DERMATOLOGÍA PERUANA -
VOL. 11, Nº 1, ENERO - JUNIO 2001 |
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Necrólisis Epidérmica Tóxica
Castillo-Rivadeneyra Wenceslao1,
Cortez-Franco Florencio2, Rodriguez-Borrelli Sergio2,
Rodriguez-Gonzales Luz2
RESUMEN
Se presenta el caso de una niña de diez años de edad, quien después de haber recibido
naproxeno y amoxicilina por un cuadro de fiebre y dolor de garganta presenta mal estado
general, erupción ampollar generalizada que compromete al 70% de la superficie corporal
así como compromiso de mucosa oral, conjuntival y vaginal. Se hizo el diagnóstico de
necrólisis epidérmica tóxica y es internada en la unidad de quemadas para su mejor
manejo, el cual consistió en hidratación endovenosas, expansores del volumen
intravascular, corticoterapia sistémica, antibióticos y cuidados de piel y mucosas
mejorando progresivamente. Se discute el diagnóstico y el diagnóstico diferencial, así
como la histopatología y el papel que juegan en su etiopatogenia mecanismos de
hipersensibilidad mediada por células que mediante la liberación de diversos mediadores
y otros factores que se discuten conducirían a la muerte apoptótica citotóxica masiva
de queratinocitos. En este caso la causa fue atribuida al naproxeno.
Palabras clave: Necrólisis epidérmica tóxica; apoptosis citotóxica, naproxeno.
SUMMARY
This is the case of a ten year old girl who, after being treated with naproxen and
amoxicillin because of fever and sore throat, presented blistering eruption on 70% of body
surface with oral, conjunctival and vaginal mucous affection. Under diagnosis of toxic
epidermal necrolysis, she was hospitalized in burn unit. Treatment consisted of parenteral
(intravenous) hydration, intravenous volume expanders, systemic corticoids, antibiotics,
and mucous and skin care. Evolution was satisfactory. Diagnosis and differential diagnosis
are discussed as well as histopathology and the role played in its pathogenia by
mechanisms of hypersensitivity mediated by cells which by means of liberating different
mediators and other factors under discussion may cause massive cytotoxic death of
keratinocytes. Naproxen is believed to be the etiologic factor in this case.
Key words: Toxic epidermal necrolysis; cytotoxic apoptosis, naproxen.
INTRODUCCIÓN
Durante la práctica hospitalaria diaria en dermatología, es poco frecuente vernos frente
a verdaderas emergencias, como es el caso que presentaremos a continuación. Elegimos un
caso de necrólisis epidérmica tóxica (NET) por lo raro de su presentación, por lo
pobre del pronóstico, por el tratamiento multidisciplinario que requiere y por las
múltiples complicaciones que conlleva.
Aunque la NET, es producida por la ingesta de fármacos, otros pueden ser sus agentes
causales (infecciones bacterianas, virales o inmunizaciones), que son considerados como
excepcionales.
La NET, tiene una mortalidad aproximada del 30% y las cuales de muerte más frecuente son:
las sepsis por Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa, embolia pulmonar, edema
pulmonar y sangrado intestinal. Además son signos de mal pronóstico la neutropenia y la
anemia.
PRESENTACIÓN DEL CASO
Paciente mujer de 10 años de edad, procedente del Callao, que niega alergias
medicamentosas; con un tiempo de enfermedad de cuatro días caracterizada por cefalea,
fiebre y dolor de garganta; se le indica naproxeno 275 mg cada ocho horas y amoxicilina
250 mg cada ocho horas. Un día más tarde presenta congestión de las mucosas oral y
conjuntival, así como erupción vesiculosa en la cara anterior del tórax acompañada de
prurito. Acude a consultorio de pediatría donde se le prescribe eritromicina 250 mg cada
seis horas, aspirina 500 mg y paracetamol condicional. Al día siguiente presenta
erupción ampollar generalizada, eritema y edema de la mucosa oral y conjuntival; acude a
emergencia donde se decide su internamiento.
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Figura 1. |
Examen físico
Paciente febril, quejumbrosa, deshidratada y en mal estado general.
Piel: ampollas que cubre el 70% de la superficie corporal, signo de Nikolsky positivo.
Mucosas: labios secos, tumefactos, fisurados y cubiertos por costras hemáticas; mucosa
oral exulcerada, faringe y amígdalas congestivas. Ojos: congestión y tumefacción de
conjuntiva palpebral y ocular. Genitales: mucosa genital congestiva, edematosa y
exulcerada. Cardiovascular: ruidos cardíacos, rítmicos y taquicárdicos.
