A) LA TEORÍA DE MARIO VARGAS LLOSA ACERCA DE LA CREACIÓN LITERARIA
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Vargas Llosa afirma que la literatura no expresa una verdad rigurosamente histórica. La literatura no puede determinarse de acuerdo con un modelo preexistente. No refleja la realidad como un espejo. Vargas Llosa distingue claramente la ficción literaria del discurso sociológico. La primera tiene su propia lógica y dinámica; en cambio, el segundo es de disímil naturaleza. Sin embargo, Vargas Llosa matiza su afirmación: "Esta reconstitución sediciosa de la vida en una ficción, a imagen y semejanza de una historia personal -en la que, desde luego, se
refleja también la Historia a secas-, es lo que intentaré describir en este capítulo sobre los cuentos de Arguedas" [Vargas Llosa, Mario La utopía arcaica. México: Fondo de Cultura Económica, 1996, p. 85]. Ello quiere decir que hay también una historia personal de donde el escritor extrae sus obsesiones, sus "demonios" para tejer su ficción que en gran medida cobra vida propia y que no puede entenderse como una directa y mecánica representación de un conjunto de vivencias.
Una consecuencia lógica de las ideas de Vargas Llosa es que el texto literario tiene su propia estructura. Por lo tanto, la literatura crea "un mundo independiente, riguroso y coherente, que se basta a sí mismo, lo que lo torna asequible a lectores de cualquier lugar y de cualquier lengua" [Ninapayta, Jorge "Vargas Llosa y el boom de la novela latinoamericana". En: La casa de cartón de OXY. N°8. Lima: OXY; verano de 1996; p. 6]. El género que ha atraído más la atención de Vargas Llosa es sin duda la novela. El novelista, según Vargas Llosa, "es un deicida: se propone asesinar a Dios y reemplazar la realidad de éste por otra que sea autónoma y autárquica respecto de la primera, que constituye el modelo. Esta realidad segunda, de evidente justificación flaubertiana (...) debe justificarse a sí misma y, para ello, debe saturar los niveles que la integran: desde el nivel concreto y virtual, hasta el nivel onírico y mítico" [Llaque, Paúl "Vargas Llosa: el individuo, las estructuras (apuntes preliminares)". En: La casa de cartón de OXY. N° 8. Lima: OXY, verano de 1996; p. 15]. Recordemos que el anhelo de Flaubert era hacer un libro que no tratara de nada, que sólo se sostuviera por la fuerza interior de su estilo.
A. 1. CRÍTICA DEL REFERENCIALISMO
Vargas Llosa critica a lo largo de La utopía arcaica las lecturas referencialistas de la obra artística. La teoría del compromiso puso de relieve que la función de la literatura era documentar el Perú profundo. Según Vargas Llosa, se creía equívocadamente que la literatura era un quehacer mimético, explicable sociológica e históricamente. Apoyándose en la autoridad de André Gide, Vargas Llosa piensa que "la literatura no demuestra sino muestra; en ella las obsesiones y las intuiciones son tan importantes como las ideas; su verdad no depende de su semejanza con el mundo real" [Vargas Llosa, Mario Op. cit., p. 231.
Vargas Llosa rechaza la idea de que la literatura sea concebida como la construcción de universos parecidos al mundo real. Le asigna a la creación literaria una autonomía con relación a la realidad. Por ello, la literatura no es documento, sino creación producto de un deicida que desea reemplazar el mundo real con un mundo imaginado, con una mentira.
Sin embargo, Vargas Llosa olvida que hay distintos tipos de referencialismos. Mencionaremos tres clases. En primer lugar, el sociologista, que considera a la literatura como un documento reflejo de la sociedad. En segundo término, el economicista, que intenta probar que los textos literarios reflejan rasgos de la estructura económica de una nación. En tercer lugar, el referencialismo psicologista, que formula la idea de que los personajes y situaciones de la obra literaria traducen algunos componentes de la estructura psicológica del autor real. Consideramos que si bien Vargas Llosa critica, desde el punto de vista teórico, la noción de referencialismo, cae sin saberlo en una hermenéutica psicologista de los textos de Arguedas y no respeta suficientemente la autonomía del texto artístico.
