Anales de la Facultad de Medicina
Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Copyright© 1999

ISSN 1025 - 5583
Vol. 58, Nº3 - 1997


Hermilio Valdizán y la Facultad de Medicina San Fernando


JAVIER MARIÁTEGUI

Profesor Emérito de la Universidad Nacional de San Marcos. Titular de la Cátedra "Honorio Delgado"
de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Miembro Titular de las Academia Nacional de Medicina y Peruana de la Lengua.


 

INTRODUCCIÓN

Esta nota se circunscribe a revisar el paso de Hermilio Valdizán por las aulas sanmarquinas y, principalmente, por la Facultad de Medicina de San Fernando. Además de su desempeño como alumno primero, como docente después, se recalca toda la importante labor histórica centrada en la Facultad de Medicina, los Anales de la Facultad de Medicina, el estudio de la Medicina y de los Médicos en el Perú. Asimismo, la poco examinada faceta de Valdizán como Secretario de la Facultad que cumplió como algo más que un cargo administrativo. La biografía del maestro huanuqueño es referida a un trabajo específico (Hermilio Valdizán. El Proyecto de una Psiquiatría Peruana Lima, 19811).Y los exámenes de su aporte a la psiquiatría y su enseñanza ("Hermilio Valdizán y la Psiquiatría Peruana", Lima, 19802), a la medicina tradicional ("Hermilio Valdizán, la psiquiatría comparativa y la medicina folklórico", Buenos Aires, 19803), a la asistencia psiquiátrica, al publicismo científico, al periodismo4, a tópicos específicos relevantes ("Valdizán y el concepto de peruanidaD, Lima, 19875), etc, son remitidos a sus fuentes originales, en gracia a la brevedad1.

El motivo propedéutico de esta revisión y su alcance específico es recalcar la escasa presencia de San Marcos, principalmente en las últimas décadas, en la difusión y exégesis del pensamiento valdizaniano, en la publicación de su obra édita e inédita, en fin, en la ausencia de un proyecto de las Obras Completas del maestro huanuqueño. En esta etapa en que la vieja Facultad de San Fernando ha emprendido la recuperación de su antigua benemerencia dentro de la modernidad y el avance tecnológico, el recuerdo de la vigencia de la obra de Hermilio Valdizán es de la mayor importancia.

 

DEL LABARTHE A LA FACULTAD DE MEDICINA

Terminados los estudios secundarios, que cursó brillantemente, en el Colegio de Lima dirigido por el Dr. Pedro A. Labarthe, Valdizán, quien había nacido en 1885, tenía decidido desde niño estudiar medicina, quizá también estimulada esa vocación por el ejercicio precoz del periodismo, como cronista policial, por varios años en los diarios "El Tiempo" y "La Prensa", así como en revistas y otras publicaciones periódicas6. Pero hubo de esperar un año antes de postular a San Marcos: razones económicas lo obligaron a dedicarse todo ese lapso al trabajo la enseñanza, en centro privado como el Colegio de Lima y en centros públicos, además de aplicarse, con redoblados esfuerzos, al periodismo7. Huérfano de padre desde los 9 años, tenía que contribuir en forma sustantiva a la manutención del hogar, de su madre y sus hermanos, el mayor de ellos, Domingo, había dejado truncos los estudios de odontología, para trabajar como práctico en farmacia.

Correspondencia:
Dr. Javier Mariátegui
Facultad de Medicina UNMSM
Av. Grau 755 Lima 1 – Perú.

 

En la Facultad de Ciencias cursó los estudios preparatorios de ciencias biológicas, físicas y naturales, pasando después a San Fernando, donde hizo una carrera excepcional, graduándose de bachiller en medicina en 1909 con la tesis "La delincuencia en el Perú"; los méritos acumulados durante sus estudios le valieron la exoneración de los derechos de recepción al recibir el grado de médico en 1910, "como premio que no se discernía hacía más de veinte años"8, y enviado a Europa, becado por el Gobierno, por más de cuatro años, para realizar estudios de perfeccionamiento, "dedicándose con fervor a la ciencia y al arte psiquiátricos" (H. Delgado,7), teniendo como escenario principalmente Italia.