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Figura 2. |
Evolución
A las primeras horas, luego de su ingreso, se interconsulta el caso al Servicio de
Dermatología y se encuentra a una paciente con la apariencia de una gran quemada de
segundo grado, con compromiso del 70% de la superficie corporal, razón por lo que se
diagnostica necrólisis epidérmica tóxica y se hace las recomendaciones de diagnóstico,
de factores causales y de manejo.
La paciente fue trasladada a la Unidad de Quemados por la necesidad de requerir las
condiciones de asepsia y de personal especializado para su atención.
Se realizaron los exámenes de laboratorio pertinentes; con la finalidad de descartar
disturbios hidroelectrolíticos, posible etiología infecciosa (virus de Ebstein Barr,
Herpesvirus I y II, citomegalovirus y Mycoplasma pneumoniae), trastornos en la función
respiratoria y renal, así como también hemocultivo y cultivo de secreción de las
ampollas.
Los resultados positivos encontrados en los exámenes fueron: leucopenia durante los
primeros cuatro días de hospitalización; la concentración de hemoglobina fue
disminuyendo de 12,6 mg/dL a 9,2 mg/dL; la velocidad de sedimentación globular fue 13
mm/hora al ingreso y 58 mm/hora cinco días antes de la fecha de alta.
Las pruebas serológicas contra infecciones estuvieron dentro de los valores normales.
No se evidenció por laboratorio ningún disturbio respiratorio ni electrolítico.
Debido al mal estado general de la paciente se le tomó una biopsia de piel, el día 12 de
hospitalización, cuando ya se evidenciaba el proceso de reepitelización.
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Figura 3. |
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Figura 4. |
Manejo
terapéutico
Consistió en:
1. Aporte hídrico: dextrosa al 5%, CINa al 20%, ClK de acuerdo a la superficie corporal
de la paciente y aminoácidos endovenosos 10% (Aminocin®), a razón de 1 gramo por kg de
peso al día, según las necesidades requeridas disminuyendo el volumen a medida que la
paciente toleraba la vía oral (día 12 de la hospitalización), brindándosele una dieta
líquida hipercalórica (Ensure®), en tomas fraccionadas e incrementando la
concentración en días posteriores.
2. Expansores del volumen intravascular: polipéptidos de gelatina (Haemaccel®) a razón
de 250 mL cada 12 horas, con la finalidad de compensar las pérdidas de líquidos, sales y
proteínas de las áreas cutáneas afectadas.
3. Corticoterapia: Se empleó dexametasona 2 mg cada ocho horas, del tercer al décimo
día de hospitalización; los dos siguientes días, 1 mg cada seis horas; los dos
siguientes, 0,75 mg cada seis horas; y, luego dos días más, 0,5 mg cada seis horas,
siendo luego suspendida.
4. Antibioticoterapia: oxacilina, 75 mg por kg de peso, más amikacina, 15 mg por kg de
peso.
5. Cuidados de la piel: se eliminó la piel necrosada y se empleó para la higiene diaria,
baños con permanganato de potasio en una dilución de 1/50 000 para favorecer la
reepitelización y evitar infecciones de la piel. Se usó apósitos de gelatina
(Duoderm®) e injerto de piel de cerdo.
6. Cuidado de las mucosas: se contó con la asesoría permanente del Servicio de
Oftalmología; se indicó ciprofloxacina oftálmica, una gota cada 24 horas, en cada ojo y
tetraciclina oftálmica en las noches. Además, delicadas maniobras manuales para evitar
sinequias. La mucosa nasal se limpió y lubricó con solución salina, la mucosa genital
fue sometida a baños antisépticos, se lubricó con vaselina líquida y se efectuó
maniobras manuales para evitar adherencias.
La mejoría se hace evidente el día 12 de la hospitalización, al ver la reepitelización
de manos, muslos, hipogastrio y región umbilical. Las lesiones mucosas siguen el mismo
camino, por lo que se indica alimentación por vía oral. El día 18 se le retira la vía
endovenosa y tres días después es dada de alta en buenas condiciones, para acudir a
control por los servicios correspondientes.
COMENTARIO
La NET, debe ser considerada dentro del espectro del eritema multiforme y el síndrome de
Steven Johnson por sus analogías clínicas, histológicas e inmunológicas.
Clínicamente hay lesiones en escarapela y ampollares en los tres síndromes, aunque las
escarapelas en el NET y el síndrome de Steven Johnson son imperfectamente delineadas si
son comparadas con las del eritema multiforme, que, además, son pequeñas, adoptan el
aspecto del “eritema iris” o “herpes iris” y se localizan
preferentemente en la cara y superficie de extensión de extremidades con una disposición
simétrica.
Histológicamente, al inicio hay notables semejanzas lesionales epidérmicas y dérmicas
en los tres procesos. En la epidermis se aprecia ligera espongiosis en algunos sectores y
expresiones de muerte celular caracterizadas por vacuolización de la basal, células
disqueratóticas y satélites (linfocitos adheridos a los queratinocitos alterados).
