Anales de la Facultad de Medicina
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Copyright© 1999

ISSN 1025 - 5583
Vol. 59, Nº3 - 1998


Sección Especial:

La Educación Médica Peruana al Inicio del Tercer Milenio


Introducción


La Universidad Peruana, nos referimos a la genuina Universidad y no a los centros donde se imparte educación superior formados recientemente con fines mercantilistas o de proselitismo, sigue siendo un espacio de reflexión, una institución ubicada dentro de una realidad histórica determinada que no sólo le sirve de base, sino que constituye una situación temporal y espacial que debe ser objeto de estudio, análisis, valoración y juicio crítico.

Existen grandes cambios en los últimos años en lo que a educación médica se refiere, a lo cual se ha sumado el fenómeno denominado Reforma del Sector Salud. Este proceso ha generado nuevas prioridades y formas de trabajo, desarrollándose nuevas disciplinas e interdisciplinas, pasando progresivamente del pensamiento analítico al de síntesis.

En el campo de la educación, estos movimientos han originado que la enseñanza de la Ciencia, a partir de la segunda mitad del siglo XX, se haya manifestado en tres grandes etapas. La primera, en la década de los '60, enfatiza la enseñanza de la Ciencia en su relación teórico-práctica, dando enorme peso a la metodología del quehacer científico sobre el docente. La segunda ocupa los años setenta, donde se produce un acentuado desarrollo curricular en la enseñanza de la ciencia integrada. En la tercera, la década de los años '80, se pone énfasis en el conocimiento científico en su naturaleza y su relación con la sociedad.

Actualmente, el vertiginoso avance científico y tecnológico y los cambios políticos-sociales a nivel mundial y local nos ubican en un escenario notablemente diferenciado del tradicional en el que estuvimos inmersos. Una nueva etapa, el desarrollo de la informática, nos empuja hacia un mundo de globalización, imponiéndose la creatividad en el desarrollo de nueva tecnología educativa, nuevos esquemas de investigación, otorgando nuevas funciones al recurso humano en su papel de líder de la comunidad.

En el Perú, la educación médica ha seguido un curso casi paralelo lo cual se hace evidente al revisar los planes y programas de estudio de las diferentes Facultades y Escuelas de Medicina, pasando desde una escasez de recursos hasta una exageración de la oferta médica, por lo cual es necesario recalcar que profesores y alumnos debemos tener una visión clara de cómo la educación médica puede contribuir eficazmente a impulsar al país hacia el desarrollo, no porque creamos que sólo por acción de sus médicos un país puede salir del subdesarrollo, sino porque la salud, es decir, el bienestar físico y espiritual de un pueblo, es no sólo la meta del desarrollo sino también un medio indispensable para llegar a él. Es el hombre sano la principal fuerza productiva de la sociedad y la educación médica tiene responsabilidad en la formación de profesionales con la misión de preservar, restaurar y promover la salud de la comunidad.

Actualmente no se concibe una educación médica sin investigación, sin evaluación y sin comunicación de la experiencia docente, dado el crecimiento científico y tecnológico los que unidos a los cambios sociales hacen que sea indispensable perfeccionar permanentemente el producto generado.

Como consecuencia de los múltiples cambios en el desarrollo científico-tecnológico y en la metódica de la educación de adultos, en múltiples foros nacionales e internacionales, y cada vez con mayor frecuencia, se analiza desde diferentes perspectivas la enseñanza de la medicina. La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos participa activamente en este debate tanto a nivel nacional como internacional, en seminarios, talleres, conferencias y publicaciones relativas al tema, lo que se documenta tanto en Anales de la Facultad de Medicina como en el Boletín San Fernandino.

Consideramos este tema de la mayor trascendencia, debido al alto riesgo de deterioro de la formación médica en el país por el crecimiento inorgánico de las Facultades de Medicina y por ende del número de médicos con disímil formación de pregrado. Este número procura contribuir con la perspectiva de orientar un debate nacional que conduzca a una reformulación de la enseñanza médica, que abarque la acreditación de las Facultades de Medicina y la Certificación de la Calidad de su producto final; esto es, el Médico con Título a nombre de la Nación y su consecuente certificación periódica.

Como se infiere al leer cada uno de los artículos, esta edición aspira a que el beneficio de una enseñanza moderna sea asumido por todas las instituciones involucradas, las Facultades de Medicina, el Gobierno a través de los Ministerios de Salud y Educación, el Instituto Peruano de Seguridad Social, las Sanidades de las Fuerzas Armadas y Policiales, y las Clínicas Privadas, para de manera armónica aprovechar las experiencias foráneas que hace tres lustros revisan y sugieren nuevas formas de organización y metodología de enseñanza y lograr una racional formación del médico en el país.

Debo agradecer a los autores y a muchos académicos por su contribución expresada en los artículos y en la abundante y actualizada bibliografía presentada que, reitero, se orienta a ser una herramienta indispensable para el diagnóstico situacional y el consecuente planeamiento estratégico que nos conduzca a aprender, analizar y enfrentar el reto que significa la formación médica que el nuevo orden mundial exige.