Colocación de catéter venenoso central con guía fluoroscópica para hemodiálisis. Falcón Bornas, Saúl Marcelino


    

MARCO TEORICO



     La indicación para la colocación de catéteres venosos centrales de larga permanencia es extensa e incluye la hemodiálisis, la quimioterapia, la antibioticoterapia y la nutrición parenteral entre otras(3)(13).

     Los lugares de abordaje más comunes son las venas yugular interna y las subclavias(4)(10)(13). La colocación de catéteres permanentes en las venas subclavias está asociada a un índice de estenosis y/o trombosis del 30 al 
50% por lo que esta vía debe utilizarse como última opción sobretodo en pacientes en hemodiálisis crónica(2)(12).

     La punción utilizando reparos anatómicos de la yugular interna fue descrita por primera vez en 1966. Aunque segura, no está exenta de riesgo. Se esperan entre 5 y 10% de complicaciones, éstas incluyen el hematoma por punción inadvertida de la arteria carótida y el neumotórax(1). El índice de fracaso del abordaje de la vena yugular interna está entre 5 y 10%, siendo esto más frecuente cuando existen trombosis ó variantes anatómicas(4).

     En trabajos publicados se encuentra que el éxito de la punción de la vena yugular interna guiada por ecografía es cercano al 100%(7). Gordon, en una serie de 869 pacientes, reporta un éxito del 99,9% habiendo realizado el 86,9% de los abordajes en la primera punción, el 9,4% en la segunda y sólo el 2,7% en la tercera. En la misma publicación se reporta la ausencia de neumotórax como complicación de la punción y la existencia de un hematoma debido a la punción inadvertida de la arteria carótida.

     El implante percutáneo ha demostrado ser efectivo para la colocación de catéteres centrales, reduciendo el tiempo operatorio con respecto a los implantes quirúrgicos(3)(9)(12).

     Otra ventaja de la técnica percutánea es que el mismo vaso puede ser usado nuevamente, ya que no es ligado como sucede frecuentemente en la cirugía. El uso de la fluoroscopia asegura la correcta localización del catéter en la vena cava superior, evitando avanzar el catéter a la vena subclavia, venas del cuello o realizar disecciones inadvertidas(13). La existencia de una vena trombosada, ausente o de pequeño calibre, debería derivar la punción hacia la vena contralateral(2), esto se hace fácilmente utilizando la ecografía y la fluoroscopia.




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