Tercera revolución Industrial

Prefacio(*)

Este libro nació de nuestros estudios referidos a la evolución de la economía peruana, tanto en cuanto toca a las posibilidades de su desarrollo como en lo tocante a sus tendencias de largo plazo.

I

a) Las posibilidades de desarrollo del Perú fueron siempre objeto de los debates y reflexiones, principalmente en los años de la década de los sesentas, en que se planteaban estos temas con un definido criterio tradicional: se pensaba que para que haya desarrollo bastaba con que se incremente la variable ahorro-inversión. El caso es que, en la realidad de los hechos, el coeficiente ahorro-inversión se mantuvo en el plazo perspectivo en niveles bastante aceptables, en tanto que las tasas de crecimiento del Producto Bruto Interno por persona fueron decayendo en relación con las que se había tenido en el pasado más o menos inmediato. La explicación del fenómeno es que el modelo económico impuesto por los Estados Unidos a nuestros países, consistente en el establecimiento de industrias terminales con tec-nologías correspondientes a la Segunda Revolución Industrial, estaba agotándose y, por tanto, las oportunidades de inversión en el cuadro de las tecnologías de entonces estaban en su fase declinante, por lo que nuestra Formación Bruta de Capital Fijo decayó. De esa verificación se desprende que la búsqueda del incremento del coeficiente ahorro-inver-sión para lograr el desarrollo es del todo insuficiente puesto que de una atenta observación de los hechos se desprende que lo decisivo para el desarrollo es el cambio de la base material de la producción, lo que implica sustituir las antiguas tecnologías por otras nuevas; dicho de otro modo: hoy, el desarrollo implica introducir nuevos paquetes tecnológicos en todo el sector productivo del país.

Es decir, pues, que lo decisivo es estudiar y esclarecer la cuestión referida a los móviles y fundamentos de los cambios o progresos de carácter tecnológico, para luego optar por la alternativa establecida en los tiempos que corren.

b) La Evolución Tendencial de la Economía Nacional se pone de manifiesto en que, desde la terminación de la Segunda Guerra Mundial hasta 1975, el Perú vivió una onda tendencial expansiva, la que en el período siguiente, que va de 1975 a 1982 devino en un claro estancamiento; finalmente, a partir de 1982, estamos presenciando y viviendo una indiscutible tendencia declinante o de decadencia de la economía peruana.

En los cimientos de esos cambios tendenciales es obvio que se hallan, sean nuestros progresos, sean nuestros retrasos relativos en materia de los avances tecnológicos que vive el mundo, y que influyen, en unos casos para bien y en otros casos para mal, sobre la economía peruana. De eso se sigue que, en esta perspectiva, también es de importancia capital el estudio y esclarecimiento de los cambios que ocurren en el proceso tecnológico internacional, para explicarse la evolución tendencial de la economía nacional.

II

Pero, asimismo, están ocurriendo profundas modificaciones en el escenario mundial. Así, por ejemplo, sucedió que en las décadas de los años sesentas y setentas los EE.UU. vivieron un largo período de «estancamiento secular», que en la década de los 80s devino en una sucesión de profundas recesiones, acompañadas con significativos incrementos de los coeficientes de desocupación. La contrapartida del proceso norteamericano fue el Japón, que muestra tasas impresionantes de desarrollo en el plazo perspectivo, las que únicamente tuvieron algunas declinaciones a causa de las fluctuaciones en la economía mundial. Mas, el surgimiento del Japón como una flamante potencia económica planetaria y la declinación norteamericana, están acompañadas por enormes modificaciones en las posiciones relativas de las potencias industrializadas europeas, cuya integración se ha intensificado, como una respuesta regional ante el reto de los surgentes centros internacionales de poder internacional. Todos estos avances y retrocesos económicos están acompañados por el reforzamiento del poder estatal de los países más desarrollados, así como por la exacerbación de sus políticas proteccionistas.

La otra cara de la medalla de los procesos que vive el mundo industrializado son las regiones subdesarrolladas, que experimentan una gravísima degradación económica que va acompañada por altas tasas de inflación que, en conjunto, se presentan en la forma de crisis permanentes y generalizadas, que convierte a nuestros países en áreas de economía vacía o descertificada, o sea, naciones superpobres o marginadas.

Pues bien, esta nueva configuración del mundo se origina en la formidable REVOLUCIÓN CIENTÍFICA Y TECNOLÓGICA que tiene como escenario todo el planeta. A la misma nosotros la denominamos como la TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL. Al estudio muy somero de ella es que está dedicado este trabajo.

