Estenosis
Laringotraqueales
Drs. Gustavo Urday Lazo de la Vega y
Hugo Jiménez Vargas-Machuca
1. Introducción
La estenosis laringotraqueal es un estrechamiento parcial o completo de la vía
aérea superior (complejo laringotraqueal), que condiciona dificultad para
respirar. Puede ser congénito o adquirido, siendo estas últimas las más frecuentes,
debido al uso de la intubación endotraqueal, desde hace ya más de 20 años, sobre todo
en las Unidades de Cuidados Intensivos, tanto en pacientes adultos como pediátricos, lo
que ha resultado en un marcado incremento de trauma intralaríngeo, que por cicatrización
incapacita al paciente para el desarrollo adecuado de sus actividades sociales y
laborales.
Su incidencia permanece entre 0,9% y 8,3%, a pesar de haberse identificado los factores
predisponentes, como son la intubación endotraqueal, procedimiento rutinario en los
centros hospitalarios, observándose incluso casos asintomáticos que se detectan ante
complicaciones respiratorias y/o generales de estos pacientes, dificultando el manejo de
las mismas. La incapacidad para un desarrollo adecuado de sus actividades sociales y/o
laborales junto a la sobrecarga emocional y ansiedad del paciente y sus familiares (por
ejemplo los padres de un neonato o lactante portador de traqueotomía), muchas veces
llevan a requerir apoyo psicológico, incluso hasta después de decanulado el paciente,
pues cualquier problema respiratorio lo relacionan con la posible reaparición de su
problema.
La estenosis laringotraqueal es un problema de manejo complejo, por lo que no muchas
instituciones a nivel mundial logran casuísticas exitosas, debido a una serie de factores
y controversias.
Según etiología, las estenosis laringotraqueales pueden ser:
1.1. Estenosis Congénitas
La estenosis CONGÉNITA es secundaria a una inadecuada recanalización del lumen
laríngeo, luego de completar la fusión epitelial normal al final del tercer mes de
gestación. El hallazgo patológico final dependerá del grado de recanalización; si el
lumen laríngeo no es recanalizado y permanece completamente obliterado, esto resultará
en una atresia laríngea completa, mientras que si es parcialmente recanalizado, ocurrirá
una atresia incompleta, estenosis o membrana laríngea. El cartílago cricoides usualmente
tiene un desarrollo anormal.
El diámetro del lumen laringotraqueal de un recién nacido normal mide entre 4,5 y 5 mm.
En prematuros es + 3,5 mm. Una estenosis subglótica es confirmada cuando un
broncoscopio rígido Nº3 (con un diámetro externo de 4,92 mm) no puede pasar libremente.
La Estenosis Subglótica Congénita se determina así cuando hay ausencia de un
antecedente de intubación endotraqueal o de otras aparentes causas de estenosis
adquirida. Es la tercera patología congénita más común de laringe, después de la
laringomalacia y de la parálisis congénita de nervio laríngeo recurrente. Es mucho
menos frecuente que la estenosis adquirida y puede ser membranosa o cartilaginosa
siendo esta última menos común.
Los síntomas dependen del grado de estrechamiento subglótico. Los casos más severos son
sintomáticos al nacimiento, mientras que los moderados o leves se hacen evidentes durante
las primeras semanas o 3 meses de vida, por el incremento de actividad física y de
requerimientos ventilatorios.
El diagnóstico endoscópico es esencial con una fibroscopía flexible para evaluar la
movilidad de cuerdas vocales y por una endoscopía rígida para ver el grado de
obturación mecánica.
Las estenosis congénitas son a menudo menos severas que las adquiridas, por lo que pueden
manejarse más conservado-ramente; incluso algunos pacientes sobrellevan y resuelven su
condición. El tratamiento depende del grado, forma y tamaño de la estenosis, además del
compromiso o no del cricoides y/o la asociación con otras anomalías congénitas.
Los casos leves pueden ser manejados por observación y controles periódicos. Los casos
más severos pueden tratarse con dilataciones y/o reconstrucciones.
