Lesiones
Traumáticas
Dr. Luis Julio Huaroto Rosa-Pérez
FRACTURAS - LUXACIONES: ETIOLOGÍA -
CLASIFICACIÓN - EXAMEN RADIOGRÁFICO - TRATAMIENTO MÉDICO, ORTOPÉDICO Y QUIRÚRGICO;
CALLO ÓSEO: FACTORES QUE FAVORECEN Y DESFAVORECEN SU FORMACIÓN; FRACTURAS POR FATIGA;
FRACTURAS PATOLÓGICAS.
FRACTURA (de FRANGO: yo rompo)
Es la solución de continuidad en un
hueso, producido por un traumatismo. Foco de fractura, es el conjunto de lesiones de
partes blandas que acompañan a una fractura: lesiones de periostio, músculo, vasos,
nervios, fascias, tejido celular subcutáneo y piel.
1. ETIOLOGÍA
Las fracturas se producen por acción de
traumas externos o por violentas contracciones musculares; tres causas:
a) Directa: La fractura se produce en el
punto de contacto del agente traumático, suele ser transversal.
b) Indirecta: Las más frecuentes; la fractura se produce en un punto distante de donde se
aplica la fuerza vulnerante; pueden ser por: torsión, compresión, arrancamiento, etc.
c) Muscular: Por acción de una contracción muscular enérgica, en individuos musculosos
o en tratamientos convulsivantes (electroshock).
2. CLÍNICA
Debemos investigar:
1. Antecedente traumático: Existe
siempre; su intensidad y caracteres son datos valiosos. El trauma insignificante nos hará
pensar en una fractura patológica; una caída de altura nos hará pensar en una fractura
de columna lumbar o calcánea.
2. Dolor: Constante; si la fractura es
indolora se pensará en un transtorno neurológico concomitante (Tabes, sección medular);
el dolor es electivo a la presión pues, al presionar a nivel de la fractura, el dolor es
más intenso; en las fracturas por trauma directo, la zona está contundida y es dolorosa,
aquí es mejor buscar el dolor por presión a distancia.
3. Tumefacción: Aumento de partes
blandas a nivel del foco de fractura, debido al proceso inflamatorio como respuesta al
traumatismo; puede estar incrementado por el hematoma fracturario; aparece en las primeras
horas.
4. Impotencia funcional: Está en
relación con el dolor y la ruptura de la palanca ósea; en las fracturas incompletas y en
las impactadas, la impotencia es mínima.
5. Deformación: Producida generalmente
por la desviación de los fragmentos óseos y es incrementada por la tumefacción de
partes blandas; hay deformaciones típicas: dorso de tenedor en las fracturas de Colles,
etc.
6. Movilidad anormal: Es determinante de
fractura; se provoca angulación o desplazamiento en el trayecto de un hueso generalmente
largo; hay que examinar con mucho cuidado para no lesionar elementos nobles de la región.
7. Crujido o crepitación: Al examinar,
el roce de los fragmentos óseos produce crepitación; no es aconsejable buscarlo.
8. Equímosis: Producida por
extravasación sanguínea a nivel del tejido celular subcutáneo, de sangre proveniente
del foco de fractura; suele manifestarse tardiamente (4-5 días) y aparece a distancia del
foco de fractura; por ejemplo: la equímosis en la cara interna del brazo y lateral del
tórax (HENNEQUIN) en la fractura del cuello quirúrgico del húmero. No cofundir con la
equímosis por trauma directo que se presenta en las primeras 24 horas, salvo que la
fractura esté próxima a piel; por ejemplo la clavícula.
9. Flictenas: Son ampollas de contenido
seroso o serohemático, a nivel de la piel; se presenta por compresión y sufrimiento de
la piel ante la dificultad de retorno sanguíneo; se dan en zonas en donde la fractura
está inmediatamente debajo de piel, como el tobillo y la muñeca.
10. Percepción de un chasquido: A veces,
en el momento del trauma, se percibe un chasquido, el cual puede deberse también a una
ruptura tendinosa o muscular.
El 1, 2, 3 y 4 son constantes, pero no
son determinantes de una fractura; el 5, 6 y 7 no son constantes, pero cuando se
presentan, sí son determinantes de fractura; el 8, 9 y 10 no son constantes ni
determinantes.