En el período de estado, si bien es cierto, en el eritema multiforme y en el síndrome de
Steven Johnson se nota infiltrado linfomonocitario de mediana intensidad alrededor de los
capilares del dermis papilar y un edema de menor o mayor magnitud que puede llevar a la
formación de ampollas, debemos insistir en los signos de muerte celular y en la
satelitosis generada por la migración de linfocitos a la epidermis y su presencia
adosados a queratinocitos que muestran defectos en su morfología (linfocitos T CD8). El
fenómeno predominante de la NET, en el periodo de estado, es una muerte masiva de las
células epidérmicas en amplios sectores del tegumento y la presencia de células
disqueratóticas y vacuolización en la interfase dermoepidérmica a cargo de las células
basales. Da la impresión que dos mecanismos de destrucción celular actúan en este
singular proceso, el que según algunas estadísticas tiene una frecuencia en la
población general de 1/100 000.
Estudios realizados por inmunohistoquímica son ilustrativos. Vemos linfocitos T CD4 y
linfocitos T CD8 junto a macrófagos en la dermis papilar con predominio de linfocitos T
CD4, mientras que los linfocitos T CD 8 se encuentran en mayoría en la epidermis y
formando parte de satelitosis en el eritema multiforme, síndrome de Steven Johnson y NET,
lo que abonaría a favor de un estado de hipersensibilidad mediado por células con la
participación de linfocitos T CD8 citotóxicos, los que a través de las liberación de
perforinas, granzina B y Fas ligante conducirían a los queratinocitos a una muerte
celular apoptótica citotóxica. Pero la muerte violenta y masiva de los queratinocitos en
este caso, no pueden ser explicadas solamente por este mecanismo.
La piel puede ser activada en la NET por agentes tóxicos o sensibilizantes que la hacen
capaz de presentar antígenos o liberar catalizadores de funciones biológicas que
incluyen la inflamación y la apoptosis; por consiguiente el tegumento bajo estas
circunstancias, que se producen en un momento singular, bajo condiciones no entendidas
todavía, no sólo se afectaría por una apoptosis citotóxica sino que se autodestruiría
en virtud de la generación de interleuquina 1 beta convertasa, Fas, TNF, IFN-gamma, etc.
Es posible que este momento crucial sea condicionado por la acción conjunta de factores
agregados, tales como: falla en los mecanismos de depuración de fármacos, defecto en la
eliminación de inmunocomplejos, intervención de agentes infecciosos (virus), activación
epidérmica por la acción de agentes físicos y químicos: y acción de antígenos y
superantígenos.
En una persona predispuesta, situación que puede ser temporal, el efecto que sigue a la
adición de dos o más de los posibles agentes favorecedores sería la muerte celular bajo
la acción de apoptosis citotóxica a la que se sumaría la apoptosis exclusivamente
epidérmica.
Para concluir es digno de hacer las siguientes observaciones:
a. La NET tiene una notable semejanza con la reacción aguda de injerto versus huésped en
pacientes que han recibido trasplante de médula ósea. En este caso están comprometidos
linfocitos T CD8 proveniente de las células “STEM“ trasplantadas que atacarían
el órgano cutáneo provocando destrucción masiva de los queratinocitos, adquiriendo el
paciente aspecto de gran quemado como en la NET en cuya patogenia interviene una respuesta
celular análoga.
b. Se ha descrito NET en el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, realidad que
pondría en tela de juicio la intervención de la citotoxicidad celular en estos casos,
sin embargo haremos notar que la caída progresiva de los linfocitos T CD4 propia de estos
pacientes no descarta las reacciones citotóxicas a cargo de los linfocitos T CD 8 ni la
activación epidérmica directa de los agentes causales.
c. Que la respuesta alérgica o tóxica a un fármaco, puede ser a él o a sus productos
de degradación, lo que determina que en gran número de casos los test disponibles para
detectar alergia a drogas sean negativos al fármaco, incluso a sus productos y en el caso
de toxicidad no se puede hablar de ella bajo condiciones de la definición de toxicidad.
Estas observaciones obscurecen el panorama, porque así como el fenómeno tóxico se da en
virtud de la dosis, la reacción alérgica es en teoría un fenómeno cualitativo. Pero si
tenemos en mente que existen condiciones, algunas de las cuales hemos mencionado, que al
entrar en juego una dosis normal de una droga pueden tornarla de alta toxicidad o
alérgica; nos podemos explicar tales aparentes contradicciones.
Nuestra paciente podríamos catalogarla como alérgica al naproxeno. Ella recibía este
antiinflamatorio no esteroideo cada vez que se resfriaba; pero es posible que el cuadro
viral subyacente o bacteriano faringoamigdaliano haya desempeñado un rol en la génesis
de su NET.
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