1.2. Estenosis Adquiridas
Traumas Externos Laríngeos
Los espacios laríngeos son importantes en la creación de una estenosis
post-traumática, ya que estos espacios son fácilmente distendidos por sangre, que si no
es evacuada provoca dos problemas patológicos: reabsorción de hematoma por invasión del
macrófago o la organización con depósito de tejido fibroso. El colágeno en el tejido
se contrae tardíamente, causando estenosis y pérdida de movilidad.
Generalmente ocurren durante accidentes de tránsito, más comúnmente con el llamado trauma
del "cordel de ropa" (traumatismo transversal lineal de la región cervical
anterior), que puede provocar fractura laríngea y separación tirotraqueal o
cricotraqueal. Debe resaltarse que un paciente puede tener separación del cricoides con
la tráquea y sobrevivir a la injuria.
Trauma Interno Laríngeo
La mayoría de traumas internos laríngeos son iatrogénicos, secundarios a una
intubación endotraqueal prolongada, que representa el 90% de los casos adquiridos. Los
estudios más recientes de incidencia de estenosis subglótica post-intubación dan
valores en un rango entre 0,9% y 8,3%. Hacia finales de los años 60 y comienzos de los
70, la incidencia variaba entre 12 y 20%. Esto puede explicarse por el reconocimiento del
problema y la adopción de medidas preventivas. Se debe considerar que algunas estenosis
subglóticas adquiridas pueden no ser reconocidas, es decir, son asintomáticas, hasta que
un cuadro infeccioso respiratorio las descompensa, o el paciente requiere una intubación
posteriormente en el transcurso de su vida.
Las áreas más comúnmente afectadas son la subglotis en los niños y la endolaringe
posterior en el adulto.
En el niño la región subglótica es la más
sensible a lesiones por una intubación endotraqueal debido a:
- El cricoides es la única área en la vía aérea superior que tiene un anillo completo
circular cartilaginoso, lo cual impide que un edema traumático se expanda hacia afuera,
sino más bien hacia la endolaringe.
- El epitelio respiratorio, columnar, pseudoestratificado y ciliado que cubre esta región
es muy delicado y tiende a deteriorarse fácilmente por trauma.
- La submucosa subglótica está constituida por un tejido areolar laxo que permite que el
edema se desarrolle fácil y rápidamente.
- La región subglótica es la porción más estrecha de la vía aérea pediátrica.
En los adultos la intubación
traumática denuda la mucosa en la comisura posterior, provocando ulceración que
cicatriza por segunda intención, depositándose colágeno, produciendo contracción por
cicatrización de la glotis posterior, fijando los aritenoides hacia la línea media.
La secuencia patológica (ver Cuadro 1) en el desarrollo de la estenosis se inicia
con el edema de mucosa, hemorragia, seguido de ulceración. Esta ulceración se
profundiza, habiendo una interrupción en el flujo ciliar normal, con éstasis mucociliar,
que lleva a una infección secundaria y pericondritis. Ocurre fibrosis subepitelial, con
la presencia de tejido de granulación exuberante. Puede presentarse necrosis del
cartílago, lo cual deriva en pérdida de éste y un colapso de la vía aérea en la
inspiración.
El proceso reparativo puede resolver la vía aérea o puede progresar hacia una estenosis
cicatricial, que no necesariamente es circunferencial, con una extensión variable hacia
tráquea y/o cuerdas vocales.
Parkin y colaboradores describieron una lista de factores importantes en el desarrollo de
una estenosis subglótica (Ver Cuadros 2 y 3):
- Intubación traumática
- Inapropiado tamaño del tubo endotraqueal
- Presión de CUFF debe ser menor a 20 cmH2O
- Forma del tubo endotraqueal
- Humidificación
- Acción de pistón del respirador
- Actividad fisiológica de la laringe y tráquea
CUADRO 1
Injuria Laríngea por Intubación:
Secuencia fisiopatológica
1. Isquemia
2. Congestión
3. Edema
4. Ulceración
5. Pericondritis
6. Condritis
7. Necrosis de articulaciones cricoaritenoideas y cartílago cricoides
8. Tejido de granulación
9. Formación de colágeno: fibrosis
10. Tejido cicatricial
11. Contractura de cicatrización
12. Estrechamiento progresivo de la vía aérea
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- Infección
- Enfermedad sistémica de fondo
- Duración de la intubación
No debemos dejar de considerar la presencia concomitante
de una sonda nasogástrica, que puede causar presión y condritis cricoidea si
está colocada en la linea media (Friedman et. al. 1981); y la inexperiencia del personal
a cargo de pacientes intubados.