3. CLASIFICACIÓN
En general, pueden ser:
Cerradas: Cuando el foco de
fractura no comunica con el exterior, a través de una solución de continuidad de la
piel.
Abiertas: Cuando el foco de fractura comunica con el exterior, a través de
una solución de continuidad de la piel.
Según la etiopatogenia, pueden ser:
1. Incompletas: (Lámina 12:A)
Cuando la línea de fractura no alcanza todo el espesor del hueso en su eje transversal.
Se presenta más en personas en crecimiento, sobre todo en niños y pueden ser:
Incurvación traumática:
Se presenta en zonas donde hay dos huesos diafisarios (pierna, antebrazo); coexistiendo
con la fractura completa de un hueso (tibia, radio), hay incurvación permanente de la
diáfisis del otro (peroné, cúbito); es lesión casi exclusiva de los niños, no hay
interrupción ósea y es debido a aplastamientos trabeculares (Lámina 12:A1).
En tallo verde (por
inflexión): El hueso queda angulado en forma permanente, con ruptura en la cortical de la
convexidad, permaneciendo intacta pero inflexionada la cortical de la concavidad; al
quebrar una rama verde no se separan los fragmentos (Lámina 12:A2).
En rodete o bambú (impactación): Se
presenta en la unión de metáfisis esponjosa con la diáfisis compacta; por la
compresión se impacta la diáfisis en la metáfisis produciendo un engrosamiento anular
del hueso a rayos X (Lámina 12:A3).
Fisura: La línea
fracturaria no circunscribe ningún fragmento óseo, no hay desplazamiento y se da más a
menudo en los huesos planos y cortos (Lámina 12:A4).
Aplastamiento trabecular:
Se da en huesos cortos esponjosos: cuerpo vertebral, calcáneo; hay deformación del
contorno óseo, sin trazo evidente de fractura, con aumento de densidad ósea con
desaparición de la trabeculación normal (Lámina 12:A5).
Depresión, hundimiento: A
veces un fragmento óseo es empujado a la profundidad, si afecta una sola lámina hablamos
de depresión y si afecta todo el espesor del hueso se llama hundimiento; se presenta en
huesos planos y en zonas epifisarias (Lámina 12:A6, A7).
2. Completas: (Lámina 12:B)
Cuando la línea de fractura afecta todo el espesor del hueso, y pueden ser:
Transversal: La línea de
fractura es perpendicular al eje longitudinal del hueso, la superficie de fractura suele
ser dentellada e irregular; estos dientes a veces impiden la separación y otras veces
obstaculizan la reducción (Lámina 12:B1).
Oblicua: Se da en grandes
diáfisis y suelen ser producidas por flexión; el trazo de fractura es oblicuo en
relación al eje longitudinal del hueso (Lámina 12:B2).
Espiroidea: Se producen por
torsión y afectan los huesos largos.Está conformada por dos trazos: uno de ellos,
paralelo al eje del hueso y cuyos extremos se unen por una espira (Lámina 12:B3).
A tercer fragmento: Cuando
el tercer fragmento no abarca todo el espesor del hueso (Lámina 12:B4).
Conminuta: Cuando hay
cuatro o más fragmentos óseos (Lámina 12:B5).
Longitudinal:Cuando el
trazo de fractura es paralelo al eje del hueso, se observa en huesos cortos y planos
(rótula, omóplato), y en extremos de huesos largos (fémur, húmero) (Lámina 12:B6).
Hay algunos términos en relación a la
presencia de varios trazos de fractura:
Segmentaria: Cuando hay dos
trazos de fractura en un mismo hueso, pero a distinto nivel.
Simultánea: Cuando se
afectan los dos huesos del mismo segmento de un miembro (cúbito y radio, tibia y
peroné).
Polifracturado: Cuando el
paciente presenta varias fracturas de localización diferente.
En los niños, en los cuales hay
presencia de cartílago de crecimiento, motivó a que SALTER preconizara la siguiente
clasificación (Lámina 13:A):
Grado I: Lesión entre cartílago de
crecimiento y metáfisis.
Grado II: Cuando una parte de la metáfisis queda junto al cartílago.