Durante estos densos años de estudios Valdizán continuó trabajando activamente tanto pro pane lucrando cuanto por su disciplina personal, en la enseñanza secundaria y principalmente en el periodismo, en el diarismo donde acreditó el seudónimo de "Juan Serrano". Participó en las diversas actividades culturales de la Lima de entonces, haciéndose amigo de los intelectuales consagrados y de los jóvenes valores de la "belle époque". La amistad con Abraham Valdelomar la pudo continuar en Roma, en 1914, cuando coincidió su pasantía con la fugaz presencia del Conde de Lemos como agregado en la Legación Peruana1.

Augusto Murri en medicina interna, Sante De Sanetis en psiquiatría, Aldo Mieli en historia de la medicina, marcaron los derroteros y señalaron los ideales que cumplió a cabalidad Hermilio Valdizán en su corta existencia.

 

LA FUNDACIÓN DE LA CÁTEDRA Y DEL HOSPITAL PSIQUIÁTRICO

De regreso, tenía aún un compromiso académico pendiente con la Universidad de San Marcos: el doctorado en medicina, que cumplimentó con la tesis "La alienación mental entre los primitivos peruanos", sustentada en 19159. Como modo de reciprocar la formación médica recibida en el país y la especialidad lograda en el exterior, Hermilio Valdizán fue incorporado a la enseñanza universitaria como primer Catedrático del Curso de Psiquiatría y Neuropatología (llamado de Enfermedades Mentales y Nerviosas), accediendo al titularato en 1921. Hasta entonces, los rudimentos de psiquiatría se enseñaban en las cátedras de patología interna y de medicina legal. Recién a partir de Valdizán la Psiquiatría "y su clínica" es enseñada en forma sistemática, entonces en el séptimo año de la carrera, en tres tardes de la semana, junto con el internado1. El escenario era el único establecimiento especializado, llamado Asilo Colonia de La Magdalena, posteriormente conocido como Hospital "Víctor Larco Herrera", en homenaje a su benefactor.

Hasta la víspera de su muerte, en la noche del 25 de diciembre de 1929, víctima de un súbito ataque cardíaco, Hermilio Valdizán vivió dedicado a la enseñanza, no solo al Cursó de Psiquiatría, sino a la formación de los estudiantes en los primeros años de estudios, a través de un curso preparatorio; memoria Juan Francisco Valega: "Hermilio Valdizán, a quien siempre preocupó la escasa preparación psicológica que llevaban los alumnos al curso de Psiquiatría, que él fundara en la Facultad, nos ofreció una serie de lecciones nocturnas sobre Psicología Elemental, que fueron escuchadas por crecido auditorio estudiantil10.

Fue también Valdizán profesor fundador del Curso de jurisprudencia Médica en la Facultad de Derecho de San Marcos, en los últimos años de su vida. Existe una versión taquigráfica, "corregida y aumentada", en todo caso revisada por el autor, de "Elementos de jurisprudencia Médica" (Lima, 192911), preparada por el entonces alumno Arturo Meza. Lamentablemente no se hizo lo mismo con el Curso de Psiquiatría. Valdizán, como profesor disciplinado, escribía sus clases, sin duda con el propósito de publicarlas. Nos, ha llegado la versión mecanográfica del texto casi completo del Curso, al parecer, el dictado en 1928. Vino junto con el archivo de la Federación de Estudiantes: había estado bajo la custodia de Juan Francisco Valega toda la vida. Desde que tuvimos esos textos ?y algunas clases de lo que debió ser el cursillo de Psicología?, he tratado de publicarlas, por su valor histórico y por estar redactadas en la pulcra prosa del maestro. Limitaciones editoriales no han permitido aún dar a la estampa a Nuevos escritos valdizanianos12.

