Dolor postoperatorio : analgesia
preventiva versus analgesia postoperatoria con ketorolaco en colecistectomía
videolaparoscópica. Camacho Meneses, Martha; Mello de la Cruz, Patricia
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DISCUSIÓN
Se ha comprobado en algunos estudios que el uso preventivo de
analgésicos pudiera disminuir la intensidad del dolor postoperatorio y los requerimientos
de analgésicos tras la agresión(22)(23). Es posible que el dolor postoperatorio puede
controlarse casi totalmente con la administración de una técnica analgésica
preventiva(6), concepto con el que coincidimos.
Fernández y col.(6) refieren que el alivio del dolor no puede lograrse
con un sólo método sin producir efectos secundarios importantes, recomendando régimenes
combinados de análgesia, no exentos de mayores efectos adversos. Nosotras logramos una
reducción significativa del dolor mediante el uso de una sóla droga administrada de
forma preventiva. Si bien es cierto no conseguimos EVA 0 como ellos, obtuvimos valores
menores en comparación al método comúnmente utilizado en nuestro servicio (Analgesia
postoperatoria) sin evidencia estadisticamente significativa de aumento de efectos
adversos.
En la literatura actual no existen estudios que comparen la analgesia
preventiva y la analgesia postoperatorio con ketorolaco endovenoso para cirugías
laparoscópicas.
Como señala Mc Quay(14), existen confusiones en las investigaciones
clínicas que se realicen sobre la analgesia preventiva; las que se observan con mayor
frecuencia son; en primer lugar la definición del término Analgesia preventiva y, en
segundo lugar, la demostración de la eficacia de un método propuesto como analgesia
preventiva. Para que la investigación tenga validez, los estudios deben incluir la
comparación de ésta misma técnica antes y después de la incisión quirúrgica. En el
presente trabajo se consideró el concepto de Analgesia Preventiva cuando se aplica el
método analgésico previo a la incisión quirúrgica; así como, realizamos la
contrastación de dos grupos que recibieron el analgésico antes y después de la
incisión quirúrgica.
La ausencia de diferencias significativas en los datos demográficos de
ambos grupos de éste estudio determina la comparabilidad de los mismos.
Estudios recientes demuestran que el Ketorolaco tiene efectos tanto
periféricos como centrales para el control del dolor, por lo que es eficaz en el control
del dolor postoperatorio, nosotras conseguimos EVA promedios de 2.23 como mínimo y 5.2
como máximo en ambos grupos, considerados como dolores leves a moderados.
La dosis de fentanil utilizada en ambos grupos no fue estadisticamente
significativa, siendo 225 ugr para el grupo 1 y 239 ugr en el grupo 2, lo que aleja la
posibilidad de una anestesia residual que disminuya el dolor postoperatorio inmediato en
el grupo 1.
La dosis de 2 gr de Metamizol fue necesaria solamente en el 7% de los
pacientes del grupo 1, mientras que en el grupo 2 en el 53% de los pacientes. Estos datos
son estadísticamente significativos (p<0.001) lo cual demuestra la disminución del
uso de dosis de rescate descrito por otros autores.
En los estudios no se han encontrado diferencias significativas entre
la morfina y el ketorolaco en relación a los tipos y los índices de efectos adversos que
producen. Se menciona como efectos adversos más comunes a la somnolencia, nauseas,
vómitos, resequedad de boca, sudoración, urticaria y erosiones de la mucosa gástrica y
duodenal.
Paladino y colaboradores indican que las dosis parenterales de ketorolaco
deben limitarse a 30 mg. Nosotras usamos 60 mg de ketorolaco endovenoso, que no sobrepasa
la dosis tóxica (3 mg/kg de peso) y no encontramos mayores efectos adversos. Se presentó
sangrado, nauseas y urticaria, sumando una incidencia de 13 % de efectos adversos para
nuestra población total de estudio, que es menor comparado con 24.7% hallado en otros
trabajos de investigación (19).
Los efectos adversos no fueron estadisticamente significativos para
ambos grupos, sin embargo debemos mencionar la evidencia clínica subjetiva de mayor
sangrado intraoperatorio en el grupo 1, siendo un sangrado de leve a moderado que no
conlleva al uso de tratamiento antifibrinolítico, pero si a tener cuidado con el tiempo
de protrombina que difiere escasamente del control e INR menores de1.5, considerados
éstos como valores aceptables. En este contexto, se deberían realizar estudios que
determinen objetivamente el sangrado en cirugias laparoscópicas, tal vez con poblaciones
mayores a la nuestra y así demostrar si se relaciona o no al uso de Ketorolaco.
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