Boletín de la Sociedad Peruana de Medicina Interna - Vol. 13 Nº1 - 2000 |
TOXICIDAD DE LOS SOLVENTE COMO RIESGO OCUPACIONAL *Julio Piscoya Arbañil * Docente Universidad Nacional de Piura. Los solventes orgánicos como material nocivo o potencialmente tóxico que con frecuencia se manipula en las labores industriales e inadvertidamente en el hogar pueden alcanzar el sistema nervioso central o periférico después de haber sido inhalados y absorbidos por la sangre. Según sea la substancia, el tiempo y el grado de exposición pueden reducir, o incluso destruir las funciones de las células nerviosas, alterar la función renal, hepática, de la médula ósea, etc. Al margen de la vía de ingreso a nuestro organismo que puede ser también a través de la piel.
*Docente Universidad de Piura Comúnmente usamos un sin número de solventes (Tabla 1) sin advertir que muchos de ellos son mezclas que contienen más de un producto; así, en un estudio realizado en el Japón se determinó que se manipulaban más de 1000 productos que contienen en su composición solventes orgánicos, siendo el tolueno el que con mayor frecuencia se encuentra formando parte de ellos (Tablas 2 y 3); otro de los encontrados es el benceno a cuya exposición prolongada ocasiona leucemia en una frecuencia 5 a 10 veces mayor en trabajadores expuestos vs. la población no expuesta. Esta evidencia es importante puesto que el tolueno es un reconocido causante de cuadros de asma bronquial relacionados con la ocupación, así mismo es el componente de los productos que popularmente usan los adictos a inhalantes. Entre los solventes más usados están: la acetona, el benceno, el tolueno, el estireno, el cloroformo, el éter, el tetracloruro de carbono, el tricloroetileno, el cloruro de metileno, etc. Sus efectos agudos se observan como, una sensación de intoxicación, aturdimientos, mareos y finalmente por una pérdida de conciencia. Una exposición aguda es casi siempre accidental, de corta duración y los efectos terminan por desaparecer pronto. Por el contrario, una exposición no controlada y a pequeñas concentraciones es mucho más nociva. Los primeros síntomas de una lesión nerviosa son de carácter subjetivo: es decir uno no se siente bien. Es conocido que la inhalación de gomas de tiner produce encefalopatía tóxica con signos de ataxia, labilidad emocional y babinsky positivo, con evidentes cambios en el EEG y en la pneumoencefalografía, habiéndose reportado casos en adictos a inhalantes. Las manifestaciones clínicas relacionadas con los solventes las podemos apreciar en la tabla Nº 4.
Estudios de grupo control realizados en Suecia demostraron una evidente diferencia entre pintores estaban expuestos por razones de trabajo a solventes orgánicos y otros trabajadores que no utilizaban dichos productos, esta evaluación incluyó preguntas a cerca de su sentimiento de confort y felicidad, los expuestos se mostraron menos expansivos, menos felices, menos activos que el grupo testigo. Estos productos afectan con mayor avidez la substancia blanca (rica en lípidos) y son absorbidos en menor cantidad por la sustancia gris, debido a que son liposolubles. Los investigadores para evaluar el daño a nivel cerebral utilizan también por esta razón test psicológicos, gracias a ellos pueden determinar si existen fallas en el pensamiento lógico y espacial, la capacidad de observación, la habilidad para llevar a cabo tareas manuales delicadas con precisión, la memoria. El estudio también demostró que las células nerviosas se dilatan después de haber estado expuestas a los solventes, bloqueando así el flujo sanguíneo en los vasos delgados que aprovisionan a las células sumistrándoles oxígeno y glucosa, dos elementos que aseguran el buen funcionamiento del sistema nervioso. Si privamos de oxígeno a la célula nerviosa durante más de dos minutos, pueden producirse daños irreversibles. Ciertas regiones del cerebro son muy sensibles a la falta de oxígeno, nos referimos a la corteza, el cerebelo y el hipocampo. Por tal motivo son afectados incluso cuando se trata de una mediana exposición a solventes, los efectos se manifiestan como perturbaciones en la memoria inmediata (afectación del hipocampo), de la memoria mediata (corteza), dificultad para ejecutar movimientos con precisión (regulados a partir de la corteza y coordinados por el cerebelo). Puede también ocurrir que, cuando los flujos de sangre se reducen los desechos tóxicos expulsados por las células nerviosas se acumulan en tal cantidad, dentro y alrededor de la cédula que los mecanismos de defensa no pueden remediar esta situación. Experimentalmente se ha demostrado (en ratas) que el flujo sanguíneo aumenta bajo una exposición a solventes mientras que el metabolismo disminuye, lo cual es un signo de la reducción de las actividades de la células del cerebro, es posible que el incremento de flujo sea al inicio y en forma transitoria, disminuyendo cuando se presente en breve tiempo la lesión celular. Otra hipótesis afirma que los solventes pueden tener efecto directo sobre los finos vasos sanguíneos. Las paredes de la células sanguíneas tienen la propiedad de formar a partir de ácidos grasos poliinsaturados, una substancia que dilata los vasos sanguíneos. Los solventes solubles en la grasas pueden entonces influenciar sobre la producción de esta substancia , bloqueando así el flujo de glucosa y oxígeno hacia las células nerviosas del cerebro.
Agresión a la membrana celular: Es conocido que la membrana celular constituye otro punto vulnerables. Los solventes dañarían la capa lipídica de ella llegando a la mitocondria. Las células que son dependientes del oxígeno producen substancias tóxicas que, si no son neutralizadas corren el riesgo de dañar las diferentes estructuras del interior de la célula, se ignora todavía de que manera los solventes influencian el equilibrio entre la producción y la destrucción de estas substancia tóxicas. Es probable que las células puedan degradar a los solventes y que las substancias resultantes sean tóxicos celulares. La sinapsis entre las células nerviosas constituyen otro punto débil, ya que es probable que algunos solventes actúen de manera indirecta sobre la producción de neurotrasmisores, acelerándola o frenándola. Así el Tricloroetileno aumenta el número de impulsos nerviosos trasmitidos entre las sinapsis mientras que el ciclohexano.
Límites y tolerancia de exposición: Aún se ha determinado a que grado de exposición las células son respetadas. Lo que si está reportado por investigadores finlandeses es que existe mayor cantidad de malformaciones del sistema nervioso central entre los fetos y los niños de madres que han estado expuestas a solventes que entre aquellos de madres que nunca tuvieron exposición. Se sabe también que la mezcla de solventes aumenta los efectos nocivos por mecanismos aún sin explicar.
Prevención: El trabajador y el supervisor del área
deben conocer el tipo de solvente que están manipulando.
Más evidencias: Un reporte hecho por Ratcliffe con expuestos a un éter de etilenglicol encuentra disminución en la cuenta de espermatozoides e incremento de formas anormales cuando se compara la muestra con un grupo control de no expuestos. Más recientemente se ha reportado (Axelson) un elevado riesgo de cáncer de hígado en los trabajadores de los servicios de lavado de saco.
Es necesario mantener nuestra preocupación por los riesgos de los solventes en las áreas laborales y en la comunidad (ver tabla 5, solventes de uso común), más aún si sabemos que los que contienen en su composición moléculas de cloro como el clorofluorcarbono causan un deterioro ambiental al depletar la capa de ozono permitiendo un mayor ingreso de radiación UV. Produciendo secundariamente efectos como lesiones oculares, incremento de la actividad de ciertos virus, melanoma y otros cánceres de piel y alteraciones del ecosistema terrestre y acuático.
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