En 1990, el Fondo Editorial de la Universidad Peruana Cayetano Heredia publicó, con el epígrafe de Paleopsiquiatría del Antiguo Perú, los principales aportes de Hermilio Valdizán a la medicina mental precolombina ("La alienación mental entre los primitivos peruanos"; "La chicha, bebida de los antiguos peruanos"; "la alienación mental en la raza india"; "El cocaísmo y la raza india": 'Los factores etiológicos de la alienación mental a través, de la historia)"13. Para esa compilación, a nuestro cargo, fue decisivo el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONCYTEC), entonces presidido por el Ing. Carlos del Río Cabrera.

 

HISTORIA DE LA MEDICINA PERUANA

Desde 1905, ha señalado Hermilio Valdízán, dio comienzo a su labor sistemática de estudio de la historia de la medicina peruana. Su primer gran aporte sería la obra La Facultad de Medicina de Lima (primera edición, 2 tomos, Lima, 1913: segunda edición, 3 tomos, Lima, 1927-29)14. Se trata de la más exhaustiva historia de la enseñanza de las disciplinas médicas en el Perú. entonces centrada en una única escuela o facultad. Pero la obra desarrolla toda la historia de la medicina en la conquista, la colonia, y la república, tal como pudo rastrearla nuestro autor en bibliotecas, y repositorios públicos y privados. La riqueza documental de estos tomos es fuente para cualquier desarrollo posterior, en base a los nuevos hallazgos bibliográficos.

Valdizán hizo su primer viaje al exterior en 1909, en las vacaciones de ese año, a Santiago de Chile, en busca de la persona y del archivo de José Toribio Medina y de documentos que pertenecieron a la Biblioteca Nacional, sustraídos durante la ocupación de Lima en la infausta Guerra del Pacífico. La Historia de la Medicina Peruana, recién publicada en 1944 por Jorge Falcón, con prólogo de Juan Bautista Lastres, esto es, a los 15 años de la muerte del autor, en realidad es incompleta puesto que se refiere exclusivamente al Perú Precolombino15. Es cierto que Valdizán ya había continuado su investigación histórica posterior a la tesis doctoral con un panorama de las enfermedades mentales en el Coloniaje, en el libro Locos de la Colonia (Lima, 191916); curiosamente, la segunda edición de este libro se publicó en 1988. por el Instituto Nacional de Cultura, en la serie de pequeño formato "el libro popular", no lleva noticia alguna del autor o de la importancia de la obra: se limita a reproducir, el texto de la primera. La Medicina de la primera parte de la República está contenida, en gran parte, en los tres tomos de La Facultad de Medicina de Lima (1913, 1927-28). Aunque no en la forma acabada como la tenía proyectada, Valdizán nos legó pues una historia, para su tiempo, bastante completa, del devenir médico nacional.

 

DICCIONARIO DE MEDICINA PERUANA

Otro gran proyecto valdizaniano fue el Diccionario de Medicina Peruana. En vida el maestro Valdizán sólo llegó a publicar el primer tomo, con un texto introductorio que es una magnífica visión sinóptica de la medicina en el Perú, desde la conquista hasta mediados del siglo pasado. Fue impreso en los Talleres Gráficos del Asilo "Víctor Larco Herrera" en 1923. Comprende sólo la letra "A"17. En la advertencia señala Valdizán cómo este libro se entreteje a su historia de estudiante de medicina puesto que lo comenzó en 1903, cuando empezaba la carrera: "Obra de estudiante de ejemplar pobreza, mi labor de acumulación debía de resentirse de las exigencias de la vida: condenado a trabajar rudamente, con ritmo que representaba todo un grave atentado contra la nutrición en general y contra aquella del sistema nervioso en especial, debí interrumpir muchas veces esta paciente recopilación de datos. Los meses anteriores a los exámenes finales, sobre todo, representaban paréntesis ineludibles, durante los cuales había que abandonar la Biblioteca Nacional y con ésta el consejo amigable de Carlos Romero, que tuvo fe en el éxito remoto de esta empresa en que hace tantos años me embarcara".