Grado III: Cuando el trazo cruza el cartílago y la epífisis.
Grado IV: Cuando el trazo cruza metáfisis, cartílago y epífisis.
Grado V: Cuando hay destrucción del cartílago de crecimiento, es la forma más grave.
Tratando de unificar criterios, la AO
(Asociación para la Osteosíntesis), ha hecho su clasificación en relación a segmentos
óseos (diáfisis y metafisoepífisis) dividiendo en tres tipos (A,B y C) siendo de menor
a mayor la gravedad de lesión; cada uno de estos tipos tiene tres grupos y cada grupo
tres subgrupos (Lámina 13:B).
Si el segmento es diafisario:
Tipo A: Fractura simple
Tipo B: Fractura con tercer fragmento
Tipo C: Fractura conminuta
Si el fragmento es metafisoepifisario:
Tipo A: Fractura extraarticular
Tipo B: Fractura intraarticular
Tipo C: Combinación de las dos anteriores.
4. EXAMEN RADIOGRÁFICO
Es un examen auxiliar de gran ayuda
diagnóstica; al solicitar una radiografía se debe mencionar la región, no el hueso
(muslo, no fémur). Especificar el lado cuando sea necesario y las incidencias (frente y
perfil las más frecuentes, además a veces: oblicuas, axiales, funcionales o en stress),
a veces comparativas, sobre todo en niños. No considerar como fracturas los cartílagos
de crecimiento, los puntos de osificación secundaria, huesos supernumerarios,
sesamoideos, bi o triparticiones congénitas, impresiones vasculares (cráneo) o agujeros
nutricios (metacarpianos).
La placa radiográfica debe incluir las articulaciones
extremas a la fractura (para descartar rotación o decalage); algunas veces, clínicamente
se sospecha fractura (escafoides carpiano) ante una radiografía "negativa"
inicial; es necesario repetir la radiografía a las dos semanas, pues la descalcificación
de los bordes fracturarios agranda la imagen de la posible lesión.
Para interpretar la radiografía de una
fractura, se debe seguir los siguientes pasos:
1. Localización de la fractura: Señalar
la localización del trazo de fractura especificando el segmento y el hueso (tercio medio
diáfisis de fémur, epífisis proximal de tibia).
2. Tipo de trazo de fractura: En
relación a la etiopatogenia, correspondería a las formas incompleta y completa (fractura
en rodete, tallo verde, transversa, espiroidea, etc.)
3. Desplazamientos: (Lámina 13:C) Éstos
están siempre referidos por el fragmento distal o externo, pueden ser:
Sin desplazamiento: Cuando
se mantiene el eje normal del hueso.
Lateral parcial: Los ejes longitudinales de ambos fragmentos son paralelos
pero no superpuestos y hay contacto entre ellos.
Lateral total: Ejes longitudinales de ambos fragmentos son paralelos pero
sin contacto.
Cabalgamiento: Hay superposición de los fragmentos, pero en forma paralela.
Diástasis: Hay separación de los fragmentos en el eje longitudinal.
Impactación o penetración: Un fragmento penetra en el otro, generalmente
la cortical dura en la metáfisis esponjosa.
Rotación o decalage: Cuando el fragmento distal rota sobre su eje.
Angular tipo varo: Angulación de concavidad interna.
Angular tipo valgo: Angulación de concavidad externa.
Angular tipo recurvatum: Angulación de concavidad anterior.
Angular tipo antecurvatum: Angulación de concavidad posterior.
4. Densidad ósea: Muchas veces pasa
desapercibida ante la espectacularidad de los desplazamientos; puede existir una
disminución de la densidad ósea o RAREFACCIÓN, y si está aumentada, nos referiremos a
ESCLEROSIS.
Es importante el valor de la radiografía
en el control de la evolución del tratamiento de la fractura, además es un documento de
valor legal.
Dentro de los estudios por imágenes,
además de la radiografía podemos mencionar: la radioscopía, actualmente de limitados
usos; y el intensificador de imágenes que cada vez se usa más, sin embargo, la
radiografía no pierde su vigencia.
5. TRATAMIENTO
El tratamiento médico es a base de
antálgicos, antiinfla-matorios, relajantes, sedantes, a veces antibióticos.
