra la inexistencia de un mercado de
fuerza de trabajo libre, incluso en los centros urbanos cercanos a las áreas productivas.
El principal sistema de reclutamiento de mano de obra indígena para las empresas mineras
y azucareras fue el enganche, de típico corte colonial. En este sistema
el enganchador, a nombre de la empresa, atraía al indígena mediante un
adelanto en dinero o mercancías a partir del cual establece un sistema de endeudamiento
que el indígena debe pagar con su trabajo en la empresa.
Estas dos características esenciales de la implantación del capitalismo en el país, la
subordinación a la dinámica del capital internacional y la presencia generalizada de
relaciones no capitalistas, determinaron la inexistencia de una comunidad socioeco-nómica
integrada. Las principales consecuencias de esta situación fueron: la ausencia de un
mercado interno e integrado en el ámbito nacional, la persistencia de la heterogeneidad
estructural (existencia de formas múltiples de relaciones de producción), las diferentes
tradiciones culturales, lingüísticas, la inexistencia de comunidades sociales
homogéneas en el ámbito nacional y la desintegración política que se expresa en la
presencia de poderes locales y regionales.162
El Estado-Nación centralista luego del proceso libertario, propio de la modernidad, no ha
nacido todavía. Seguirá predominando en lo político la descentralización territorial
como un viejo lastre, como una especie de supervivencia aquí en América del Sur de un
modelo económico que en el mundo desarrollado pertenece al pasado. En esta parte del
mundo sobrevive un viejo dinosaurio histórico-político lo que ha impedido,
sin lugar a dudas, la constitución de una burguesía nacional, de una organización
política independiente de los centros hegemónicos, de un auténtico Estado-Nación, y en
consecuencia ha inviabilizado una revolución burguesa con miras a enfrentar los retos de
la modernidad. Ésta es una tragedia para nuestro pueblo. Hemos llegado tarde a la
historia, somos herederos en una primera época (luego del proceso de independencia) del
coloniaje español, después del francés e inglés, y ahora norteamericano.
En los procesos de transición europeos los compromisos políticos se dieron sobre la base
de la transformación radical de las relaciones serviles, en alianza política sobre una
sólida base estructural: la complementariedad y funcionalidad de los intereses de las
fracciones burguesas exportadoras con los señores de la tierra. La base material de esta
alianza fue el proceso económico basado en la existencia de un reducido mercado interno
en el que se realizaba una parte pequeña de la producción capitalista interna y
extranjera, complementaria con el proceso de apropiación del trabajo no capitalista por
el señor de la tierra. El control y la dirección del proceso productivo le correspondía
a los sectores capitalistas.
El modelo peruano de comienzos del siglo XX hasta la década de los 30 si bien
estaba basado en relaciones capitalistas, éstas fueron bajo un modelo exportador
tradicional; la incipiente actividad industrial tenía un papel subordinado y subsidiario.
A esto tenemos que agregar que las utilidades salían al exterior, no se reinvertían
produciendo una economía colonial dependiente de las inversiones extranjeras que han sido
hasta hoy las que de modo directo o indirecto han dirigido la política del
Estado peruano dirigida por caudillos, primero, por alianzas cívico-militares, después,
por Juntas Militares, por gobiernos civiles militares de neto corte preventivo
insurreccional posteriormente.163 Esto demuestra la existencia de dos modos de
producción, dos realidades, dos mundos, uno capitalista y el otro
semifeudal.
A pesar de las dificultades estructurales que imposibilitaron la cohesión entre sociedad
civil (heterogénea y desarticulada) y el Estado en cuanto poder político, la
consecuencia ha sido la inexistencia de un proyecto auténticamente nacional que ha hecho
inviable el Estado-Nación que posibilite la ansiada unidad.
En este período los sectores burgueses agro-minero-expor-tadores lograron una alianza
estructural con los grandes propietarios agrarios de la sierra, los terratenientes
semifeudales. A partir de la propiedad de la tierra y de su explotación extensiva este
sector, claramente rentista, tenía implementado todo un sistema de dominación político
local y regional que excedía los límites de sus propiedades, configurándose una
situación muy parecida al dominio de los señores feudales europeos, de allí
la calificación de semifeudal.
Mariátegui estudia ampliamente este fenómeno señalándolo como sucesor de la feudalidad
colonial y lo define como gamo-nalismo: El término gamonalismo no designa sólo una
categoría social y económica: la de los latifundistas o grandes propietarios agrarios.
Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no está representado por los gamonales
propiamente dichos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios,
agentes, parásitos, etc... El factor central del fenómeno es la hegemonía de la gran
propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del Estado.164
Entre esta santa alianza de las fracciones capitalistas y no capitalistas se establece una
suerte de división del trabajo en el dominio conjunto de la sociedad. Esta alianza tiene
su expresión en las instituciones del aparato estatal central: el gamonalismo tiene
garantizado el Parlamento como su espacio de actuación privilegiado, dejando el Ejecutivo
en manos de las fracciones burguesas.