Estando en originales, el primer tomo del Diccionario fue sometido al dictamen de la Academia Nacional de Medicina. Una Comisión ad hoc conformada por Francisco Graña, Guillermo Eyzaguirre y Honorio Delgado, emitió un informe encomiástico. También en originales, ganó en 1922 una medalla de oro del Consejo Provincial de Lima. Y fue promulgada una ley que votó la importante suma de dos mil libras peruanas (equivalentes a las esterlinas pues entonces el cambio estaba "a la par con Londres"), para la publicación del Diccionario completo, que no fue cumplida ni en esa época ni después.

Cuando Don Hermilio escribe Historia de la Medicina Peruana en enero de 1924, se realizaba "la venta del trigésimo quinto ejemplar del tomo I del Diccionario de Medicina Peruana dos meses después de dada a luz la edición". "El fracaso editorial debiera haberme invitado a abandonar estos estudios y debiera haberme demostrado que no existe entre nosotros el gusto por este género de investigaciones; pues que sobre un medio millar de médicos que ejercen la profesión en el Perú sólo un siete por ciento de ellos, los muy amigos, han tenido la bondad de adquirir el primer volumen de mi Diccionario". Pero ello no lo amilana a continuar la empresa de la Historia de la Medicina Peruana, teniendo en cuenta las "satisfacciones espirituales que habrán de compensarme de la pérdida considerable de dinero que para mí representa la impresión del ya muchas veces citado Diccionario"15.

Quince años después de la publicación del Torno I, una Comisión de la Sociedad Médica "Daniel A. Carrión" cumplió con publicar el Tomo II del Diccionario de Medicina Peruana (Lima, 1938), en julio de 1938, que comprende las letras "B" y "C" 18. Este Tomo II, tiene a guisa de prólogo, "Mis recuerdos de Hermilio Valdizán", el texto de Juan Francisco Valega leído en la sesión solemne de la Sociedad Peruana de Psiquiatría, en homenaje al quinto aniversario de la desaparición física de Valdizán. Muchos años después, como separatas de los Anales de la Facultad de Medicina 1957-1960, aparecen los tomos siguientes. En vida Valdizán pensaba agregar, en el último tomo, los complementos y las enmiendas, en una suerte de addenda. Los editores de estos fascículos publicados como separatas, hasta completar el VII tomo, no hicieron anotaciones a las "entradas" que estaban incompletas o repetidas ni corrigieron las erratas evidentes.19 Pese a lo desprolijo de la edición de estas, separatas, hay que recalcar el esfuerzo que significó la publicación final del Diccionario gracias al esfuerzo del Dr. Carlos Monge Medrano, compañero de Valdizán en la creación del Centro Universitario, en 1910.

 

LA MEDICINA POPULAR PERUANA

Nuestra Medicina Popular, como no podía ser de otro modo, estuvo entre los principales campos de estudio de Hermilio Valdizán, desde sus escritos juveniles. El propósito central era la búsqueda de las prácticas médicas incorporadas en la conciencia sanitaria de la multitud y que sobreviven en conceptos y prácticas empíricas en nuestros días. Valdizán era consciente que la mayor parte de los problemas médicos de la población andina y selvícola, y buena parte de los que sufren las clases populares tienen una respuesta espontánea en ellos mismos, a través de sus "curadores" tradicionales y de sus recursos medicinales, mayormente herbolarios, y mágicos, propios de la mentalidad de aborígenes y mestizos.