El tratamiento definitivo de una fractura, se basa en la tríada:
1. REDUCCIÓN
2. INMOVILIZACIÓN
3. TRATAMIENTO FUNCIONAL
La reducción cuando la fractura
está desplazada debe ser perfecta y precoz, corrigiendo todas las desviaciones; para ello
requiere hacerse bajo anestesia que puede ser local, regional o general, lo cual suprime
el reflejo de la hipertonia, produciendo relajación muscular al colocar las
articulaciones en posición media; las maniobras de reducción que suelen ser de tracción
y contratracción deben ser suaves, potentes y continuas. La reducción puede ser abierta
o cerrada; una vez reducida la fractura, pasamos a:
La inmovilización que debe ser
absoluta, adecuada, prolongada e ininterrumpida; en los casos de reducción cerrada es a
base de vendajes de tela, elásticos, elasticoadhesivos, yeso, acrílico, férulas y
tracción continua; en los casos de reducción abierta, la fractura se fija con un
material generalmente metálico, llamándose esto OSTEOSÍNTESIS; como materiales tenemos:
alambres, clavos, tornillos, placas, etc.
El tratamiento funcional debe ser
precoz para prevenir la atrofia muscular, la osteoporosis y las rigideces articulares y
tenosinoviales; se hará a base de una movilización activa de todas las articulaciones
que no están inmovilizadas e inmediatamente después de la inmovilización; se proscriben
las movilizaciones pasivas y los masajes. La movilización se hará de un modo repetido
(por ej. 5 minutos cada hora); ningún ejercicio debe causar dolor.
6. CALLO ÓSEO
La curación de una fractura se
caracteriza por la formación de un callo periostal y endostal; en la formación del callo
óseo se da un proceso biológico celular y un proceso químico de precipitación de sales
cálcicas.
Se forma a partir del hematoma fracturario; entre los
fragmentos, la sangre se coagula y con los tejidos necrosados inicia su desintegración
con lo que aparece acidez local que estimula la vasodilatación. El período de acidosis
local dura unas dos semanas y es seguido de un período de alcalosis.
Debido a la vasodilatación se produce
hiperemia local que condiciona conjuntamente una organización del coágulo y
descalcificación de los extremos óseos; el coágulo es invadido por células conjuntivas
embrionarias que rodean los brotes de capilares de neoformación, que en forma de tejido
de granulación avanzan entre las mallas de fibrina hasta unirse los provenientes del
periostio con los de la médula ósea y los de la cortical; en tanto se organiza el
coágulo; se produce descalcificación de los extremos óseos, con aumento local de
fosfatasas y riqueza elevada de calcio y fósforo.
A medida que se organiza el hematoma, el
líquido intersticial se hace gelatinoso por presencia de la sustancia coloide,
constituyendo un puente entre los fragmentos; el callo fibroso es invadido por los
osteoblastos y por las sales cálcicas conformando el callo óseo primario o provisional,
el cual sufre una transformación de remodelación para constituir el callo óseo
definitivo con orientación de sus trabéculas en un sentido funcional según las líneas
de fuerza y tracción. Para que se produzca la calcificación es necesario que la
primitiva acidez sea sustituida por alcalinidad, necesaria para la precipitación de las
sales de Ca. SCHENK y WILLENEGGER (1963) pudieron demostrar que existe la consolidación
ósea primaria angiógena (perpriman) como proceso regenerativo bajo condiciones de
estabilidad y buena vascularización. Cuando la fractura es estabilizada a compresión en
las primeras 3 a 4 semanas no hay cambio histológico; a partir de la cuarta semana, se
produce el proceso de transformación haversiana con aparición de nuevos osteones que
cruzan la zona de contacto, atravezando la zona necrótica de los extremos óseos:
curación por contacto.
6.1. Factores que favorecen y
desfavorecen la formación del callo óseo
Hay una serie de factores que favorecen
la consolidación aunque no son responsables de la falta de ésta, la cual es causada por
una inmovilización inadecuada y no suficientemente prolongada y a una mala irrigación
sanguínea de los fragmentos.