CUADRO 2
Injuria Laríngea por Intubación:
Factores de riesgo
1. Duración de intubación
2. Tamaño del tubo endotraqueal
3. Presencia concomitante de sonda nasogástrica
4. Edad del paciente
5. Presión del balón del tubo endotraqueal
6. Número de reintubaciones
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CUADRO 3
Injuria Laríngea por Intubación:
Factores contributorios
1. Una laringe anormal
2. Trauma sostenido durante la intubación en emergencia
3. Alteración del mecanismo de transporte mucociliar
4. Reflujo gastroesofágico
5. Infección bacteriana
6. Enfermedades agudas o crónicas concomitantes
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Otras causas de trauma laríngeo interno
pueden ser las producidas por cirugía de laringe en todas sus técnicas; la
condrorradionecrosis posterior a una radioterapia y las quemaduras intralaríngeas por
humos, cáusticos, etc.
Infecciones Crónicas
Que produzcan estenosis laríngea actualmente son poco frecuentes, excepto en áreas
endémicas, por ejemplo de TBC, lepra, sífilis, fiebre tifoidea, escarlatina, difteria,
micosis y escleroma laríngeo (Hashash et al., 1983; Tama et al., 1981).
Enfermedades Inflamatorias
Crónicas
Pueden dar estenosis, como la sarcoidosis, LES, Síndrome de Behcet, Granulomatosis de
Wegener, Penfigoide, Epidermolisis bulosa, Amiloidosis, Ulceración aftosa y la
inflamación crónica por reflujo gastroesofágico.
Neoplasias Laríngeas
Condroma, Fibroma, Hemangioma, y Carcinomas; producen estenosis por infiltración o
por pericondritis infecciosa, radioterapia o postquirúrgica.
2. CLASIFICACIÓN DE ESTENOSIS
LARINGOTRA-
QUEALES
Debido a la complejidad de esta patología, se ha propuesto una diversidad de formas
de clasificar y/o hacer estadiaje de las estenosis laringotraqueales. Nosotros utilizamos
tres de ellas, que consideramos son las de mejor aplicabilidad para la decisión del tipo
de manejo:
Clasificación por porcentaje
de obstrucción del lumen laríngeo (Cotton, 1984):
Grado I : Menor del 70%
Grado II: Entre 70 y 90%
Grado III : Mayor del 90%
Grado IV: Obstrucción total
Clasificación de estenosis
glótica posterior (Bogdasarian y Olsen, 1980):
Tipo I: Adhesión interaritenoidea
Tipo II: Cicatrización interaritenoidea y de comisura posterior
Tipo III: Cicatrización de comisura posterior que se extiende hacia una articulación
cricoaritenoidea
Tipo IV: Cicatrización extensa que compromete ambas articulaciones
cricoaritenoideas
Estadiaje según localización y
extensión (McCaffrey, 1992)
Estadío I: Lesiones confinadas a subglotis menores de 1 cm
Estadío II: Lesiones confinadas a subglotis mayores de 1 cm
Estadío III: Lesiones subglóticas que se extienden a tráquea, pero no a glotis
Estadío IV: Lesiones que comprometen glotis con fijación o parálisis de una o ambas
cuerdas vocales
3. DIAGNóSTICO
- Historia Clínica:
Los síntomas capitales son la disnea y/o estridor laríngeo en un paciente con
antecedente de intubación endotraqueal o patologías laringotraqueales
- Examen Clínico:
- Laringoscopía Indirecta
- Nasolaringofibroscopía flexible
- Microlaringoscopía Directa
- Estudio por Imágenes:
- Radiografía lateral cervical de partes blandas
- Tomografía lineal laríngea
- Laringografía
- Tomografía Computarizada laríngea
- Resonancia Magnética
- Otros:
- Videoestrobolaringoscopía
- Estudios de flujo y presión glótica
- Espirometría
3.1. Manejo Quirúrgico
Según el estadiaje preoperatorio realizado, se procede a la corrección quirúrgica,
empleando técnicas de Expansión o de Resección. El objetivo es
conseguir la Decanulacion del paciente, esto es, que el paciente no
dependa de una traqueo-tomía.