Su método de investigación sistemático fue una forma de indagación histórica de la vida cotidiana, que en su tiempo constituyó la más completa de las indagaciones de la realidad nacional en medicina tradicional. Se aplicó a ello con el rigor y el afecto que ponía en el examen de todo lo nuestro. Y asoció a un amigo con las mismas inquietudes, Angel Maldonado, en esta tarea, que se vio favorecida por el apoyo del Ministro de Fomento, Lauro Angel Curletti, quien permitió la publicación de los tres cuidados tomos de La Medicina Popular Peruana (Contribución al Folklore Médico del Perú), publicado en Lima en 1922 (Imprenta Torres Aguirre).20

Una segunda edición de esta obra se hizo recién en 1985, por el "Consejo Indio de Sudamérica", en reimpresión facsimilar de poca calidad tipográfica, presentado con un estudio preliminar de Fernando Cabieses, insuficiente a nuestro modo de ver en lo que se refiere a la valoración de la esencia del pensamiento valdizaniano.

El primer tomo revisa los mitos médicos peruanos, los síndromes más conocidos en el territorio nacional, y las prácticas, curanderiles. El segundo tomo analiza los procedimientos terapéuticos, dividido. en fitoterápicos, zooterápicos y mineralógicos. El énfasis está puesto en la flora medicinal peruana. El tercer tomo reproduce una serie de "documentos ilustrativos" que van del siglo XVI al XIX, para una mejor apreciación del origen y la proyección del folklore médico desde el descubrimiento de América hasta el advenimiento de la República y los primeros desarrollos del Perú contemporáneo.

 

SECRETARIO DE LA FACULTAD DE MEDICINA

Producido el nombramiento del Dr. Guillermo Castañeta como Decano de la Facultad de Medicina, el ilustre fundador de la cirugía peruana se dio cuenta de la importancia de tener como cercano colaborador a Hermilio Valdizán, en el delicado y comprometedor cargo de Secretario de la Facultad. Castañeta conocía de las cualidades personales de Valdizán y de su compromiso total con la enseñanza de la medicina y la selección de los estudiantes idóneos para la profesión médica. No vaciló entonces en pensar en Valdizán, quien, no obstante sus recargadas labores como Director del Asilo "Víctor Larco Herrera", Profesor de Psiquiatría tanto en la Facultad cuanto en la Escuela de Enfermeros por él creada (Valdizán, como no podía ser de otra manera, le daba gran importancia a la formación del personal más cercano al enfermo mental, el enfermero(a) y el auxiliar), la compleja tarea de crear un discipulado a través del "auxiliarato" del Asilo (categoría creada por el maestro sanmarquino para atraer a jóvenes profesionales brillantes, dedicados entonces a otros campos de la medicina, como Enrique Encinas, Juan Francisco Valega, Carlos Kruindieck, Fernando Loayza)10, además de su ingente trabajo en la investigación psiquiátrica, en el publicismo médico y en la investigación de la historia médica peruana, entendió el mensaje del maestro Castañeta y aceptó colaborar con él en la tarea de Secretario de la Facultad desde 1923.