Entre los factores tenemos:
Edad: Es más rápida en el
niño que en el adulto (por ej. Una fractura de diáfisis de fémur se consolida en un mes
en el recién nacido y de tres a cuatro meses en el adulto); igualmente el
restablecimiento funcional es más rápido en el niño que en el adulto.
Estado general: La caquexia, anemia, avitaminosis y osteo-porosis senil
retardan la consolidación, al igual la hipopro-teinemia.
Variaciones individuales: En igualdad de los demás factores, existen
variaciones del tiempo de consolidación de causa desconocida.
Tipo de fractura: Es más rápida la consolidación en las superficies
fracturarias amplias (bisel, oblicua, espiroidea, conminuta) y en las metafisoepifisarias
que en las corticales.
Desplazamientos: Se consolidan más rápido las impactadas y las
perfectamente reducidas.
Separación de los fragmentos: Es una de las causas de pseudo-artrosis; a
veces pueden repararse grandes pérdidas de sustancia y el callo salta de un fragmento al
otro, aunque la separación sea importante.
Hematoma: En las fracturas abiertas o en las tratadas quirúrgicamente se
pierde el hematoma y se observa un retardo de consolidación.
Irrigación sanguínea de los fragmentos: Se pueden distinguir las
siguientes posibilidades:
Fracturas con buena irrigación en
ambos fragmentos: La fractura consolida con rapidez (colles, supramaleolares,
calcáneo).
Fracturas con escasa irrigación de un
fragmento: Se da en algunas fracturas diafisarias (tercio distal de tibia); la
formación del callo es lenta, pues se da a expensas del fragmento con buena irrigación.
Fracturas con escasa irrigación en
los dos fragmentos: Es lo que sucede, por ej.: en la fractura segmentaria de la mitad
distal de la diáfisis tibial; la fractura proximal puede curar bien, en cambio la distal
va a necesitar injerto.
Fracturas con irrigación nula de un
fragmento: Cuando hay un fragmento con necrosis isquémica (escafoides carpiano,
subcapital fémur), la consolidación requiere largo tiempo y prolongada inmovilización.
Sinovia: Al parecer no
influye en la consolidación.
Interposición de partes blandas: Interrumpe la continuidad del hematoma
fracturario, y si no hay hematoma continuo, no se obtiene la consolidación.
Infección: No impide la consolidación, sólo la retarda.
Factores mecánicos: Los movimientos de cizallamiento y tracción no sólo
retardan la formación del callo, sino que la impiden; la compresión favorece la
consolidación.
7. FRACTURAS POR FATIGA (sobrecarga o
stress)
Se conoce como fracturas espontáneas las
que se presentan en un hueso sano ante un mínimo traumatismo en el curso de una actividad
normal (hueso de estructura y resistencia normales).
Se presentan en los siguientes casos:
tabes, epilepsia, tétanos y en las fracturas por fatiga.
Las fracturas por fatiga se producen por
microtraumatismo repetido ya sea en intensidad (sobrecarga) o en repetición
(sobreutilización) lo que condiciona alteraciones en sus propiedades físico-químicas
del hueso normal. Hay zonas típicas donde se presenta: en la diáfisis del tercer
metatarsiano (Deutschlander), diáfisis de la tibia (Olloqvist), ramas isquiopubianas,
apófisis espinosa de la séptima cervical (cargador).
8. FRACTURAS PATOLÓGICAS
Cuando los procesos patológicos
disminuyen la resistencia del hueso, lo predisponen a sufrir fácilmente una fractura.
Hay varias etiologías:
1. Decalcificación y atrofias:
a) Osteoporosis postraumática (Sudeck)
b) Osteoporosis por desuso (inactividad)
c) Osteoporosis senil y menopáusica
d) Poliomielitis
e) Enfermedad de Paget
f) Osteopatías calciprivas (raquitismo, osteomalacia, escorbuto)
g) Síndrome de malabsorción (celiaquia, esteatorrea, Sprue)
h) Osteoporosis idiopática de los niños.