A estos elementos se añade otro de fundamental importancia en la forma de organización
política que se cristaliza en el país: el capital extranjero es componente del
bloque en el poder, es decir, del conjunto de sectores dominantes en la
sociedad y en el Estado. Las formas de organización socioeconómica y política
imperantes determinaron un hecho fundamental: la sujeción al capital extranjero que trajo
consigo limitaciones políticas a la soberanía nacional, a pesar de la independencia
formal jurídico-política. Esta forma particular de dominación se presentó incluso con
rasgos de extraterritorialidad generando situaciones en las cuales la independencia
política formal se encontraba disminuida y diseminada en partes del territorio nacional.
Los llamados enclaves agrícolas y mineros presentaban estos rasgos de
extraterritorialidad.
La existencia de guardias privados, la no injerencia de los funcionarios regulares del
Estado central en sus áreas limitaban la soberanía y la independencia, incluso
jurídico-formal, presentando una situación de dominación política particular derivada
del dominio económico; pero que va más allá de él. Eran pequeños estados dentro de
otro Estado.
La International Petrolium Company ( I.P.C.) en Talara y la Cerro de Pasco Minign Corp.,
de capital norteamericano, en el centro, son casos típicos de esta situación.
Al respecto, Cotler señala: Las plantaciones y las minas alcanzaron un alto grado
de autonomía, configurando típicas company-town, con su tambo, hospital, guachimanes,
viviendas divididas de acuerdo a las jerarquías ocupacionales y nacionalidad de los
trabajadores y, por último, restringiendo el ingreso a extraños. De esta manera, las
concentraciones que daban lugar se constituyeron en verdaderos enclaves políticos en los
que la soberanía nacional había sido cedida a un propietario particular, que además era
extranjero.165
El derecho de soberanía y jurisdicción que ejercen los estados capitalistas, que
surgieron en la modernidad a nombre de la nación sobre lo largo y ancho de sus
territorios nacionales, aquí se encontraba doblemente limitado. Por un lado, en los
latifundios precapitalistas donde el terrateniente era dueño y señor; y por
otro, en los ámbitos que operaban las grandes empresas mono-pólicas extranjeras.
Esta limitación de la soberanía y de la independencia jurídico-política así como la
ausencia de una identidad nacional que integre sus diversos componentes (ideológicos,
políticos y culturales) se expresarán políticamente en el Estado, determinando que el
poder político estuviera muy lejos de constituir un Estado-Nación.
La heterogeneidad estructural, la ausencia de un mercado nacional integrado, y la
existencia de diversas comunidades sociales y culturales fueron determinantes para
aseverar, en este período histórico, la inexistencia de la nación peruana.
Julio Cotler sostendrá que es el peso de la herencia colonial uno de los
factores explicativos del largo, doloroso y fallido proceso de constitución de la nación
peruana. Agregará: ... la clase propietaria no tuvo capacidad para afrontar el
desarrollo de una sociedad y una política democrática y liberal, y construir un Estado
de todos nosotros, capaz de arbitrar y conciliar los antagonismos sociales
instilando la creencia que representaba el reino de la igualdad.166
158
|
YEPEZ, Ernesto. 1820-1920: Un siglo de desarrollo capitalista.
1.a edición, Lima, Instituto de Estudios Peruanos (IEP), p.
91, 1976. |
159
|
Ver al respecto KLAREN, Peter. Las haciendas
azucareras y los orígenes del APRA. Lima, Instituto de Estudios Peruanos (IEP), 1972 |
160
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Véase al respecto: COTLER, Julio. Clases,
Estado y... FLORES GALINDO, Alberto. Los mineros de la Cerro de Pasco 1900-1930. Lima,
tesis de la Facultad de CC. SS. PUC, 1974. BONILLA, Heraclio. El minero de los Andes.
Lima, Instituto de Estudios Peruanos (IEP), 1974. Y el trabajo de BURGA, Manuel. De la
economía de plantación a la hacienda capitalista. Lima, Instituto de Estudios Peruanos
(IEP), 1976. |
161 |
MARIÁTEGUI, Textos Básicos..., p. 57. |
162
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Julio Cotler destaca de manera particular la
desintegración de la sociedad peruana producto de la Herencia Colonial.
COTLER, Julio. Clases, Estado y... |
163
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Como el de la década reciente del 90 al
2000 que ha sido uno de un corte dictatorial mediante una santa alianza de sectores
financieros nativos ligados al gran capital y auspiciados por una camarilla o cúpula
militar que privilegió como nunca el servicio de inteligencia como un instrumento de
hacer política estatal. Éste se encargó de imponer la ley y el orden requerido por los
financieros internacionales para invertir en el Perú y de ese modo aplicar el modelo de
moda: el neoliberalismo, que se implementó con el terror psicológico y real al conjunto
de la sociedad. Las consecuencias y las características las estudiaremos con detenimiento
en la tercera parte de este trabajo. |
164
|
MARIÁTEGUI, José Carlos. 7 Ensayos de
Interpretación la Realidad Peruana. Lima, Editorial Amauta, p. 37, 1980. |
165 |
COTLER, op. cit., p. 138. |
166 |
Op. cit., p. 389. |
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