Daniel Becerra de la Flor, eximio discípulo de Guillermo Gastañeta, escribe a este propósito: "No fue ajena a la realización de tan magnos empeños del Decanato, la presencia y estimulante compañía del nuevo Secretario de la Facultad de Medicina de San Fernando, doctor Hermilio Valdizán. Al año siguiente de la elección de Gastañeta como Decano, se producía el nombramiento de Valdizán como secretario (1923), quien desempeñó ese cargo hasta su sentida y prematura desaparición en diciembre de 1929. Gastañeta y Valdizán pertenecieron a las generaciones vinculadas a las vicisitudes y efectos e a guerra del Pacífico, percibieron desde sus tiernas edades el impacto psicológico de los sentimientos de la derrota y del desastre. Ya hemos comentado anteriormente cómo esa impronta pudo producir una reacción anímica generacional, una suerte de voluntad de reconstrucción y renovación nacional de la que nadie podía excluirse. Por eso, Gastañeta y Valdizán se sintieron, desde el principio hasta el fin, tan armónicamente juntos; porque participaron en los mismos ideales, vibraron en similares vehemencias y se entregaron, esforzadamente a los mismos impulsos renovadores similares en el campo de la educación médica, sin abandonar Gastañeta, claro está, sus predilecciones quirúrgicas, ni Valdizán sus inclinaciones psiquiátricas, en cuyas preferencias habían acumulado personalmente méritos más que suficientes para su reconocimiento final: como eximio recreador de la cirugía moderna y moderno propulsor de su desarrollo en el Perú, Guillermo Gastañeta, y como "el Fundador de la Psiquiatría Peruana", Hermilio Valdizán, tal como lo asevera con tanta autoridad el doctor Javier Mariátegui, en su brillante ensayo biográfico intitulado Hermilio Valdizán. El Proyecto de una Psiquiatría Peruana. Gastañeta y Valdizán se complementan armoniosamente. Los ímpetus y las vehemencias del carácter nervioso de Gastañeta, tuvieron como un remanso tranquilizador la compañía y el afecto de Valdizán, porque 'nadie disponía como 61 de ese don supremo de la comprensión inmediata, certera y en la incitación segura, generosa', como ha escrito Juan Francisco Valega"21.

Examinemos un día cualquiera de la rutina de Hermilio Valdizán: después de dedicar largas horas de la noche a su tarea de investigador, consagraba parte de la mañana a las tareas asistenciales, en su condición de director del Asilo, encargado también de los pacientes recién admitidos en los pabellones de ingreso. Alrededor de las 11 a.m. pasaba a recogerlo el automóvil que lo conducía a la Facultad, donde se ocupaba del despacho y de las tareas cercanas al Decano, y a la entonces bien llamada "política universitaria". Venía después la tarea de la "matrícula" de los estudiantes de medicina, que consistía en un acto personal del Secretario, quien recibía al recién ingresado, le daba la recepción a nombre de la Facultad, y lo invitaba a escribir, de su propio puño y letra, en el libro de matrícula, datos como nombre, edad, fecha y lugar de nacimiento, nombres de los padres, colegio de procedencia, etc. Antes de esta formalidad, Valdizán había conversado con el matriculado, indagado su procedencia, la ocupación de sus padres, su motivación por los estudios médicos, algunos aspectos del folklore de la localidad de origen, al tiempo que llenaba la ficha correspondiente del Diccionario de Medicina Peruana, que seguiría al estudiante desde el ingreso a lo largo de la carrera y los posteriores logros estudiantiles y profesionales.

No olvidemos que estamos en una Lima pequeña, en que la gente se conocía, que los provincianos tenían una informal "red de recepción" constituida por familiares y pensiones conocidas, etc. A mediados del siglo pasado se había suprimido la enseñanza médica, recién iniciada en Arequipa y Cusco, por las deficiencias formativas, de modo que Lima acaparaba la formación médica a nivel nacional. Sólo los estudios de ciencias naturales, de dos años, (se abrevió a sólo uno en el decanato de Leonardo Villar: 1891-1895) se hacía en provincias.

Extendía el maestro Valdizán su actividad hasta la tarde, hasta la hora que la necesidad requiriera su presencia en el despacho de Secretario.

Entonces retornaba al Asilo para almorzar pero si le daba la tarde, iba directamente a su consultorio (Gremios 435, Lima) ("Medicina mental e interna", de 2 a 5, según aviso aparecido en Colónida22). A poco de su deceso se puso en el ambiente del Secretario de la Facultad, un sencillo retrato de Hermilio Valdizán. Los trabajos de remozamiento de los últimos años han comprendido también este retrato, ahora con llamativo enmarcado dorado. Es lo único que queda en ese local de la presencia física del maestro.