Cirugía Expansiva
Ya en sala de operaciones, el paciente es colocado en decúbito dorsal y con el cuello
hiperextendido bajo anestesia general. La ventilación se realiza a través de la
traqueotomía. Se infiltra la región cervical anterior con xilocaína al 2% + epinefrina
1/100.000 y se espera unos 10 minutos
para lograr una hemostasia adecuada que permita una disección limpia. La incisión es en
forma de "U", pasando por el traqueostoma, y se eleva un colgajo de piel, el
cual se fija al mentón. Los músculos pretraqueales son retraídos lateralmemente y se
secciona el istmo tiroideo en la linea media. Una vez expuesto el complejo
laringotraqueal se practica una incisión anterior, sobre la linea media, desde la
hemilaringe inferior hasta el traqueostoma, exponiendo el lumen laringotraqueal y la
lámina posterior del cricoides, que también es incidida en la línea media, respetando
la pared anterior esofágica y el músculo interaritenoideo. No se extirpa el tejido
cicatricial. Se colocan piezas talladas de cartílago costal con pericondrio, obtenidas de
la pared anterior torácica derecha del paciente en el mismo acto quirúrgico, entre los
bordes incididos, lo cual mantiene la lámina posterior cricoidea expandida. Se fija el
implante de cartílago con puntos separados de Vicryl 4-0, con el pericondrio hacia el
lumen. El complejo laringotraqueal resultante es inestable, por lo que se requiere el uso
de un tutor o "stent". Nosotros usamos el tubo en "T" de Montgomery,
del cual disponemos en nuestro hospital, aunque hay diversos modelos de stents. La rama
horizontal del tubo en "T" sale por el traqueostoma. Se coloca una nueva pieza
de cartílago en la pared anterior laringo-traqueal, fijada de forma similar, para lograr
una expansión anterior. Se cierra por planos, dejando drenes.
El paciente sale extubado de sala de
operaciones y el tubo en "T" es ocluido al dia siguiente, en que se inicia la
dieta restringida en líquidos. Sale de alta tolerando dieta completa, con antibióticos y
corticoides hasta el retiro del tutor, que también se realiza en sala de operaciones,
bajo anestesia general, colocándose, luego de retirado el "stent", una cánula
fenestrada de traqueotomía. Se inicia un proceso de decanulación según protocolo
descrito por Willis, Cotton y Myer (Cincinatti - Ohio, 1987) y un tratamiento con
inhalaciones orales de beclome-tasona, para disminuir la formación de tejido de
granulación. Es importante remarcar que sólo el tejido de granulación pedunculado es
retirado quirúrgicamente. Un factor de suma importancia en estos procedimientos es la
coordinación entre el cirujano y el anestesiólogo entrenado en el manejo de estos
pacientes, para evitar accidentes intraoperatorios.
Cirugía Resectiva:
En casos de obstrucción total o mayor de 90% del lumen laringotraqueal, o deterioro
por atrofia y/o retracción severa de los anillos traqueales a una distancia no menor de
1,5 cm del borde inferior de las cuerdas vocales (Mc Caffrey, 1993), se indica la
resección del segmento dañado con anastomosis termino-terminal.
