titul-ockham.gif (11280 bytes)


SUPOSICIÓN, INTENCION, PASION:
NÚCLEO DE LA SEMIOSIS DEL CONCEPTO-SIGNO NATURAL

 

 

IV.5. Ipsamet Intellectio : pragmática del sujeto - signo

     Intención, pasión, concepto, semejanza de la cosa, se refieren a lo mismo. El alma significa al mundo, tiende-hacia él (intención). El mundo es significado en el alma, recae en ella (pasión). Lo mismo desde dos perspectivas. El signo se parece a su significado (semejanza de la cosa). La cosa y el intelecto propician un signo (concepto). De nuevo, lo mismo desde dos perspectivas.

     Al final, ya que “en vano se hace con más lo que puede hacerse con menos”, estos cuatro nombres son asumidos por uno solo: intelecto en acto. En efecto, al culminar el capítulo sobre la intención, Ockham, haciendo alusión a terceros, presenta el resumen de su propio itinerario teórico.224 Aquello en el alma que es signo natural no es otra cosa que el acto mismo de intelección. Además del acto de entender no se precisa suponer algo más.

     Ante tal suerte de equivalencia se podrían generar otros modos de metalenguaje teórico: se podría decir, por ejemplo, que el mundo natural significado en el alma produce signos de primera pasión o de intelecto primero y el mundo lógico significado en el alma produce signos de segunda pasión o de intelecto segundo.

     Entonces, la proposición mental se compone de intelectos, no por alusión a almas realmente intelectivas, sino a signos en acto inmediato, intuitivo y abstractivo. He aquí la formulación definitiva de la semiosis natural del concepto-signo. En términos de nuestro metalenguaje podemos leer un gesto de (re)solución pragmática que salva del modo más económico posible el problema teórico del conocimiento. El modelo realista del concepto-imagen es desplazado por el modelo “semioticista” de la suposición personal: el acto del intelecto hace-ser naturalmente signo al concepto. El signo-concepto es, así, objetivado por el intelecto (se trata del esse objectivum de la intellectio ipsamet). Pero este “esse objectivum” en tanto signo tiene esse intentionale.225 Lo propio del signo en cuanto signo es el ser “puro envío a otras realidades” a través de un vaciamiento, es decir, de una especie de kenosis óntica de sí mismo. 
  
     “Le propre du signe est d’etre renvoi a autre chose, absence de soi, dépense totale dans le mouvement hors de soi”.226  
  
     La realidad “in esse subjectivo” (la “intellectio”) es el soporte óntico de la realidad designativa del signo en cuanto signo: 
  
     “être dans l’ame, c’est être signum rei extra”227  
  
     Pero, en cuanto “signum rei extra”, en cuanto “renvoi a plusieurs choses”, a base de esa kenosis óntica, 
     “le signe ne possede aucun caractere ontique, il n’est pas defini par la singularite”228  
  
     El énfasis del signo en tanto entidad no sólo desbrozaba la vía para una distinción más precisa (lo que hoy llamamos) uso y mención, también ponía al mundo en el substrato de toda lógica: el signo es algo que a su vez se refiere a algo. Es y refiere. Es y apunta. Es y orienta. Es y dirige. Es y señala. Esta doble dimensión dintingue al signo de cualquier otro individuo singular que sólo tiene su propia presencia. El signo es signo en tanto señala a lo que no es signo. La relación de significación aparece como todo lo contrario de la relación de identidad; precisamente por eso, sin este tipo de entidades-signo que “se salen de sí mismas” (kenosis) no habría conocimiento alguno del mundo.

     Por otro lado, el signo “rosa” designa a cada rosa singular, posibilita el conocimiento de cada rosa singular. No obstante, ello no implica la existencia de ese signo como algo real en cada individuo designado, ni que cada individuo “participe” de un significado anterior a la designación. Menos aún se puede sostener que la “rosidad”, como esencia, exista separadamente de esta designación.