Distingo entre "método" y "metodología". El primero es el conjunto de pasos para llegar a algo: develar los sentidos de un texto literario, por ejemplo. El segundo es la reflexión acerca del método. En este caso, queremos indagar cuál es el tipo de lectura que propugna Vargas Llosa y en qué metodología de análisis se sustenta.
Vargas Llosa se comporta frecuentemente como un terapeuta a quien Arguedas no le pudo pagar la consulta. Pone de relieve que los cuatro relatos eróticos inéditos de Amor mundo fueron "escritos, por consejo de los médicos, como posible terapia para los traumas que dejaron en su personalidad aquellas experiencias sexuales de infancia" [Vargas Llosa, Mario Op. cit., p. 285] Según el autor, "Arguedas ha proyectado en ese personaje (el huérfano, hijo de misti, anotado nuestro) recurrente de sus relatos el niño que fue" [Vargas Llosa, Mario Op. cit., p. 90]. El crítico subraya con mucha insistencia que "las escenas exhibicionistas que observa Santiago en "El horno viejo" fueron fantaseadas a partir de las experiencias que le infligió (a Arguedas, anotado nuestro) su hermanastro Pablo Pacheco" [Vargas Llosa, Mario Op. cit., p. 95]. Asimismo, enfatiza la fragilidad anímica de Arguedas, su inexperiencia y desvalimiento ante la mujer y la emotividad que solía sumergirlo de pronto, rasgos que se proyectarán en la realidad ficticia de sus cuentos y novelas como atributos objetivos y universales de lo humano" [Vargas Llosa, Mario Op. cit., p. 154].
Asumiendo un punto de vista biografista, Vargas Llosa desea fungir de psicoanalista frente a Arguedas. Recalca que éste era presa de súbitas depresiones (pp. 105?106), tenía frecuentemente crisis psíquicas, buscaba tratamientos psiquiátricos (p. 149), poseía un carácter hipersensible, manifestaba traumas de la infancia, estaba cercano a la paranoia (p. 152), revelaba una psicosis de angustia, sufría depresiones crónicas (p. 197) y padecía el agravamiento de la neurosis (p. 278).
Esta propensión morbosa del crítico es un palmario signo de un evidente arcaísmo metodológico. Vargas Llosa considera que la biografía se revela en la obra artística idea que ya ha sido prácticamente desterrada de los estudios literarios de hoy. Además, los presupuestos epistemológicos de Vargas Llosa son bastante imprecisos: una idea muy vaga de trauma, una asimilación acrítica y demasiado pobre del complejo concepto de transferencia, formulado por Freud. Y no sólo eso. Vargas Llosa demuestra un profundo desconocimiento de las nuevas teorías psicoanalíticas. No hay en el libro ni por asomo algunas resonancias de la lectura de los aportes del estructuralista Jacques Lacan que han transformado radicalmente varias categorías freudianas, asignándole un nuevo papel a lo simbólico en el ámbito del análisis de la teoría de las ideologías.
¿A qué metodología de análisis literario responde la lectura de Vargas Llosa? Indudablemente al positivismo psicologista del siglo XIX. Vargas Llosa debería recordar que la estructura psicológica del personaje no debe ser explicada a partir de las características de la personalidad del creador. Don Quijote ya se independizó de Cervantes. Julián Sorel, de Stendhal. RaskoInikov, de Dostoievski. Vargas Llosa interpreta a Arguedas como Freud interpretaba a Dostoievski hace ya muchos años. El primero se detiene en la neurosis de Arguedas, el segundo, en la epilepsia del autor de Crimen y castigo.
"No hay nada como los salvajes, los campesinos y la gente de provincia para estudiar a fondo sus asuntos en todos los sentidos; también, cuando llegan del Pensamiento al Hecho, encontráis las cosas completas". (Honoré de Balzac Le Cabinet des antiques).
El arcaísmo metodológico no sólo se revela en el modo como Vargas Llosa se acerca a los textos literarios, sino también en su concepción acerca del mito.
