La Religión no es sólo un conjunto de
ceencias que pactican hombres de la antigüedad; es también una institución que ha
estado presente en las más diversas formaciones sociales conocidas por la humanidad, con
un protagonismo también muy variado a lo largo de su historia.
Ésto son algunos de los motivos que han impulsadoa las Ciencias Sociales a plantearse
desde sus inicios el estudio científico de la religión como un fenómeno social. La
historia, la antropología, la sociología, la arquelogía y la psicología le han
dedicado un espacio relevante. Asimismo, lo han hecho los principales representantes de
cada una de las escuelas y corrientes del pensamiento social contemporáneo como Max,
weber, Durkheim o, más recientemente, Luhmann.
La creación de la Maestría en Ciencias de la religión en una universidad pública como
San Marcos, marcada desde la independencia por el espiritu laico, el anticlericalismo
ilustrado y el positivismo, puede parecer sorprendente. No obstante, su objetivo no ha
sido otro que hacer la religión, o la religiosidad, un objeto de estudio y debate
académico, con absoluta independencia de las disputas por religiosidad, un objeto de
estudio y debate académico, con absoluta independencia de las disputas por hegemonías
confesionales. Lo que explica su existencia es la importancia que la religión ha tenido y
tiene hoy en la vida sociocultural del Perú, un país en donde no se ha producido un
proceso cultural de ilustración filosófica que sometiera a crítica la institucionalidad
y doctrinas religiosas o alguna tradición política anticlerical de significación
social, análogas a las que tuvieron lugar en México o Colombia.
Los intelectuales positivistas radicales como Gonzáles Prada fueron personajes aislados.
Aun cuando las corrientes políticas liberales, indigenistas e incluso marxistas como la
de Mariátegui manifestaron cierto anticlericalismo, en general mantuvieron una actitud
ambigua frente a la religiosidad y evitaron cualquier debate teórico significativo,
quizá intimidados por el gran peso político de la religiosidad popular. Ello parece
haber reducudo el ámbito de los estudios científicos sobre la religión a la
universidad, y en particular a la universidad pública, por lo general libre de toda
imposición confesional.
El estudio histórico de la profesora sanmarquina Dorothea Ortmann constata que el
interés de los investigadores sociales de esta casa de estudios se ha concentrado en
trabajos sobre la religiosidad de las culturas antiguas del Perú; tradición que, según
la autora, se inicio con labor pionera de Julio C. Tello, Rebeca Carrión y José MAría
Arguedas y continuó con Luis Lumbreras.
Una de las primeras virtudes que debemos destacar del libro de la Dra. Ortmann es que
constituye una buena y muy actualizada introducción a los métodos y técnicas de las
Ciencias Sociales contemporáneas para aproximarse al estudio de los fenómenos
religiosos. Su texto, a la par que muestra el instrumento analítico conceptual para un
estudio sincrónico, también combina los diversos tópicos teóricos con una
presentación histórica de los enfoques divergentes que se han producido en las Ciencias
Sociales, lo que le permite culminar en una suerte de estado de la cuestión en el que hoy
se debaten los estudios sociales sobre la religión.
Pero, los méritos de la Dra. Ortmann no se circunscribe a su contribución teórica de
debate. En 1995 fundó la Maestría en Ciencias de la Religión en la Facultad de Ciencias
Sociales de San Marcos, y desde entonces es su principal implusora. Sus particulares dotes
organizativas le permitieron reunir a un alumnado multidisciplinario, proveniente de la
sociología, la historia, la arquelogía, la antropología además de profesores de
educación religiosa y teólogos, cuyas diversas formaciones profesionales y opciones
confesionales constituyeron un verdadero reto para el desarrollo de un diálogo académico
en San Marcos. En 1998, Ortmann dirigió un comité organizador encargado de reformular el
plan de estudios, integrado por Manuel Marzal, Fernando Buenzalida y Catalina Romero.
Dicho comité añadió a las cinco asignaturas clásicas de las ciencias de la religión
nuevos espacios de debate de tópicos específicos como el de religiosidad popular - rural
o urbana - o el de religiosidad en el umbral de la posmodernidad, mediante el esfuerzo de
los talleres de investigación.
Vista en su conjunto, la labor de Ortmann - silenciosa y poco reconocida - tiene un
mérito que trasciende el aspecto teórico y meramente académico-organizativo, en
particular en un país como el nuestro donde las creencias religiosas son mas divergentes
se encuentran profundamente enraizadas en la conciencia y sentido común de grandes
mayorías. Ortmann ha creado un lugar de encuentro de personas que profesan diferentes
creencias y de no creyentes, y ha propiciado una cultura de diálogo. Conocer
objetivamente el fenómeno religioso y desarrollar un amplio sentido de comprensión y
tolerancia es, tal vez, el mayor logro de la Maestría en Ciencias de la Religión en San
Marcos.
El Fondo Editorial de la universidad Nacional Mayor de San Marcos considera un verdadero
honor publicar un trabajo académico vinculado a tan noble quehacer.
El Editor.