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Jacinto García arriba a la ciudad de México el 2 de julio de 1909 por vía férrea proveniente de Veracruz, donde había desembarcado después de una larga travesía. Con una pluma ágil, amena y el constante empleo de vocablos franceses, ingleses e italianos, relata en ocho entregas periódicas sus impresiones y vivencias desde la perspectiva de un extranjero con visión eurocentrista que en su puesto de encargado de negocios de la Argentina, poco podía percibir la magnitud de la verdadera crisis política por la cual atravesaba el país en los últimos meses del gobierno de Porfirio Díaz. Los primeros cinco capítulos hablan de aspectos generales de la vida mexicana, sobre todo referido a la capital, recién a partir del sexto capitulo toca la política, la guerra civil, la campaña de Francisco I. Madero, la renuncia del presidente Díaz, para finalizar con reflexiones sobre lo acontecido y su sincero pesa por la caída general.
Estas “Memorias” las redacta con mucha prisa durante las ultimas horas de su estancia en México y García las corrigen Lima en febrero de 1913, días antes de iniciar su publicación, razón por la cual le es factible deslizar en sus comentarios, entre otras cosas, la muerte de Madero.
Aunque relativo a sucesos ya acaecidos entre 1909 y 1911, esta crónica resulta para el Perú de mucho interés al narrar aspectos cotidianos de un país que por sus acontecimientos políticos ocupaba las primeras planas en los periódicos con artículos referentes a la revolución mexicana y fotografías de Díaz y de Madero.
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