Aunque desde su iniciación en la docencia había preocupado a Valdizán la selección de los postulantes a estudios médicos, esta noble intención se había intensificado en los últimos años de su existencia. "Una preocupación muy intensa en él en los últimos tiempos ?escribe J.F. Valega? era la de la selección previa del estudiante universitario. Reformador constructivo, veía en esa selección el indispensable cambio radical de nuestro ambiente universitario. Su cargo de Presidente del Jurado para el examen de ingreso a la Universidad le daba la autoridad requerida. A más de la aptitud intelectual, que era el sólo punto al que se contraía la prueba de admisión, él deseaba que se estableciese un sistema para la calificación de la aptitud integral. Con su sencillez característica, en nota dirigida a la universidad, el 22 de abril de 1929, lo dijo así: "Aptitud integral, resultante de una aptitud orgánica, de una aptitud intelectual y de una aptitud moral"10.

 

ANALES DE LA FACULTAD DE MEDICINA

Valdizán es uno de los casos excepcionales en nuestro país en lo concerniente a la tarea de publicista y animador de ediciones. En determinado momento, estuvieron bajo su responsabilidad hasta cuatro revistas. Hermilio Valdizán, entonces sólo Catedrático, propuso a la Facultad de San Fernando, en sesión del 17 de septiembre de 1917, la creación de un órgano regular de publicaciones científicas y de crónica del claustro. La comisión encargada de los detalles de la revista estuvo conformada por los profesores Leonidas Avendaño, Francisco Graña y Hermilio Valdizán.

Al año siguiente, en 1918, apareció el primer número de los Anales de la Facultad de Medicina de Lima que con puntualidad encomiable, dio a la estampa el maestro hasta 1929. Hubo un corto receso, tras la crisis universitaria, que reanudó Don Hermilio en 1922. Por décadas los Anales continuaron publicándose, siempre "bajo la dirección del Decano", pero en manos de un Secretario de Redacción, que fue en su tiempo Valdizán y lo continuara Honorio Delgado, quien fuera seguido por Carlos Monge Medrano. Algunos ajustes en el epígrafe se dieron a lo largo del tiempo, como Anales de la Facultad de Ciencias Médicas cuando la Facultad comprendía también Odontología, Farmacia y Obstetricia.

Valdizán tuvo en cuenta las mejores: publicaciones médicas europeas al diseñar las características gráficas formales de la revista, que por años se mantuvieron iguales y que se imprimió, también por años, en la imprenta del Asilo Colonia - de La Magdalena, entonces bien dotada por Don Víctor Larco Herrera para hacer posible en ella todos los impresos del Asilo y de la Beneficencia en general. En la misma imprenta se hizo la Revista de Psiquiatría y Disciplinas Conexas, fundada por Valdizán con Honorio Delgado, quien lo sucedió a poco en la conducción total. La Revista de Psiquiatría se extendió regularmente desde 1918 hasta 1922 y fue, como lo recordara Sigmund Freud, el padre, del psicoanálisis, la primera revista difusora de sus doctrinas en español23.

Pero Valdizán fue también Redactor en Jefe de los Anales Hospitalarios, Revista de Medicina y Cirugía, órgano de la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, entonces a cargo de los grandes hospitales públicos, el Hospital Dos de Mayo y el Hospital Arzobispo Loayza. Inició su publicación en 1923. Finalmente, en 1926, Valdizán fundó Unanue, Revista Trimestral de Historia de la Medicina, que se mantuvo hasta 1926. Y de haberlo permitido la vida, como director de la Revista del Círculo Médico Peruano antecesor de la Federación Médica y del Colegio Médico del Perú, Don Hermilio habría sido director de "Perú Médico" el proyectado órgano de difusión de una iniciativa de efímera existencia (alrededor de cinco años), que no dejó mayor huella1.