     Por todo esto, en tanto entidad existente (o en tanto sustancia), el universal es, en definitiva, singular. En el plano metafísico no existen realmente naturalezas colectivas o múltiples. En su fundamento ontológico el universal es definido como entidad individual, por consiguiente el efecto de universalidad es semiótico, es decir, es causado cuando el universal en tanto signo es aplicado a las sustancias singulares (o en términos más exactos, cuando supone personalmente por ellas). Sólo hay universalidad por (y en) la significación. Independientemente del modo natural (concepto) o del modo convencional (palabra hablada o escrita) es en tanto significación que el universal sólo existe en el ánimo de aquéllos para quienes significa en acto. El postulado lógico de base es que el universal, en tanto signo, no es una cosa sustancial sino que significa sustancias.

     De ahí la posibilidad del concepto-signo natural para fundamentar la universalidad a través de la polarización hacia la proposición implicada por su capacidad suposicional y para proveer de una interpretación semiótico-lingüística del conocer que desplace a la concepción icónico-realista de la semejanza.

     En todo caso, 
   
     “la semejanza que pudiera haber entre las cosas y el universal que les conviene es la de causa y efecto, pero de ningún modo la semejanza por imago”229  
  
     Explicando esto, en términos acuñados por Peirce, podemos decir que en el modelo realista medieval estandarizado el conocimiento descansa en un iconismo en continuo tránsito entre la realidad y la mente. La “vía moderna” desbrozada por Ockham puede leerse como el paso del ícono al índice (o señal). Paso del gesto mimético del “espejeo” al gesto referencial del señalamiento.

     No otra cosa dice Ricoeur cuando afirma que 
  
     “Le signe est au plan du langage, ou le dire n’est pas le voir ni le faire voir. Il y a difference originaire du signe a l’image”.230  
  
     Entonces, desde el momento en que se considera una teoría del signo (no como ser sino como signo) resulta esencial distinguir el signo de la imagen, la designación de la figuración. La tesis de Ricoeur de que el lenguaje procede de la no-figuración, esto es, de que el lenguaje en tanto no-figurativo es designativo explica en mucha medida la solución final de Ockham. 
  
     “Frente a las tradicionales concepciones figurativas del conocer conceptual, Ockham ha sabido descubrir una interpretación no-figurativa sino esencialmente significativo-lingüística de ese conocer.
Y esto es lo que parecen no haber descubierto quienes siguen empeñados en ver en el ockhamismo un mero “nominalismo demoledor, empirista y antifilosófico”.231

__________________________________________________

224 Summa Logicae I, 12. Cf. II, 3.2.2.

225 Quizá en la opción por el intellectio ipsamet que restringe el universal a una passio animae se vincula con dos razones: “I) El conceptualismo lógico podría devenir fácilmente –como en efecto sucedió en la filosofía racionalista de la época moderna– en un realismo de corte platónico. Si se opone el esse objectivum, como lo permanente e invariable, al esse subjectivum o acto de entender que se inscribe en el tiempo y es de naturaleza efímera, no se ve cómo podría explicarse esta relación si no se postula la real trascendencia del esse objectivum. 2) Se advierte, de otro lado, que la distinción entre fictum y passio animae es reductible a cero. Si al universal se le concibe como la intentio secunda animae, que por naturaleza signa muchas cosas de manera unívoca, como un predicado universal, no se ve la exigencia de recurrir todavía a un ente abstracto para que explique esta función de predicación universal. Para esta reducción vale la aplicación de la regla aristotélica-ockhamista: entia non multiplicanda sine necessitate”. Peña, A., 1976: 13.

226 Ricoeur, P., “Introduction au probleme des signes et du langage”. Curso en La Sorbona, 1962-63 publicado por U.N.E.F. y F.G.E.L., Cahiers de Philosophie, vol. I, no. 8. Citado por De Andrés, T., 1969: 174.

227 Ricoeur, P. Op. Cit., en De Andrés, T., 1969: 175

228 Ibíd.

229 Peña, A: 1976: 13. En relación al vínculo de la significación con el universal ver Valdivia, B. 1993: 141-151.

230 cf. nota 22.

231 De Andrés, T., 1969: 175.

 


back.gif (71 bytes) Regresar

home2.gif (2108 bytes)