III

Desde sus inicios, la Economía Política ha enseñado que la evolución de los pueblos se explica por los progresos que se presentan en la base material de su producción, es decir, en los equipos, tecnologías y personal encargado de su manejo. De allí, por ejemplo, que los economistas clásicos y sus sucesores inmediatos tuvieran una gran formación tecnológica, al punto que conocían a profundidad los procedimientos productivos y económicos que en su época se empleaban. Esta situación cambió, cuando los economistas marginalistas introdujeron el mal hábito de estudiar únicamente las denominadas variables económicas en los trabajos propios del quehacer profesional. Tiempo después, el profesor de la Universidad de Harvard de origen austriaco, J. Schumpeter, reintrodujo la evolución tecnológica como el fundamento del desarrollo económico, aportando para el caso los conceptos de «innovación» y de «destrucción creadora», así como el estudio de las «ondas largas», los ciclos de largo plazo y los ciclos cortos. Todo esto, bajo la inspiración de grandes precursores como Smith, Marx, Kondratief, Juglar y Kitchin.

Hoy, la Tercera Revolución Industrial (o Revolución Científica y Tecnológica) ha vuelto a poner en el tapete la cuestión sustantiva de los cambios tecnológicos como fundamento del progreso y del avance de las sociedades económicas. Así resulta que la relación tecnología-progreso es la que explica todas las transformaciones que se muestran en los días que corren: países que aceleran su desarrollo enfrente de países que se retrasan relativamente; áreas que decrecen, cediendo su lugar expectante a otras regiones; cambios profundos en las rutas comerciales preponderantes; guerras, revoluciones y, sobre todo los nuevos sentidos que cobran las grandes reformas sociales. Lo repetimos: en la base de todo esto se encuentran los enormes avances de la ciencia y la tecnología de los tiempos actuales.

IV

En realidad este libro es la tercera edición de nuestro libro titulado «LA TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL», cuya primera edición se efectuó en 1991, en un largo tiraje que se agotó con relativa prontitud, lo que originó que se hiciera una segunda edición en 1993, ésta fue más corta y de carácter más bien universitario. Desde entonces, hemos ido recibiendo reiterados e insistentes reclamos solicitándonos que efec-tuáramos una nueva edición, que no la hicimos porque nos habíamos propuesto ampliar, por un lado, algunos desarrollos no considerados en el libro que señalamos, y por otro lado, efectuar algunas reducciones que probablemente no eran de particular significación para el meollo mismo del trabajo. El hecho es que recién ahora hemos podido disponer del tiempo preciso para realizar esas ampliaciones y reducciones de mi libro anterior.

Las reducciones que hemos efectuado son específicamente dos. La primera ha consistido en suprimir todo el Capítulo I, referido a las «Particularidades Características de la Primera y Segunda Revoluciones Industriales», en que centrábamos nuestra atención en las transfor-maciones profundas ocurridas en el mundo a través de los últimos 200 años; en lugar de ese texto hemos redactado una brevísima intro-ducción sobre los más significativos cambios revolucionarios que ha experimentado la humanidad a través de sus miles de años de sub-sistencia. La segunda reducción consiste en la impresión de dos puntos del Capítulo III, que llevaban el encabezamiento de: (a) «Algunos Indicadores de la Crisis Tendenciales de los Países Pobres»; y (b) «El Pasado y el Futuro Contra el Tercer Mundo»; esta supresión se explica no porque nuestro enfoque no fuera apropiado (porque definitivamente sí lo es) sino porque más bien los conceptos y series que allí expo-níamos no eran esenciales al trabajo mismo (en todo caso, su pres-cindencia no quita ni agrega nada a lo sustantivo de nuestro estudio anterior).

En cuanto a las ampliaciones, ellas se encuentran al final de este libro y están referidas a algunos aspectos que, en nuestro concepto, son sustantivos; ellos son: la Reingeniería, los criterios de Alvin Toffler y de Peter Drucker respecto de la Era del Conocimiento y del Post-Capitalismo, así como algunas apreciaciones de Michael Porter respecto de «Las Ventajas Competitivas de las Naciones».

Para terminar, quisiéramos agradecer la gentileza, la simpatía (y en algunos casos) el entusiasmo mostrados por nuestros generosos lectores, a quienes quisiéramos que este nuestro libro les agrade, por lo menos de la misma manera que mis anteriores volúmenes. A todos ellos mis mejores deseos y expresiones de afecto.

EL AUTOR


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