¿Cómo es así que Valdizán está tan vinculado al publicismo médico peruano? No está aún enumerado el total de las publicaciones que animó. Faltan por ejemplo, el órgano de los pacientes del Asilo, "La Razón", hermoso periódico de gran formato (16 mayor). Tenemos la fortuna de disponer de un par de números de esa publicación, hoy inubicable en los repositorios públicos.

No debe olvidarse que desde niño (H. Delgado,6) Valdizán estuvo vinculado a la palabra escrita, a la letra impresa, "al componedor", al periodismo infantil y juvenil. Con una "adultización forzada", ejerció el periodismo desde su adolescencia. Eso dio soltura a su pluma, la hizo ágil y precisa, elegante y persuasiva, descriptiva e interpretativa. Su fácil literatura periodística, le rendiría importantes dividendos a lo largo de su corta vida adulta. Fue un gran periodista, en el sentido mayormente de cronista, y notable escritor, narrador de estilo galano y expresivo.

Hermilio Valdizán estuvo además involucrado en otras publicaciones de gran importancia en su tiempo, como los dos tomos de las Obras de José Casimiro Ulloa (Lima, 1924). También en dos tomos, con Carlos A. Bambarén, publicó la Biblioteca Centenario de la Historia de la Medicina Lima, 1921.

 

COLOFON

Esta sumaria revisión de algunos aspectos sustantivos de la vida y la obra de Hermilio Valdizán Medrano, se centran mayormente en su paso por la Facultad de Medicina de San Fernando y su contribución al desarrollo de la enseñanza médica desde la Cátedra de Enfermedades Mentales y Nerviosas, por él fundada, el cargo entonces clave de Secretario de la Facultad que desempeñara de 1923 a 19291 y la fundación de publicaciones relacionadas al campo universitario. hospitalario e histórico, principalmente los Anales de la Facultad de Medicina de Lima que fundara en 1918. Los Anales corno se ha recordado recientemente por la actual Administración, es la decana de las revistas médicas en el Perú, por ser la más, antigua en el presente siglo, pero no por su continuidad, pues se pueden establecer "épocas" de publicación regular y otras en que, por los avatares de la Institución, dejó de publicarse. Como lo acabamos de recordar en el Editorial del último número de la Revista de Neuro-Psiquiatría, fundada por Honorio Delgado y J. O. Trelles en 1938, es ésta la única publicación médica peruana que aparece desde hace seis décadas de modo ininterrumpido, mal grado los avatares de la medicina nacional en diversos momentos críticos de la historia reciente24.

El Consejo de Salud Mental, presidido entonces por Honorio Delgado, propuso en agosto de 1964 al Ministerio de Salud, se diera el nombre de Hermilio Valdizán al segundo hospital psiquiátrico, como se obtuvo ese año. Y con ocasión del Centenario del nacimiento del maestro huanuqueño, la Sociedad de Beneficencia Pública de Lima, a través de su presidente el Dr. Alejandro Souza Castañeda, y la Asociación Psiquiátrica Peruana, que tuvo como gestor y vocero al que suscribe estas líneas, se logró el traslado de los restos de Valdizán, de un modesto nicho del Cuartel San Juan Bautista C-43 del Cementerio "Presbítero Maestro", al sobrio Mausoleo en el Cementerio de "El Angel", situado a pocos metros de quien fuera su discípulo predilecto y más cercano colaborador, el Profesor Honorio Delgado.

"Last but no the least", se ha establecido desde 1985 como "Día de la Psiquiatría Peruana", el 20 de noviembre, la fecha de nacimiento del Maestro, por Resolución Ministerial 03 99-85-SA/DVM.

La Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos está en deuda con Hermilio Valdizán en lo concerniente a la publicación de sus Obras Completas, o por lo menos, con lo que aún pueda compilarse de su obra inédita. Y de un estudio interdisciplinario de la vida y del pensamiento del Maestro y de la medicina de su tiempo, que debe ser emprendida por un equipo de investigadores provenientes de diversos campos del conocimiento humano.


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