2. Enfermedades, infecciones y
parasitarias:
a) Osteomielitis
b) TBC ósea
c) Sífilis ósea
d) Hidatidosis ósea
3. Procesos quísticos:
a) Quiste óseo solitario
b) Quiste óseo aneurismático
c) Fibroma no osteogénico del hueso
d) Displasia fibrosa (mono y poliostótica)
4. Tumores óseos benignos,
malignos y metastásicos:
a) Tumores benignos:
· Condroma, osteocondroma y fibroma
condromixoide
· Hemangioma
· Fibroma óseo
· Tumor células gigantes
b) Tumores malignos:
· Osteosarcoma
· Condrosarcoma
· Fibrosarcoma
· Mieloma múltiple
· Tumor células redondas maligno (incluido Ewing)
c) Tumor óseo metastásico:
· Carcinoma (mama, tiroides, prostata)
· Hipernefroma
· Epitelioma (a partir de úlcera de piel)
5. Fragilidad ósea congénita:
a) Osteogénesis imperfecta
b) Osteopetrosis
c) Aracnodactilia
d) Discondroplasia
6. Enfermedades de los
componentes de la médula ósea:
a) Histiocitosis X (Granuloma
eosinófilo)
b) Enfermedad de GAUCHER
7. Distrofias neurotróficas del
hueso:
a) Tabes dorsal y siringomielia
b) Neuropatía diabética
8. Desequilibrio hormonal:
a) Hiperparatiroidismo primario
(Rechlinghausen)
b) Hiperparatiroidismo secundario y terciario
c) Síndrome de CUSHING
d) Fractura por tratamiento con cortisona
e) Hipopituitarismo (Frölich)
f) Hipogonadismo
9. LUXACIONES
Luxación es la pérdida permanente del
contacto habitual de dos superficies articulares; si la pérdida del contacto es total se
llama luxación completa y si es parcial hablamos de subluxación.
9.1. Etiología
Se necesita un trauma intenso, se da más
en el adulto y en el hombre; puede ser debido a un mecanismo directo, indirecto (el más
frecuente) o por violentas contracciones musculares.
9.2. Anatomía patológica
Se observa ruptura capsular y a veces
desgarros de ligamentos, músculos periarticulares, vasos, nervios y piel.
9.3. Tipos
Pueden ser de causa:
1. Traumática: La más frecuente,
trauma intenso; y pueden ser:
· Recidivante: Por persistir la lesión
de partes blandas; se da ante traumatismos cada vez menos intensos.
· Habitual: Son luxaciones que el mismo
paciente las produce y reduce sin dificultad.
· Antigua: Cuando pasan más de tres
semanas en general.
2. Ortopédicas: Entre ellas:
· Congénita: Cuando hay alteración
congénita de las superficies articulares que facilitan la luxación.
· Patológica: Cuando hay destrucción
de una o de las dos superficies articulares por un proceso patológico (Artritis aguda,
TBC, tumor óseo).
9.4. Clínica
Se caracteriza por:
1. Dolor: Intenso en el momento de
producirse la luxación, el cual se agudiza al menor intento de movilización.
2. Deformidad: Característica para
cada tipo de luxación, es consecuencia de los desplazamientos de los extremos
articulares.
3. Posición del miembro: Típica
para cada tipo de luxación.
4. Fijación elástica: Hay
resistencia invencible al intentar movilizar el miembro luxado y se provoca dolor.
El examen radiográfico no debe obviarse
en ningún caso de luxación pues a parte de ver lesiones óseas concomitantes, es un
documento de valor legal. En todos los casos deberá efectuarse un examen del pulso,
sensibilidad y motilidad.
Tratamiento: Basado en la tríada:
1. Reducción: Debe ser precoz,
empleando anestesia local, regional o general; las maniobras deben ser suaves con la
articulación en posición neutra o en algunos casos en flexión forzada para evitar los
desgarros de las partes blandas. Los métodos pueden ser: de tracción y contratracción o
haciendo recorrer el extremo luxado, el camino que siguió al luxarse. Se nota que se ha
reducido porque al tacto o al oído se percibe un crujido seco característico de resalte,
desaparece la deformación y se recuperan los movimientos pasivos.
2. Inmovilización: El tiempo
necesario para que cicatricen la cápsula y los ligamentos desgarrados.
3. Tratamiento funcional: Deben ejercitarse
activamente los segmentos vecinos durante la inmovilización y los afectos después de
suprimida la misma.
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