Novelista extraordinario, Vargas Llosa se ha caracterizado por ser un mago de las estructuras, un maestro en la disposición de los bloques narrativos. "Cada circunstancia es una estructura, producto de otras estructuras. Cada acontecimiento es una relación de relaciones, una intersección de intersecciones" [Llaque, Paúl Art. cit., p. 13]. Sin embargo, Vargas Llosa en el nivel teórico parece desconocer los aportes del estructuralismo de Claude Lévi-Strauss que han renovado el cariz de la antropología contemporánea. Cuando Vargas Llosa habla del mito, lo hace desde una óptica que manifiesta un profundo desconocimiento de los últimos estudios acerca del pensamiento mítico.
Veamos cuál es la concepción que tiene Vargas Llosa sobre el mito. Él piensa que el mito no es expresión del conocimiento racional. Es irracional. Vale decir, no responde a una racionalidad. Para Vargas Llosa, la racionalidad es sinónimo de actitud científica y su aparición marca el principio de la cultura moderna. Vargas Llosa no concibe una racionalidad mítica.
No obstante, la antropología contemporánea ha demostrado, hace ya más de treinta años, lo contrario. Claude
Lévi-Strauss en sus numerosos trabajos prueba que la actitud del "primitivo" revela una racionalidad. Su libro El pensamiento salvaje (1962) demuestra con varias centenas de ejemplos que los "primitivos" tienen una gran capacidad para el pensamiento abstracto. Los "primitivos", según
Lévi-Strauss, realizan actos intelectuales y emplean métodos de observación, comparables a los de la ciencia moderna.
Veamos algunos ejemplos de Lévi-Strauss. La lengua tewa ha logrado una precisión en lo que concierne a la descripción morfológica de las plantas y animales. Tiene quince términos diferentes que designan las distintas partes de una planta de maíz. Los hanunóo poseen más de 150 términos para describir las partes y propiedades de los vegetales. Los pinatubo tienen 100 términos para describir las partes y aspectos característicos de las plantas.
Lévi-Strauss destaca, asimismo, el conocimiento zoológico y botánico de los indios del noreste de los Estados Unidos y del Canadá. Según Speck, "han forjado una verdadera herpetología, con términos distintos para cada género de reptiles y otros más reservados para las especies o las variedades"
[Lévi-Strauss, Claude El pensamiento salvaje. México: Fondo de Cultura Económica, 1975; p. 23].
Los pueblos siberianos han estudiado el valor terapéutico de la carne de los diversos animales. Por ejemplo, la carne de oso tiene siete variedades terapéuticas distintas, "la sangre 5, la grasa 9, el cerebro 12, la bilis 17, el pelo 2"
[Lévi-Strauss, Claude. Op. cit., p. 24]. Dicha particularidad expresa el funcionamiento de un conocimiento sistemático que posee una lógica y una clasificación de los diversos fenómenos del universo. Según
Lévi-Strauss, estos ejemplos con diferentes matices y particularidades se pueden encontrar en todas las regiones del mundo. Los "primitivos" tienen exigencias intelectuales. Por consiguiente, el pensamiento salvaje revela un rigor taxonómico envidiable. Manifiesta una racionalidad diferente a la occidental, pero racionalidad que posee una gran coherencia.
Ahora bien, el mito expreso el funcionamiento de una lógica y una racionalidad porque "parte de una estructura, por medio de la cual emprende la construcción de un conjunto
(objeto+acontecimiento)"[Lévi-Strauss, Claude Op. cit., p. 49]. En efecto, "la reflexión mítica se nos manifiesta como una forma intelectual del bricolage"
[Lévi-Strauss, Claude. Op. cit., p. 42]. ¿En qué consiste el bricolage, en este caso? Quiere decir elaborar conjuntos estructurados utilizando trozos, residuos de acontecimientos, "testimonios fósiles de la historia de un individuo o de una sociedad"
[Lévi-Strauss, Claude Ibídem].
Vargas Llosa, pues, se equivoca atribuyéndole una irracionalidad al pensamiento mítico. É cree que la única racionalidad es la occidental. Conclusión totalmente errada y ya superada por la antropología contemporánea. El concepto de modernidad de Vargas Llosa denota una perspectiva eurocentrista. Le niega a la cultura andina cualquier tipo de racionalidad. Su visión es fundamentalista y de evidente cariz autoritario porque es dogmática, ya que considera que el hombre occidental es superior al hombre andino, idea obviamente falsa.
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