La anestesia, posición y preparación del paciente es similar al ya descrito para la
cirugía expansiva, así como el abordaje del complejo laringotraqueal. Una vez expuesto
éste, se libera la tráquea en sus paredes anteriores y laterales, teniendo al tronco
braquiocefálico izquierdo como límite inferior, lo cual permite traccionarla con
facilidad hacia la región cervical. Luego de identificado el segmento a resecar, se eleva
el pericondrio desde la pared anterior hacia las regiones póstero-laterales traqueales,
lo cual expone los anillos en su totalidad separándolos de los nervios recurrentes
laríngeos y de la pared anterior esofágica. Se procede a la sección del segmento
estenosado y luego a la anastomosis término-terminal crico-tiro-traqueal (remanentes de
cricoides posterior, cartílago tiroides y tráquea) con puntos separados de Vycril o
Prolene 4/0 con nudos extraluminales. Se retira el tubo de ventilación del traqueos-toma
y se realiza una intubación oro-traqueal la cual queda hasta el final de la cirugía. No
se coloca stent. Se cierra por planos y dejamos puntos de piel desde el mentón hacia
la pared anterior torácica, lo cual impide que el paciente hiperex-tienda el cuello por
diez días. Los cuidados postoperatorios son similares a los de la cirugía expansiva, y
también se inicia terapia inhalatoria oral con beclometasona.
Contraindicaciones
Quirúrgicas:
Es importante tener en cuenta que no todas las estenosis laringotraqueales son
tributarias de manejo quirúrgico, debido a condiciones inherentes del paciente que
podrían complicar tanto el manejo intra como postoperatorio (Ver Cuadro 4).
CUADRO 4
Contraindicaciones Quirúrgicas
1. Inadecuada función pulmonar:
Ventilación mecánica
Suplemento de Oxígeno mayor de 35%
2. Patología glótica y/o traqueal muy extensa
3. Insuficiencia cardiaca congestiva o Hipertensión arterial incontrolables que
puedan exacerbarse por el uso de esteroides
4. Reflujo gastroesofágico significativo que pueda producir:
Aspiración Laringoespasmo
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4. CONCLUSIONES
Las estenosis
laringotraqueales representan una entidad muy compleja en su manejo, por lo que éste debe
ser individualizado para cada paciente.
Habrá pacientes que puedan ser manejados con medios endoscópicos, para lo
cual el láser CO2 es sumamente útil, pero no en todos, pues parece que el éxito de la
terapia endoscópica depende de la severidad de la estenosis (en nuestro Servicio no
contamos con láser CO2).
La elección entre cirugía expansiva o la resección depende de una serie
de factores, y siempre existe el riesgo que haya una reestenosis por lo que el cirujano
debe estar entrenado, junto a un equipo de asistentes y anestesiólogos, en las diferentes
técnicas, pues todas pueden combinarse, si el caso así lo amerita.
Algunas consideraciones a tener en cuenta serían:
- Exploración temprana de las fracturas
laríngeas.
- Las cricotiroidotomías y las traqueotomías altas deben ser evitadas, excepto en
emergencias extremas. Una vez resuelta la emergencia, debe practicarse una
traqueotomía formal.
- Evitar la resección extensa de cartílago traqueal, al realizar una traqueotomía.
Usar la cánula de traqueotomía más pequeña posible compatible con una buena
ventilación y aspiración de secreciones.
- Evitar la cirugía endoscópica laríngea agresiva para lesiones benignas, especialmente
en la comisura anterior. Trabajar lado por lado, con un intervalo mínimo de dos semanas.
- La intubación y la endoscopía deben ser realizadas suavemente, en pacientes relajados.
- Reconocer y evitar todos los posibles factores que pueden contribuir a que una
intubación endotraqueal pueda lesionar la endolaringe, por ejemplo, la tracción del tubo
y/o cánula de traqueotomía por las conexiones de los ventiladores mecánicos, el uso de
sonda nasogástrica concomitante, presión del cuff mayor a 20 mmHg, etc.
Definitivamente lo mejor en estos casos es la PREVENCIÓN,
debido a que la mayoría de cuadros son por una intubación endotraqueal prolongada, y
es en este punto donde debemos trabajar en forma multidisciplinaria, con médicos
de otras especialidades (anestesiólogos, intensivistas, neonatólogos, internistas, etc.)
y procurar disminuir así la incidencia de esta patología de manejo complejo.
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